Una Aproximación a la Epidemiología de la Colombia Antigua 

Artículos Especiales

Hugo Armando Sotomayor Tribín1

Resumen

Desde hace 10.000 años, los humanos han alterado dramáticamente sus condiciones de vida relacionadas. Especialmente con el cambio en la forma de alimentación y por la agricultura.

Además del inicio y el creciente enfoque en la producción y consumo de carbohidratos vegetales domesticados. Esta transformación revolucionaria en la dieta ocasionó una disminución de la movilidad y un aumento del tamaño y la aglomeración de las poblaciones en asentamientos permanentes o semipermanentes.

Estos cambios en las condiciones de vida presentaron una oportunidad ideal para la mayor transmisión de patógenos de un huésped a otro. Entre otros aquellos que representan una importante amenaza para la salud. Que afectan a la mayoría de los 8 mil millones de miembros de nuestra especie en la actualidad.

La bioarqueología y la antropología biológica han participado activamente en el desarrollo de una comprensión informada del papel de la infección y las enfermedades infecciosas en la influencia de los resultados de salud y las condiciones de vida sobre la evolución humana.

Este registro facilita hacer inferencias sobre perfiles de salud individuales, comunitarios y regionales que tienen implicaciones para la calidad de vida actual en todo el mundo.

Estudio bioarqueológico de las enfermedades infecciosas antiguas

Hoy, estamos en un período especialmente dinámico en el estudio bioarqueológico de las enfermedades infecciosas antiguas. En gran parte debido al notable crecimiento del interés en este campo y por el aumento en el compromiso entre quienes estudian esqueletos y contextos arqueológicos. Además, los avances tecnológicos, metodológicos y teóricos están proporcionando nuevas respuestas a viejas preguntas.

En la lista de estos avances están la secuenciación de genomas microbianos, el análisis microscópico de tejidos esqueléticos para el diagnóstico de enfermedades. Y el uso de firmas isotópicas de carbono, nitrógeno y otros elementos para reconstruir la dieta y la migración como agentes notables dentro del éxito y la propagación de los patógenos.

La creciente comprensión de las crisis de salud en el pasado, también beneficiará la perspectiva hacia el futuro. Este artículo analiza la bioarqueología de algunas enfermedades infecciosas, centrándose en las Américas y en Colombia.

Palabras clave: epidemiología; bioarqueología; América; Colombia; infección.

An Approach to the Epidemiology of Ancient Colombia

Abstract

Beginning some 10,000 years ago, humans began a dramatic alteration in living conditions relating especially to the shift in lifeway from foraging to farming. In addition to the initiation of and increasing focus on the production and consumption of domesticated plant carbohydrates, this revolutionary transformation in diet occasioned a decline in mobility and an increased size and agglomeration of populations in semipermanent or permanent settlements.

These changes in life conditions presented an opportunity for increased transmission of pathogenic microbes from host to host, such as those that cause major health threats affecting most of the 7.5 billion members of our species today.

Bioarchaeology and biological anthropology, have been actively engaged in developing an informed understanding of the role of infection and infectious disease in influencing health outcomes and living conditions over the human evolution.

This record facilitates drawing inferences about individual, community, and regional health profiles having implications for today’s quality of life around the globe.

Bioarchaeological study of ancient infectious diseases

Today is an especially dynamic period in the bioarchaeological study of ancient infectious diseases, largely owing to the remarkable growth in interest in the field globally and the in­creased engagement between those who study skeletons and those who study archaeologi­cal contexts.

In addition, the technological, methodological, and theoretical breakthroughs are providing new answers to old questions. High on the list of these breakthroughs are the technological advances in sequencing microbial genomes, microscopic analyses of skeletal tissues in disease diagnosis, and the use of isotopic signatures of carbon, nitrogen, and other elements to reconstruct diet and nutritional quality and migration as agents for the success and spread of pathogens.

The growing understanding of health crises in the past is also ben­efitting from the broad perspective to the future.

This article discusses the bioarchaeology of some infectious disease, focusing on the Americas and Colombia.

Keywords: epidemiology, bioarcheology; America; Colombia; infection.

Introducción

En primera instancia, para abordar el tema aquí pro­puesto, es preciso saber que el término epidemias lo usaron en el libro Epidemias, del V volumen de los Tratados Hipocráticos, escritos entre los siglos IV y  III A.C.. Los médicos de la escuela de Cos para refe­rirse a “visitas al extranjero”, significado que reco­gería el carácter ambulante del médico. En ese libro de Epidemias se recoge una multitud de historias clínicas.

El segundo requisito para aproximarnos al tema es conocer cuándo, en dónde y cuáles fueron las bases sobre las que se desarrolló la epidemiología.

El tercer requisito es definir la palabra epidemia tal como se usa hoy en día, y el cuarto saber cuáles son las grandes divisiones de la epidemiología según las fuentes empleadas para su estudio.

La primera vez que se utilizó la palabra epidemiología fue en España, a finales del siglo XVI, por el mé­dico Angelerio al escribir un estudio sobre la peste, que tituló Epidemiología.

La segunda edición de esta obra se publicó en Madrid en 1598. La segunda vez que este término se utilizó. Fue también en España en 1802, en la obra del médico español Villalba, titu­lada Epidemiología española, que compilaba todas las epidemias y brotes de enfermedades registradas en España desde el siglo V a.C. hasta 1801 (1).

La epidemiología se desarrolló y prosperó en los siglos XIX y XX:

En primer lugar, gracias al surgi­miento y progreso de la clínica y la mentalidad ana­tomopatológica y con ella, el desplome de la mile­naria teoría de los humores, por el empuje que para aquella significó la técnica de la percusión, la intro­ducción del estetoscopio, el oftalmoscopio, el reloj con segundero, el tensiómetro. Por el desarrollo de la mentalidad fisiopatológica, y muy especialmente, por el reconocimiento de los gérmenes como la cau­sa de las enfermedades infecciosas y el papel de los insectos en algunas de las enfermedades infecciosas y parasitarias, y con este reconocimiento, la caída es­trepitosa de la también milenaria teoría de los mias­mas. Segundo, por la aplicación de la estadística a las realidades de la salud y la enfermedad, y tercero, por la aparición de la medicina social en la medida que los movimientos obreros y las nuevas ideas políticas enfrentaban a las ideas monárquicas y burguesas.

Merece mención especial el trabajo que desarrolló -a mediados del siglo XIX- el médico inglés John Snow. Durante el brote de cólera en Londres que, antes de conocerse la teoría de los gérmenes como causa de las enfermedades infecciosas, realizó observaciones de campo y de seguimiento a los casos de cólera reportados y los correlacionó con el ambiente y el agua de consumo que lo llevaron a demostrar que la causa de la epidemia estaba en el consumo de aguas contaminadas con heces de los enfermos de cólera. Creando así una metodología de representación espacial y el análisis de los datos clínicos y poblaciona­les, dando origen al método epidemiológico.

Establecidas estas bases históricas, se entiende que una epidemia (del griego epi, por sobre y demos, pueblo):

Ocurre cuando una enfermedad afecta a un número de individuos superior al esperado, en una población dada durante un tiempo determina­do, o surge un pico sobre una línea de base de una enfermedad, que puede ser la prevalencia o inciden­cia normales, o el número de casos que se detectan en un momento dado, y que aumentan en relación con esa línea de base. En este sentido, si una comuni­dad se encuentra libre de una determinada enferme­dad, un solo caso constituye una epidemia.

En caso de que la epidemia se difundiera por varias regiones geográficas extensas de varios continentes o incluso, de todo el mundo, se trataría de pandemia. Igualmente, en caso de enfermedades que afectan a una pobla­ción de una zona de forma mantenida y estacionaria en el tiempo, se habla de endemia.

La epidemiología es una disciplina científica en el área de la medicina que estudia la frecuencia, la distribución y los facto­res determinantes de las enfermedades existentes en poblaciones humanas definidas. Esta disciplina, se­gún sus fuentes de estudio, puede dividirse en paleo­epidemiología, si sus fuentes son los restos humanos -huesos, momias, fitolitos, arte y descripciones histó­ricas-, epidemiología histórica, si su fuente principal es la historia, y epidemiologia moderna, si cuenta con el respaldo de estadísticas.

Con base en lo anterior este documento titulado Una aproximación a la epidemiología de Colombia antigua. As­pira a ser un análisis de epidemiología crítica sobre la base de tener en cuenta los determinantes princi­pales de las enfermedades que pudieron influir en la Colombia antigua o prehispánica.

(Lea También: Animales Domésticos y Epidemiología de los Grupos Aislados)

Modos de producción, transformaciones, globalizaciones y enfermedades infecciosas

El llamado medio ambiente no es un espacio estático que rodea a las sociedades humanas, sino que, desde la aparición del Homo sapiens, hace alrededor de cien­to veinte mil años, es un producto de la interacción con el hombre, de diferente intensidad y duración, que se ha venido dando en los diferentes estadios del desarrollo de las sociedades humanas: de cazadores-recolectores, de agricultores-domesticadores de ani­males y creadores de poblados, de fundadores de es­tados e imperios, de industriales y posmodernas.

Hoy se reconoce que esas diferentes sociedades han dado lugar a desplazamientos y cambios realizados por el hombre a través de la historia, con consecuencias so­bre las enfermedades que la humanidad ha padecido.

Estas migraciones o movimientos se pueden reducir a las siguientes: a) durante los miles de años desde cuando salió de África -en su condición de cazador -recolector, b) desde cuando comenzó a domesticar animales y desarrolló la agricultura y creó las prime­ras ciudades a partir de los 10.000 a.C, c) desde la confluencia de los focos civilizados de Euroasia en­tre los años 500 a.C y 1200 d.C, d) desde el impacto del imperio mongol entre los años 1200 y 1500 d.C; e) a partir del viaje transatlántico de Colón a bordo de buques de vela, considerada la primera globali­zación, f) el uso de buques de vapor a principios del siglo XIX -la segunda globalización-, g) más y me­jores buques de vapor desde finales del siglo XIX -la tercera globalización-, h) la aparición de la aviación comercial a gran escala desde mediados del siglo XX -la cuarta globalización- (2).

Etapas ecológicas-climáticas del planeta tierra

Hoy, ciertos autores parafraseando las dos últimas etapas ecológicas-climáticas del planeta tierra. El pleistoceno en la que se desarrolló el periodo de los cazadores-recolectores, y el holoceno. En el que se ha desarrollado la humanidad desde hace 10.000 a 12.000 años con el desarrollo de la agricultura, la do­mesticación de animales y la fundación de ciudades, hablan de que el deseo europeo de comunicarse con Asia terminó por transformar el globo en un solo sistema ecológico, un homogenoceno, desde el siglo XIX.

Los efectos ecológicos por la interacción entre la acción del hombre en el entorno natural. Ha teni­do y tiene diversas e interactuantes consecuencias en muchas y diferentes áreas: económicas, ecológicas, agrícolas, paisajistas y sanitarias entre otras (3).

La primera gran división de las enfermedades habla de que son dos grupos. El primero de ellos consti­tuido por el grupo de las derivadas de la interacción del hombre con el medio ambiente, las nutriciona­les, las infecciosas y las derivadas por las conductas del hombre, y el segundo por las degenerativas y ge­néticas.

En las del primer grupo debemos tener en cuenta que los efectos sanitarios de los cambios que generan las transformaciones y los cambios ambien­tales de origen natural y antrópico. Se ubican en las siguientes áreas: disponibilidad de alimentos y situa­ción nutricional, prevalencia e incidencia de las en­fermedades infecciosas y parasitarias. Presentación de accidentes con animales ponzoñosos y peligrosos. Efectos de las temperaturas sobre la homeostasis cor­poral y de las radiaciones solares sobre la piel. Y en los eventos de contaminación e intoxicación con di­versas sustancias.

Esos cambios ambientales pueden ser involuntarios o deliberados, lentos, progresivos o súbitos, de poca intensidad, gran intensidad o desas­trosos (4).

Como nuestra finalidad es entender el panorama epidemiológico de Colombia prehispánica:

Tenemos que saber cuáles son los medios de transmisión de las enfermedades infecciosas, los tipos de sociedades que la constituían y los recursos alimenticios dispo­nibles.

Los tipos de enfermedades infecciosas que sufre el hombre. Pueden dividirse según su medio o vía de transmisión en aquellas que se transmiten por vía de aire por acciones como hablar, toser, estornu­dar, a través de las llamadas gotitas de Flügge. Las enfermedades de transmisión hídrica y por alimen­tos. Las transmitidas por insectos o vectores. Las que requieren un contacto de piel a piel o a mucosa, y las que se transmiten de los animales vertebrados a los hombres o zoonosis.

Estas vías de transmisión de las enfermedades infec­ciosas se relacionan estrechamente con fenómenos ambientales y socioeconómicos.

Por ejemplo, las que se transmiten por vía aérea son más frecuentes en la estación de lluvias y en los ambientes cerrados; las de transmisión hídrica se presentan principal­mente en lugares con malos acueductos y alcanta­rillados; la de transmisión por alimentos se asocian con malos sistemas de conservación, refrigeración y mala higiene en su preparación. Las transmitidas por vectores, más frecuentes en la estación de sequías o verano y en donde existen basuras y depósitos de aguas relativamente limpias al descubierto. Que favo­recen al Aedes aegypti vector principal del dengue y la fiebre amarilla.

El no usar ropa adecuada que proteja contra la picadura de anofeles, Aedes. spp, lutzomias, Simulin.spp y garrapatas; vivir en casas con paredes de bahareque infestadas de triaotomineos. Las de transmisión venérea, mucosa-mucosa, piel-piel, son más frecuentes en las áreas de economía extractiva y conflictos político-militares. Por el protagonismo masculino y la presencia de las prostitutas cerca a los campamentos petroleros. A las minas de oro, coltán, carbón, a los cultivos de coca y a los teatros de ope­raciones militares.

Autor

1 Hugo Armando Sotomayor Tribín. Presidente de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina (SCHM). Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina. Curador del Museo de Historia de la Medicina de la Academia Nacional de Medicina. Bogotá, Colombia.

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