Publique o Perezca: Análisis crítico sobre los resultados de publindex

Alfredo Jácome Roca1 

Se conocieron por fin los resultados de la última convocatoria de Colciencias, para la indexación en Publindex. Las revistas participantes lo hicieron sobre la base de parámetros más estrictos como los exigidos para la inclusión en Scopus o en la WoS.

Por esta vez se aceptó considerar para análisis aquellas revistas con un índice de Hirsch a 5 años (H5) no inferior a 2.0. Por supuesto que este no fue el único parámetro considerado, hubo otros quizá menos importantes pero que se tuvieron en cuenta en los resultados finales.

Aquí se trataba de medir la posición competitiva de las revistas a nivel mundial en relación con las demás («ranking»), tema del agrado de la Organización para la Cooperación en Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los países más desarrollados del mundo y al que en buena hora aspira a ingresar Colombia. La OCDE promueve las buenas prácticas, en este caso, las editoriales.

La calidad de las revistas académicas de toda naturaleza (al igual que las instituciones editoras que las producen) ha sido medida por diferentes organizaciones dedicadas al tema, siendo las más grandes la Web of Science (WoS) de Clarivate Analytics y Scopus de Reeds-Elsevier.

No son las únicas sin embargo. Google Scholar incluye en sus listados los artículos que se encuentran en bases de datos conocidas como Sir(s) y los de aquellas revistas que utilizan la plataforma de libre acceso (Open Journal System); trae información sobre citaciones y sobre esta base es posible utilizar el índice H5.

Colciencias-Publindex optó en reciente convocatoria por la utilización de estos esquemas de clasificación, suministrando a los editores una oportunidad de revisar su gestión para números publicados en el 2015, lo que resultó una práctica educativa que nos confirmó lo que ya sabíamos: que hay distancias muy marcadas entre las publicaciones a nivel global, regional y nacional.

El desarrollo de la informática y de la bibliometría obliga a mejorar el flujo y calidad de artículos a aquellas publicaciones que ya están o aspiran ingresar a esas grandes ligas. (Leer también: Episodios de cefalea en ráfagas asociados a las fluctuaciones de temperatura en Bogotá 2009-2013)

¿Es este sistema el más conveniente?

Colciencias ha recibido numerosas críticas de parte de la comunidad científica y de varios editores universitarios (1) que desde hace un par de años cuestionan sus políticas como inconvenientes para el desarrollo de la ciencia y por la influencia que en ella ejerce el Departamento Nacional de Planeación con objetivos distintos.

Pero mejorar la calidad editorial de una publicación no depende del aval de PUBLINDEX, ya que en realidad lo que se requiere es fijar unas metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo. El reconocido cien­tífico Moisés Wassermann afirma que no hay que trabajar por el «ranking». Si la revista es buena, el posicionamiento vendrá por añadidura.

La Academia Nacional de Medicina reconoce como muy importantes aquellas revistas que resulta­ron indexadas en esta convocatoria; pero considera que hay que tener en cuenta lo expresado por los miembros de la comunidad científica, individuales e institucionales, que al fin y al cabo son los direc­tamente involucrados en el tema.

Un punto a favor de las nuevas reglas

Publicar o perecer (publish or perish) es un tér­mino conocido para los investigadores americanos desde el siglo pasado. Los que patrocinan las in­vestigaciones (gobiernos, universidades, empresas, centros de investigación) exigen resultados y estos deben tratar de publicarse.

Científico que no hace esto no recibirá patrocinio en el futuro. En nuestro medio había incentivos en las universidades públicas (algo menores en las universidades privadas) para publicar trabajos, inclinándose hacia las revistas colombianas porque estaban generosamente cla­sificadas al compararlas con las extranjeras.

La nueva clasificación corrige esta desviación, porque la rigurosidad de las revistas de mejor «ranking» será equivalente a la de sus homólogas foráneas, so pena de descender en el inmediato futuro. Sim­plemente los trabajos no serían citados o recibirían pocas citaciones.

¿Era predecible el resultado de la convocatoria?

Sí. El director(e) de Colciencias Alejandro Olaya Dávila informó en declaraciones a la prensa que de las más de 500 publicaciones académicas seriadas indexadas según la metodología anterior, solo quedarían unas 300.

Las demás (previamente indexadas o que nunca habían sido incluidas en estos catálogos) no quedarían clasificadas o que­darían incluidas en un grupo anodino como revistas de divulgación, función que las mejor ubicadas también realizan.

Las categorías A1, A2, B y C quedarían ocupadas por las revistas que estuvieran en los cuartiles Q1 a Q4, respectivamente (según su factor de impacto); o también ─para la B y la C─ según los cuartiles Q1 y Q2 del índice H5, que debe estar en no menos de 8. Como vemos en la Tabla 1, esto sucedió en la mayoría de los casos.

Aunque Colciencias ha ofrecido estrategias para mejoras futuras, surge la pregunta acerca del papel que tendría Publindex si lo importante es estar en Scopus/WoS/WoK. Un cierto número de revistas incluidas en el programa SciELO acceden también a Scopus, y gracias al acuerdo establecido entre Clarivate y el Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud (Bireme), la colección SciELO de revistas pasará a formar parte del WoK, como ya lo hizo el Chinese Science Citation Index (2).


Editor de la revista Medicina. Miembro de Número, Academia Nacional de Medicina de Colombia.
¿Qué pasaría con las demás publicaciones seriadas?

No podemos elucubrar acerca de la política de SciELO en consideración a estos nuevos resultados. Tampoco sobre el papel que jugará Redalyc, con políticas más abiertas (3). PubMed, Scopus y WoS están más lejanas.

Las revistas de medicina de diferentes nive­les están dirigidas a clínicos (ciencia y arte de la medicina) y sus artículos en general están escritos por estos mismos clínicos, aunque con nuevos grados académicos que complementan el de la especialidad.

El fuerte de muchas está en los casos clínicos, las revisiones sistemáticas o narrativas, editoriales, historia, comentarios de libros y un grupo variable de trabajos de investigación o de reflexión, siendo la penúltima tipología la más deseable para una revista científica. El fomento de canales de comunicación es conveniente y de estos hay de toda clase. Cada cual hará lo mejor dentro de sus capacidades (4).

En PubMed figuran Colombia Médica y Bio­médica (Q2/A2), Revista de Salud Pública (Q4/C) y Revista Colombiana de Psiquiatría (Q4/C). Dos revistas Q3 fueron clasificadas como C, una Q4 quedó en B, 4 que no están en Scopus quedaron en B y otra en C, otra en Q4 no quedó indexada al no participar en la convocatoria. Asumimos que en estos casos el índice H5 jugó un papel.

En este análisis no se incluyeron revistas de bioética, enfer­mería, odontología, ciencias básicas, veterinarias, optometría, fisioterapia y algunas multidiscipinarias.

Se puede decir por la tabla, que para las revis­tas presentes en Scopus, dos puntos importantes para la ubicación en un determinado cuartil, son el factor de impacto y el porcentaje de citaciones por documento en los 2 años anteriores. Algunas seriadas ascendieron en sus puntajes de 2016 en comparación con 2015, y otras descendieron.

Clasificación 2017 de las revistas médicas nacionales en Scopus 2016

Sugerencias

Se sugeriría además que las revistas no in­dexadas pudiesen también ser clasificadas de acuerdo con los criterios distintos, por ejemplo como los utilizados para convocatorias anteriores.

Hay un mercado grande de artículos generados por investigadores que no son de carrera, pero que elaboran tesis de especialización y maestría que probablemente no puedan acceder a las de «grandes ligas» pero que buscarían entre las no indexadas de menos prestigio, aunque con buena visibilidad.

Estas revistas compiten con los repo­sitorios institucionales, que simplemente guardan tesis sin modificación alguna, trabajos muy largos para lectura y eventual citación, que ameritarían un formato más corto para enviar a una revista cientí­fica. Los datos originales deben por supuesto estar disponibles para quien quiera revisarlos.

¿adiós a CVLAC?

Dicho proyecto es con acceso abierto para compartir información y fue apoyado por la Or­ganización Panamericana de la Salud (OPS) y el Centro Regional de Información de Ciencias de la Salud (BIREME) en la primera década del siglo XXI.

Ha sido de mucha utilidad y popularidad, pero presenta problemas como el aislamiento respecto a los otros sistemas de identificación internacionales y la transparencia de la información.

Como no tiene información con la calidad para sustentar políticas y acciones encaminadas al desarrollo de científico de un país, se ha sugerido abandonar CVLAc y acudir a otros sistemas como el Sistema de identificación de objetos (DOI por sus siglas en inglés) y el Sistema de identificación de investigadores ORCID (Open Researcher and Contributor ID), además del software DSpace y los sistemas nacionales de información de ciencia e investigación.

Varias revistas colombianas que desean profesionalizarse y cuentan con los recursos para ello, ya tienen DOI para sus artícu­los y han ingresado a Elsevier, lo que hace menos dispendioso el ingreso a Scopus.

Según Mauricio Palacios, Editor Asociado de la revista Colombia Médica, «ORCID tiene interoperabilidad con otros sistemas de identificación como researcher ID y Autores Redalyc (para autores de revistas latinoa­mericanos).

En el mundo se le reconoce porque es el sistema que más aporta a la desambiguación de autores y mejora la transparencia en la forma de publicar» (5).

¿Es necesario publicar en inglés?

En carta publicada en el Lancet, Diego An­drés Rosselli afirma (6) que «2015 fue un año récord, con un 96% del total de 1.233.789 ar­tículos, publicados en inglés e indexados por PubMed. En América Latina, Brasil (84% de los artículos publicados en inglés) está a la cabeza, con Colombia (29%), México (26%) y Argentina (24%) un poco atrás.

Para personas que no ha­blan inglés, el dominio de un idioma extranjero podría ser un obstáculo para la publicación en ciencia biomédica, pero la capacidad de llegar a un público más amplio, sin necesidad de conoci­mientos en varias lenguas para comunicarse con sus compañeros es sin duda una clara ventaja».

No es complicado publicar artículos en español y también en inglés, a través de sendos PDF. Algunas revistas (las menos reconocidas) ya lo están haciendo. Adicionalmente, las plataformas nuevas permiten la traducción de los textos en HTML al inglés y a otros idiomas. Estos sistemas de traducción son cada vez mejores.

Referencias

1. Ochoa-Jaramillo FL. Editorial: ¿Nos quedamos o ponemos nuestro objetivo en otros sistemas de clasificación de revistas? Rev CES Med. 2017: 1-2.
2. Cañedo R, Díaz OE, López A. Caos en la aldea global: los servicios de información bibliográfica en el centro de la tormenta. Rev Cuba Inf Cienc Salud 2013; 24 (1): 84-97.
3. Miguel S. Revistas y producción científica de América Latina y el Caribe: su visibilidad en SciELO, RedALyC y SCOPUS, Rev Interamer Bibliotecol 2011; 34 (2): 187-199 34.
4. Jácome-Roca A. Ciencia perdida y difusión social del conocimiento como alternativa a la indización de alto nivel. La realidad de la competencia científica en el entorno globalizado, Medicina 2014; 36(2): 105-109
5. Scimago Journal & country ranks. Colombia: Journal Medicine: 2016. Disponible en: http://www.scima-gojr.com/journalrank.php?country=CO&type=j&ar ea=2700.
6. Palacios M. ¿Cómo organizar la información de ciencia y tecnología en Latinoamérica? Colomb Med. 2016; 47 (3): 131-132.
7. Rosselli DA. The language of biomedical sciences. Lancet. 2016; 387: 1720–1721.

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