Novedad Bibliográfica: Retos y Dilemas de los Comités de Ética en Investigación

Juan Mendoza Vega*

Autores /Editores:
Alberto Vélez van Meerbeke
Ángela María Ruiz Sternberg
Martha Rocío Torres Narváez
Editorial: Universidad del Rosario,
Colección: Textos de Medicina
y Ciencias de la salud
Páginas: 319
Año: 2013
Ciudad: Bogotá
ISBN:
9789587383324 (Rústica)
9789587383331(Digital)
Retos y Dilemas de los Comités

Tiene desde hoy la Academia Nacional de Medicina un nuevo miembro de número, un científico de trayectoria ya brillante, un médico en quien se reconocen sin dificultad los mejores caracteres de nuestra profesión: el doctor Alberto Vélez van Meer beke.

Especialista en neuropediatría, profesor titular en la facultad de Medicina del benemérito Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, coordinador del grupo de investigación en neurociencias, presidente del comité de ética en investigación y, en esta Academia, miembro correspondiente desde abril de 2007.

Es inevitable que mis palabras, en este caso, tengan sesgo evidente hacia la admiración y el elogio; pude ver la trayectoria estudiantil de nuestro recipiendario a lo largo de todo su pregrado en el Colegio del Rosario, estuve atento a su formación como pediatra general y luego como neuropediatra en el madrileño Hospital Infantil “La Paz”.

Me pareció excelente su decisión de pasar un par de años complementarios en el Hospital San Vicente de Paul en París para profundizar en epilepsias y vi como lógica y excelente su vinculación a la docencia en su propia alma mater, con el resultado lógico de una trayectoria ascendente en la que hoy adquiere esta nueva estrella.

Pero tratando de evitar una simple secuencia de palabras laudatorias, quiero referirme a la tarea que el doctor Vélez viene cumpliendo en el terreno de la ética profesional, faceta muy importante de su actividad, sobre la cual versa el libro que es su trabajo de reglamento para esta ocasión.

Creo que nadie pone en duda la afirmación de que, para llamarse universidad y cumplir los compromisos que tal nombre trae consigo, una institución docente debe tener investigación. Tampoco puede olvidarse o ignorarse que cada paso adelante en el conocimiento plantea inquietudes y dilemas sobre sus aplicaciones prácticas, lo cual es todavía más cierto cuando se trabaja en los campos de la biología humana.

Por ello, el estudio del obrar humano a la luz de la razón, que es la ética, abunda en preguntas que deben resolverse cuando el objeto de las investigaciones es cualquiera de las facetas del ser humano; tal estudio debe estar iluminado y enmarcado por la mentalidad bioética, que yo insisto en definir como la convicción que todo ser humano debe tener de su obligación ineludible de obrar bien con cuanto lo rodea, desde sus semejantes y los demás seres vivos hasta la última molécula de aire, agua o tierra en el ambiente de este planeta en que vivimos.

Nuestro nuevo compañero de pleno derecho ha comprendido muy bien esos compromisos inherentes a la actividad científica y desde años atrás viene fomentando en su entorno las actividades adecuadas para cumplirlos a cabalidad. (Lea también: Caso Clínico: Neuromielitis Óptica (Enfermedad de Devic))

Por eso ha merecido la posición de presidente del comité de ética en investigación, ha reunido un brillante grupo de colegas animados por similares preocupaciones para trabajar con ellos, ejerce con la palabra y con el ejemplo reiterado la docencia que va sembrando estas semillas en las jóvenes generaciones; es, en pocas palabras, buen modelo y activo formador de ese “espíritu rosarista” que al mismo tiempo reconoce y respeta las diferencias individuales pero estimula el obrar ético en cuanto mejor garantía de la calidad y calidez en la atención a la salud.

Desde su reapertura en 1965, la facultad de Medicina del Colegio Mayor de N.S. del Rosario se fijó el objetivo de instruir a los jóvenes en las ciencias biológicas y médicas tratando de mantener el paso que marcan los trabajos de avanzada, pero al mismo tiempo educarlos para que sean personas imbuidas de humanismo, a quienes les importe de veras y les duelan los sufrimientos de quienes busquen su auxilio.

Esa es la manera de pensar y de obrar que caracteriza al doctor Alberto Vélez, la que él busca mantener en sus trabajos y llevar a la conciencia de sus colaboradores y estudiantes.

Ya en estos años, como académico correspondiente, ha participado él de modo muy notorio en las tareas de esta Academia con ese mismo espíritu; en adelante, sus privilegios como miembro de número le permitirán hacer todavía más sólida y fructífera esa labor, con los previsibles frutos y beneficios para nuestra corporación y para la medicina colombiana, vale decir, para todos nuestros compatriotas.

Bienvenido, muy apreciado doctor Alberto Vélez van Meerbeke; su vida académica estará llena sin duda de éxitos y distinciones, que a todos sus pares y amigos nos llenarán de alegría.


* Presidente, Academia Nacional de Medicina. Discurso de Orden en la sesión solemne de Posesión del Dr. Alberto Vélez van Meerbeke como Miembro de Número.

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