Nuevos Miembros, Palabras del Académico José Félix Patiño Restrepo

Con motivo de la posesión del Doctor Gustavo A. Quintero Hernández como
Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Medicina de Colombia

Agradezco a la Junta Directiva el privilegio de comentar el trabajo de ingreso a la Academia Nacional de Medicina de una persona por quien profeso profunda admiración y afecto, sentimientos que se derivan del hecho de haber trajinado juntos, ya por varios años, las lides de la atención quirúrgica, la docencia y la investigación.

En este recinto, en pasadas ocasiones solemnes, he citado a Harvey Cushing, quien en su discurso ante los graduandos en el Jefferson Medical College de Filadelfia, el 5 de junio de 1926, se expresó así: «hay un viejo decir que plantea que el interés común no une a los hombres: más bien los separa; sólo hay una cosa que une en forma efectiva a la gente, y ésta es la devoción común».

Devoción y consagración a la cirugía caracterizan la vida de Gustavo Adolfo Quintero Hernández, y por tales características congrega y conforma magníficos equipos de trabajo.

Dueño de brillante inteligencia, investigador pertinaz, cirujano maestro, Gustavo Quintero tiene una extraordinaria capacidad ejecutiva. Es bien conocido un dictum: «si usted quiere que algo se haga, y que se haga bien, entréguelo a Gustavo Quintero».

Siempre he creído que la personalidad del hombre es de dos clases: reactiva o proactiva. La cualidad de reactividad es innata y salta a la vista; se refiere a la capacidad actuar, de responder a las normas, a las órdenes, a las instrucciones o a las condiciones de su entorno.

La cualidad de proactividad, casi en términos aristotélicos, se refiere más bien al hábito de una persona efectiva, que se adelanta a la rutina, a la demanda que le imponen las condiciones -y aun a modificar las condiciones. (Lea también: Nuevos Miembros: Académico Augusto Galán Sarmiento)

Proactividad en una persona significa ser responsable de su propia vida, refiriéndose al comportamiento, que es el resultado de su iniciativa y sus decisiones, no de las condiciones del entorno. El hombre proactivo tiene la habilidad de hacer que las cosas sucedan, de crear la diferencia entre el propósito y la ejecución.

Su comportamiento y sus respuestas son el producto de sus propias decisiones conscientes y afirmativas. Todos conocemos personas que son reactivas, pero, desafortunadamente, muy pocas que son proactivas. Gustavo Quintero es la personificación de la proactividad.

Por ello sus realizaciones son múltiples, y con una hoja de vida brillante ingresa hoy a la Academia Nacional de Medicina de Colombia. Su trabajo de ingreso, cuyo resumen acabamos de oír, es un erudito estudio sobre la Historia y Perspectiva de la Cirugía Biliar.

Gustavo A. Quintero es egresado de la Facultad de Medicina del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Hizo su especialización en cirugía general en el benemérito Hospital San José. Luego de ejercer su práctica quirúrgica en forma exitosa con sede principal en la Clínica Palermo, donde ocupó el cargo de Jefe de Médicos, en 1985 viajó a Londres a continuar estudios avanzados de postgrado.

En la Universidad de Londres obtuvo la maestría en microbiología médica, y luego se trasladó a Birmingham, en el Reino Unido, donde bajo la dirección del eminente cirujano Paul McMaster completó su formación en trasplante de órganos.

En 1988 regresó a Bogotá, como Jefe del Servicio de Trasplantes de la Fundación Santa Fe de Bogotá.

Es en la Fundación Santa Fe de Bogotá, donde Quintero ha desarrollado a plenitud su carrera como cirujano. Allí ha ocupado cargos de elevada responsabilidad, entre ellos el de Jefe de Microbiología Quirúrgica, Jefe Asociado del Departamento de Cirugía, Jefe de la Sección de Cirugía General y Jefe del Servicio de Cirugía Hepatobiliar.

Además, ha sido Director de Palabras del Académico José Félix Patiño Restrepo con motivo de la posesión del Doctor Gustavo A. Quintero Hernández como Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Medicina de Colombia la Unidad de Apoyo a la Gestión, Director Médico Asociado y actualmente es el Director de la División de Educación.

En esta última categoría ha jugado un papel de enorme valor en la estructuración de la nueva Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, proyecto en el cual, como en muchos otros, hemos tenido la oportunidad de trabajar hombro a hombro.

Quintero es autor de más de 50 publicaciones, varias de ellas en revistas médicas internacionales, de capítulos en textos médicos y es editor o coeditor de tres libros de particular importancia: Trasplante de Órganos, Infección en Cirugía y Cirugía del Hígado y de las Vías Biliares.

Cirujano talentoso y excepcionalmente hábil, Gustavo Quintero inició el programa de trasplante de hígado en la Fundación Santa Fe de Bogotá, el cual fue precedido por un activo trabajo de promoción en la sociedad y de reglamentación y estructuración legal.

El 2 de junio, de 1989 realizó el primer trasplante de hígado en la historia de Bogotá, y poco tiempo después el trasplante en un niño de 6 meses de edad y 6 kg de peso, el primero en su clase en Latinoamérica.

Son numerosas las contribuciones de Quintero a la cirugía biliar. Una de especial significación es el manejo quirúrgico de las estenosis biliares benignas con la técnica de hepático-yeyunostomía en Y de Roux con asa subcutánea, descrita por Hao-Hui Chen.

Con laboriosidad y gran honestidad intelectual, Quintero rescató para este autor del Colegio Médico de Pekín el debido crédito. Su serie de 75 casos operados con excelente resultado es una de las mayores en América Latina y tal vez en el mundo.

Pero además de su ser y su quehacer como cirujano, Quintero es dueño de una personalidad polifacética que lo ha llevado a sobresalir en el campo de la gestión y la gerencia. Bien conocidos son sus cursos sobre alta gerencia que tanto beneficio ha aportado a la administración hospitalaria.

Amante de la ópera y de la música clásica y fanático del fútbol, Quintero se desplaza con frecuencia bien al Covent Garden de Londres o a la Bombonera de Buenos Aires. Esto último generalmente en compañía del académico Hernando Abaúnza.

Tengo la autoridad que me da haber trabajado con Gustavo A. Quintero por 15 años consecutivos, para resaltar las cualidades de este hombre ejemplar, generoso, proactivo, con profunda vocación por la cirugía, quien con su inteligencia y devoción enriquecerá de hoy en adelante las sesiones de la Academia Nacional de Medicina de Colombia.

¡Bienvenido a la Academia, doctor Gustavo Adolfo Quintero!

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