La Revista “Medicina” en 129 años de Historia de la Academia
Académico Alfredo Jácome Roca
La fundación de la Sociedad de Medicina y Ciencias Naturales y de la “Revista Médica”, su órgano científico desde un principio, fueron la cristalización de unos cambios que comenzaron a gestarse en Europa en cuanto a filosofía y ciencias, cuando empezó a promoverse el acercamiento a la naturaleza por el contacto directo y la experiencia.
Portada de la Revista “Médica”
Serie VI del 20 de Mayode 1881, Numero 61
La educación neo-granadina rechazaba lo nuevo y repulsaba lo extraño. En medicina se continuaba concibiendo la enfermedad al estilo hipocrático, como un desequilibrio de los humores aunque en la práctica abundaban los empíricos.
Personajes como Mutis y Caldas, el visitante Humboldt, la misión francesa donde participó Boussingault, y la revolución misma de la independencia, empezaron a introducir las ideas positivas procedentes del Viejo Continente, no necesariamente acertadas pero al fin y al cabo novedosas.
Mutis, como Galileo, creía que la naturaleza es un libro escrito en caracteres matemáticos y pretendía enseñar la manera de descifrarlos. Tal vez fue un visionario del genoma humano de nuestros tiempos.
A partir de la Escuela Privada de Medicina de 1864, fundada por el núcleo de profesionales formados en Francia y que se constituyó en el “Cuerpo Médico Colombiano”, empezaría a predominar la mentalidad anatomo-clínica que se basaba en trabajos como los de Laennec, Morgagni, Corvisart y otros de la medicina hospitalaria francesa; la enfermedad comenzaría a concebirse como una lesión anatómica en los órganos – que genera un conjunto de signos y síntomas -, y donde la terapéutica debería estar dirigida a corregir dicha lesión.
Antonio Vargas Reyes fue uno de los representantes de esta corriente en nuestro país y alma intelectual de la Escuela Privada y de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, de la que fue su primer decano. (Lea también: Editorial, Responsabilidad Social del Médico)
Pero al mismo tiempo participó en aquellos periódicos médicos pioneros como “La Lanceta”, que apareció el 17 de abril de 1852 y que ofrecía trabajos de medicina, historia natural, química y farmacia o la “Gaceta Médica”, órgano de la Escuela de Medicina, que a partir de 1864, junto con “La Lanceta” creó y fomentó la conciencia de grupo en los médicos colombianos.
Se hacía necesario el estudio y la comprensión de la patología nacional, por lo que en 1859 se creó la Sociedad de Naturalistas Neogranadinos y en 1873, la Sociedad de Medicina y Ciencias Naturales.
El 2 de julio de ese mismo año apareció el primer número de la Serie I de la “Revista Médica”, en formato octavo y con ocho páginas, siendo su primer redactor Pío Rengifo Martínez y su administrador Bernardino Medina, médicos que si bien no fueron fundadores de la nueva Sociedad, si concurrieron a la segunda reunión de la misma el 9 de febrero.
Hasta el No. 37 (mayo 15, 1876), cuando ya se le reconoció como órgano de la Sociedad de Medicina y Ciencias Naturales al oficializarse el nombre de la corporación, figura como “Órgano de la Sociedad de Medicina de Bogotá”.
Sobre los antecedentes de este número 1, debemos decir que el 2 de marzo (de 1873), y debido a la renuncia de Rafael Rocha Castilla quien había sido designado Redactor Principal de la “Revista Médica”, el doctor Rengifo fue elegido para reemplazarlo en nueva votación.
En su editorial, dice el Redactor ” El imán irresistible que atrae a los hombres y los une entre sí, es la identidad de principios, de deberes, de derechos y de aspiraciones. Este resultado preciso de la sociabilidad inherente a nuestra naturaleza constituye, en la plenitud de su fuerza, la familia humana y, obrando en menor escala, forma grupos parciales o asociaciones, que vinculan sus esperanzas en un mismo pensamiento”.
Este editorial indicaba el programa de labores y ofrecía las columnas generosamente a los interesados en divulgar temas científicos interesantes. El No. 1 reproducía las actas de las primeras cuatro sesiones de la Sociedad y “Las traducciones de los artículos de Bodier Fleury”, institucionalizando en la Revista la sección de prensa extranjera, donde se publicaba lo más selecto de la literatura médica universal.
El segundo y tercer número aparecieron poco después. En este tercer número se escribe el obituario del profesor Vargas Reyes, quien fuese autor de la “Memoria sobre las Quinas de la Nueva Granada”, “Disertación sobre el Cólera Asiático” y la “Medicina del Pueblo”.
La primera serie de 12 números (lo que hoy llamaríamos un volumen), se completó el 15 de marzo de 1874, es decir, con una periodicidad mayor que la mensual que originalmente se había propuesto; cada número de la Revista superaba al anterior.
En el último de los editoriales del doctor Rengifo (marzo 17, 1875), cuando se retiró del cargo de Primer
Redactor de la Revista Médica, resumió las actividades de la publicación durante los dos años de labores, lamentándose de la falta de colaboración de los médicos colombianos y de los mismo miembros de la Sociedad.
Liborio Zerda, médico y naturalista, co-fundador de la Sociedad, investigador, educador, decano, autor de “El Dorado”, fue designado como nuevo Redactor.
En su primer editorial propone cambios interesantes y un nuevo impulso a la publicación, reforzando la sección de ciencias naturales. Un año después es reemplazado por el doctor Abraham Aparicio Cruz, quien fue Redactor los siguientes tres años.
Recordemos que la Sociedad de Medicina y Ciencias Naturales nació y funcionó por varios años en su propia residencia y de ella fue su primer Secretario y luego Presidente. Aunque fue catedrático y profesional de prestigio, autor de varios estudios, también incursionó en la política y fue concejal, parlamentario y alcalde de Bogotá.
Fue Primer Redactor desde el número 39 y continuó en el cargo hasta el No.60, cuando fue reemplazado por Nicolás Osorio Ricaurte; o sea, que participó en la redacción de buena parte de los volúmenes cuarto y quinto de la publicación periódica. Portada de la
Revista “Medicina” Numero 1 del año 1.978
Este último, catedrático y eximio investigador, fue autor entre otros estudios de “El cultivo de las Quinas,” Fiebre Amarilla y Fiebre Recurrente” y “La Viruela”. Graduado en París, fue miembro de la Sociedad de Higiene de Francia y ocupó el cargo de presidente, no sólo de la Sociedad de Medicina sino también de la naciente Academia Nacional de Medicina, que inició labores en 1891.
El nuevo Redactor propuso interrumpir la publicación de la “Revista Médica”, debido a la dramática situación económica que vivía la Sociedad; pero el doctor Osorio, con la ayuda del doctor Policarpo Pizarro y con el apoyo incondicional del Secretario de Instrucción Pública, letrado Ricardo Becerra, logró la proclamación de un decreto del Gobierno Nacional donde este se comprometió a sufragar los gastos del periódico de la Sociedad.
Las buenas relaciones del doctor Osorio y su entusiasmo, lograron el milagro de multiplicar por seis el número de páginas de la “Revista Médica”, que llegó a tener 48 por cada ediciòn. Después de ocho años de fructíferos esfuerzos (aunque la publicación dejó de salir entre el 84 y el 86 por razón de otra guerra civil) renunció el doctor Osorio a la redacción de la revista el 25 de febrero de 1888.
Por aquellos años el científico colombiano Wenceslao Sandino Groot publica en la revista un artículo donde exalta las propiedades terapéuticas de la hoja de coca, pues “mejora la virilidad, incluso en los octogenarios… combate la pereza”.
Años más tarde el profesor Bejarano, aquel mismo que combatió el hábito de consumir la chicha, se fue también lanza en ristre contra la coca, denunciando su comercio y consumo, resaltando sus efectos deletéreos en el organismo y recomendando la represión de la actividad y destrucción de los cultivos.
Fue Osorio reemplazado por el doctor Proto Gómez, con la suplencia del doctor Juan de Dios Carrasquilla, quien fungía como Vice-Presidente de la corporación. En uno de sus primeros editoriales destacó la importancia de los estudios bacteriológicos, los que eran objeto de prolongados debates en la Sociedad, como el de Gabriel Castañeda sobre “Lepra”, o el de Daniel Gutiérrez sobre “Los microorganismos de la Fiebre Amarilla”. De esto surgió la dedicación del doctor Carrasquilla al estudio de la lepra.
Este médico y naturalista destacado fue el último presidente de la Sociedad, ya que con el fin de solucionar sus penurias económicas, fue por lo que el Presidente Carlos Holguín y sus ministros lograron elevar a la corporación al grado de cuerpo consultivo del Gobierno Nacional, por medio de la Ley 71 de 1890, proyecto que fue tramitado por los doctores Agustín Uribe y Elberto de J. Roca y que contó con el apoyo de los médicos que eran parlamentarios.
En el trascendental acto en que se declaró instalada la Academia y que contó con la presencia del Presidente Holguín, el doctor Juan de Dios Carrasquilla se refirió en estos términos a la publicación oficial de la Academia:
“Unos pocos meses después (de la fundación de la Sociedad), conociendo sus miembros la imprescindible necesidad que había de consignar los hechos observados en el curso de su práctica y de ponerlos al alcance y en conocimiento de todos, emprendieron la publicación de la “Revista Médica”, periódico que destinaron a servir de órgano de la Sociedad, y que ha venido a ser, por la importancia de los asuntos en él dilucidados, la primera de las revistas científicas de la República”.
El primer Presidente de la nueva Academia fue José María Buendía, quien convocó el Primer Congreso Médico Nacional y ordenó publicar periódicamente el boletín “Archivos de la Academia”, a fin de divulgar las actas y otros documentos que no tenían espacio en la Revista Médica.
Portada de la Revista “Médica” Número 1
En una nueva presidencia de Nicolás Osorio, Carlos Esguerra (con la suplencia de Alberto Restrepo H.) reemplazó como redactor de la revista al doctor Proto Gómez, quien luego fue el siguiente presidente de la corporación.
En su periodo falleció en Panamá el primer Redactor, Pío Rengifo. Esguerra (quién editó los números 184 a 213) fue reemplazado en sus funciones de redactor por los académicos Carlos Michelsen y José María Lombana Barreneche, quienes vieron llegar el siglo XX con este encargo; el comienzo de la centuria en la que se realizaron los mayores descubrimientos científicos que ha tenido la humanidad en toda su historia encontró a la Academia cerrada por tres años, con motivo de la Guerra de los Mil Días.
Siendo Redactor el académico Lombana Barreneche, la Revista Médica entró en receso en marzo de 1908, pues la Academia venía sufriendo los rigores del desafecto oficial (quinquenio de Reyes), particularmente por el lado financiero. En ese momento, de la publicación habían aparecido 335 números, recopilados en 28 volúmenes. Al ascender Lombana a la presidencia de la corporación fue designado Redactor Luis Zea Uribe.
A pesar de algunas demoras, la publicación continuó apareciendo hasta febrero de 1924, cuando llegó al número 500 del volumen 42; redactores de aquella época fueron Jesús Olaya, Zoilo Cuellar Durán, Roberto Franco, Martín Camacho y Rafael Ucròs. De allí en adelante entró en prolongado receso hasta 1933.
Entre este año y 1936, aparecen los números 501 a 540. En aquellos tiempos surgen otras publicaciones en el mundo médico nacional, como los “Repertorios de Medicina y Cirugía” y la “Revista de la Facultad de Medicina” (de la Universidad Nacional, la que continúa editándose hoy en día).
De 1944 a 1947 (segunda etapa), salen 35 ediciones más de la revista, correspondientes a los volúmenes 47 y 48, siendo el último número el 575; transcurrirán después varios lustros antes de que se pueda reiniciar su publicación, pues no hay apoyo oficial.
Durante la presidencia de Edmundo Rico, él y los académicos Huertas, Rueda Montaña y Esguerra Gómez, con la asesoría editorial de Plinio Mendoza Neira, reaparece la Revista en su tercera etapa (6 números): En la cuarta etapa, José Vicente Huertas logró sacar dos números; el último (y final de la Revista Médica, que completó 583 ediciones), en diciembre de 1967.
El vacío que deja la publicación más antigua del país lo llenaron el “Boletín de la Academia Nacional de Medicina”, bajo la dirección Portada de la Revista “Medicina” de Esguerra Gómez y el patrocinio del Banco de la República, y los “Temas Médicos”, que bajo la dirección de Alberto Albornoz Plata han completado quince tomos.
Bajo la presidencia de César Augusto Pantoja y por iniciativa de José Francisco Socarràs, en 1978 se inició la actual revista “Medicina” que vino a ocupar el lugar de la Revista Médica, y que podemos considerar una prolongación de ella, a pesar de los largos recesos.
Inspirada en el estilo y diagramación de “Medecine de France” y con la asesorìa de Jorge Luis Arango, causó extraordinaria impresión en el cuerpo médico nacional por su bella impresión y excelente contenido repartido en escritos de Medicina y Letras. Mario Camacho Pinto ha sido editor de la revista durante muchos periodos y actualmente es Coordinador Emèrito.
Dentro del Comité Editorial recordamos a los académicos López Pardo, Mendoza Vega, Albornoz Plata, Serpa Flòrez y Cárdenas Escovar. Nuevamente vinieron las aulagas económicas, pero entró a colaborar por un tiempo la editorial “Catálogo Científico”, y cuando esta empresa cerró sus puertas, la revista cambió su portada que tuvo un color negro con azul y que apareció tres años bajo el patrocinio de Productos Roche, durante la presidencia de Pablo Gómez Martínez. Apareció luego otro número que financió la Academia.
Portada de la Revista “Medicina” Volumen 24, 2002
Número 3 (60) Diciembre – 2002
Posteriormente, gracias a la gestión de la Junta Directiva y de la Comisión de Biblioteca y Publicaciones ante el gerente de Laboratorios Italmex, doctor Joaquín Ordóñez, reapareció “Medicina”, esta vez con la actual carátula de color verde y con el sello dorado de la corporación.
Desde esa oportunidad ha venido saliendo varias veces cada año (presidencias de Cavelier, Otero, Muñoz, Rueda Pérez, Patiño y Mendoza-Vega), actualmente en virtud de los dineros aportados por el Ministerio de Educación.
En la presente etapa se ha desempeñado como Coordinador Editorial, y al igual que otros distinguidos académicos, asiduo colaborador, el ex-presidente de la Academia Nacional de Medicina, Efraim Otero Ruiz.
En un momento de muchas realizaciones, la revista Medicina, con artículos científicos e históricos de gran calidad y otros relacionados con la problemática del sector salud, va ya en su número 60 de la última época.
Si contamos desde que apareció la Revista Médica, podríamos decir que es la publicación más antigua de Colombia y una de las de mayor tradición en el mundo: se han editado hasta la fecha 640 números y ha sido el órgano oficial de la Academia durante 129 años.
Referencias
- Botánica. En “Historia de Colombia” (Martín, Director). 1987. Salvat Editores, Bogotá. Pp. 593-613. Otero-Ruiz E. Cronología Histórica de la Academia Nacional de Medicina. Medicina 1991. Números 24: 11-36 (1ª.parte) y 27: 3-29 (2ª.parte) Quevedo E. La ciencia y la medicina positivista. En “Historia de Colombia” (Martín, Director) 1987. Salvat
- Cáceres H. Itinerario Histórico 1873-1992. Academia Nacional de Medicina de Colombia. 1993, Laboratorios Italmex, Bogotá.
- Cuellar-Montoya Z. Sociedad de Medicina de Bogotá.
Academia Nacional de Medicina. Historia de la Academia (en preparación).
Camacho-Pinto M. Revista Médica de Bogotá, numeración de volúmenes (inédito).
Hernández de Alba G. La educación y la modernidad científica, José Celestino Mutis y la Expedición - Botánica. En “Historia de Colombia” (Martín, Director). 1987. Salvat Editores, Bogotá. Pp. 593-613. Otero-Ruiz E. Cronología Histórica de la Academia Nacional de Medicina. Medicina 1991. Números 24: 11-36 (1ª.parte) y 27: 3-29 (2ª.parte)
- Quevedo E. La ciencia y la medicina positivista. En “Historia de Colombia” (Martín, Director) 1987. Salvat Editores, Bogotá. Pp. 1399-1411.
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