Valoración Clínica de La Parálisis Facial

1. Examen Otorrinolaringológico

2. Examen Neurológico completo

3. Pruebas de Topodiagnóstico

a. Lagrimación
b. Salivación
c. Gusto
d. Impedanciometría

4. Estudio radiológico del hueso Temporal

5. Escanografía simple y con contraste aéreo

6. Electrodiagnóstico

a. Electromiografía
b. Electroneuronografía

Con estas pruebas podemos hacer un diagnóstico topográfico del sitio en que el nervio se encuentre lesionado y con anticipación planear la intervención quirúrgica y en especial la vía de abordaje al nervio, que bien podría ser por vía mastoidea, traslaberíntica, transmeatal o por vía de la fosa media.

Etiologia:

Ante el cuadro clínico de un paciente que consulta con Parálisis Facial, debemos tener presente que un sinnúmero de entidades patológicas pueden producir este cuadro. Y bien puede tratarse de una simple parálisis idiopática, pero no debemos des-cartar un proceso tumoral como puede ser un Neurinoma del Acústico, que en algunos casos se presenta inclusive con audición normal, y uno de los primeros síntomas es la Parálisis. Resumimos en el cuadro siguiente las causas más frecuentes de la Parálisis Facial.

Etiología de La Parálisis Facial

Lesiones centrales:
Accidentes cerebrovasculares
Enfermedades desmielinizantes
Tumores del ángulo pontocerebeloso Poliomelitis

Lesiones periféricas (Intratemporales)
Infecciones: T.B.C. Otitis
Sífilis, lepra
Varicela, Roseola, Paperas
Herpes Zoster
Parálisis Idiopática (Bell)

Tumores:
Neurinoma del facial
Neurinoma del acústico
Glomus yugulares
Colesteatoma

Tumores metásticos
Granulomas
Granulomatosis de Wegener
Sarcoidosis

Enfermedades sistemáticas
Síndrome Guillain Barré. Diabetes
Vasculitis. Hipertensión
Síndrome de Melkersson

Lesiones traumáticas:
Quirúrgicas (Iatrogénicas)
Fracturas del hueso temporal
Heridas con arma de fuego

Tratamiento Quirúrgico:

El mejor tratamiento de la parálisis post-traumática es la prevención. Muchos de los accidentes de la vida moderna pueden evitarse. Los obre-ros en las fábricas deben estar protegidos para evitar accidentes que pueden producir lesiones faciales o fracturas del hueso temporal. Esta prevención, también debe extenderse a todos los deportes que potencialmente producen estos accidentes.

Pero para los Otólogos la mejor prevención del accidente quirúrgico es un buen entrenamiento y dominio de la anatomía del hueso temporal, que solo se adquiere con muchas horas de práctica sobre cadáveres, y la experiencia de años en el vivo.

En relación con las distintas pruebas que hoy se practican para definir el diagnóstico, sitio y grado de la lesión, le damos la mayor importancia a las pruebas de salivación, lagrimación y gustometría en la que tenemos mayor experiencia y son de fácil aplicación clínica y no necesitan equipos sofisticados para su práctica. El audiocirujano debe estar también familiarizado con las pruebas de electrodiagnóstico y la interpretación de ellas sobre las cuales haremos algunos comentarios.

El examen de neuro-excitabilidad (N.E) se basa en que cuando una lesión bloquea la conducción de un nervio motor, el músculo que inerva, no funciona voluntariamente. Pero si el nervio está intacto por delante de la lesión, entonces responde normal-mente, si se estimula más allá de esta lesión.

La electromiografía es un examen que tiene sus indicaciones cuando aparecen cambios de degeneración o fibrilación, pero estos se presentan tan solo a los 20 días, de suerte que, las pruebas de neuroexcitabilidad tienen indicación más in-mediata, pero deben practicarse diariamente.

Vamos a definir, también, los siguientes términos y que corresponden al proceso que sigue un nervio lesionado.

Un nervio puede sufrir tres tipos de lesiones:

1. Neuropraxia

Es la interferencia funcional del nervio no acom-pañada de degeneración del segmento distal. En otras palabras, es el bloqueo fisiológico del nervio.

2. Axonotmesis

Corresponde a la degeneración incompleta del ner-vio. Es la división del axón con degeneración periférica del axón y vaina mielínica pero sin apreciable daño del neurilema y vainas endoneurales.

3. Neurotmesis

Es la degeneración completa del nervio, con ausencia de neuroexcitabilidad y se presenta cuando hay interrupción de los elementos esenciales del nervio, aunque no necesariamente, acompañada de una solución de continuidad.

La Neuropraxia es el daño más ligero y solo se lesiona la vaina del nervio.

Un nervio lesionado con edema, fragmentos óseos o hemorragia intracanicular 10 único que puede restablecer su función es la cirugía, y si no se interviene puede llegar a la Neuropraxia o a la Neurotmesis, la demora en el acto quirúrgico, solo empeora el pronóstico y permite que durante este tiempo aparezcan en el nervio cambios irreversibles que posteriormente serán más difíciles de reparar.

No se puede tener una conducta definida previa sobre si vamos a practicar una descompresión, una sutura o un injerto libre. Es solo durante el acto quirúrgico y una vez expuesto ampliamente el nervio e identificada la lesión, cuando podemos definirnos sobre la conducta. Después de una buena hemostasis y bajo control microscópico, examinamos el nervio que bien puede estar con edema, hemorragia intracanicular o fragmentos óseos, o bien totalmente seccionado, y es de acuerdo con la lesión encontrada, como vamos a intervenir.

En nuestra experiencia y al revisar los casos referidos por accidentes quirúrgicos, hemos encontrado los siguientes sitios en que el nervio ha sido lesionado:

Sitios frecuentes de lesiones Quirúrgicas:

1. En el piso del antro mastoideo en casos de Duramadre muy baja.
2. En el segmento timpánico al remover el puente.
3. En el segmento vertical al practicar la timpanotomía posterior.
4. En el ganglio geniculado en donde el facial puede ser confundido con el músculo del martillo.
5. En Estapedectomía y cirugías de vértigo.
6. En sección del nervio vestibular. Neurinoma del acústico.

Principios Básicos

En Las Técnicas Quirúrgicas:

1. Identificación amplia del área lesionada.
2. Localización del nervio en segmento proximal y distal.
3. Reparar el nervio y las estructuras vitales ad-yacentes.
4. Obtener un injerto de diámetro y longitud adecuado. (Auricular mayor)
5. Practicar una Neurorrafia atraumática.
6. No dejar cavidad operatoria y reconstruir tímpano y cadena osicular.
7. Liberar el nervio en agujero estilomastoideo.
8. Irrigación continua y fresas de diamante, electrocoagulación bipolar.
9. No colocar un injerto sobre una cavidad infectada.

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