Síndrome General de Adaptación
La endocrinología se enriqueció enormemente por la descripción del síndrome general de adaptación o la teoría del estrés del austríaco Hans Selye, quien finalizaría sus días como canadiense por adopción. Para sus época de estudiante de medicina en Praga, el hijo del cirujano Hugo Selye empezó a observar que sus pacientes –aparte de la enfermedad por la cual consultaban- presentaban cansancio, pérdida del apetito y de peso, astenia y otras manifestaciones que hoy tal vez incluiríamos en el síndrome de fatiga crónica. Una vez graduado, estudió en su universidad química orgánica, obteniendo un doctorado. De allí pasó a ser becario de la Rockefeller en Johns Hopkins y luego pasó a McGill, donde se inmortalizaría con sus experimentos del ejercicio físico extenuante con ratas de laboratorio que comprobaron la elevación de varias hormonas como el ACTH, la adrenalina y noradrenalina, junto con atrofia del sistema linfático y presencia de ulceras gástricas superficiales, después llamadas del estrés. Este estrés biológico sería el causante de enfermedades cardiacas, hipertensión arterial, trastornos emocionales y otras patologías en las que los incrementos continuados en las hormonas mencionadas actuarían de manera deletérea sobre los correspondientes órganos de choque. Luego planteó que no solamente producen estrés los agentes físicos nocivos para el animal sino también las demandas de carácter social y las amenazas del entorno del individuo que requieren de capacidad de adaptación. Definió Selye su famoso término como”la respuesta no especifica del organismo a cualquier demanda del exterior”, que se identifica en tres fases, una reacción inicial de alarma (con liberación de hormonas del estrés, generalmente contra-reguladoras de la insulina), un estado de resistencia y finalmente una fase de agotamiento. Varias enfermedades se relacionan con el estrés agudo, como úlceras gástricas, estados de shock, ansiedad postraumática y obstétrica, estados posquirúrgicos, quemaduras e infecciones severas, mientras que otras podrían relacionarse con estrés crónico: trastornos disfuncionales del aparato digestivo que llevan a síntomas dispépticos o a intestino irritable, ansiedad generalizada, insomnio, cefalea tensional, disfunción eréctil, enfermedades cardiovasculares y tendencia a las adicciones, aunque su participación es menos clara pero el uso del término es bastante común.
Williams RH. ed. 1974. Textbook of Endocrinology. 5th ed. Philadelphia: W. B. Saunders Co. Hans Selye. www.wikipedia.org/
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