Cooperativismo en la Ciencia
Introducción.- 1. ¿Por qué los filósofos se han entusiasmado con los telescopios y se avergüenzan de discutir acerca de los microscopios? ¿Por qué debería un filósofo preocuparse acerca de cómo funciona un microscopio? Porque es una manera de saber algo acerca del mundo real. ¿Cómo hace el microscopista para ver el mundo real? Por medio de trucos, de habilidades, que le permiten diferenciar entre artefactos y cromatina, por ejemplo. Esta es la idea que quiere desarrollar Hacking para demostrar que las conjeturas y discusiones entre realistas y anti-realistas, palidecen al lado de la metafísica de investigadores serios, que afirman que el microscopio de difracción de rayos X es el principal enlace entre la estructura atómica y la mente humana actualmente y que por consiguiente los filósofos de la ciencia que discuten el realismo y el anti-realismo deben saber algo acerca de los microscopios, porque es una manera de saber algo acerca del mundo real. Los microscopios son hechos reales acerca de las entidades teóricas, son un argumento convincente a favor del realismo científico. Primero conjeturamos que hay un gen de tal o cual tipo y posteriormente se desarrolla un instrumento que nos permite verlo; pero los positivistas no aceptan esta evidencia, dicen que sólo las teorías nos hacen SUPONER que lo que la lente enseña es verdadero. “La realidad en la que creemos es sólo una fotografía de lo que salió del microscopio, no una cosita real”1
2. ¿Qué piensan los filósofos de la ciencia acerca del telescopio y acerca del microscopio? ¿Por qué uno sí ha creado entusiasmo, ha creado paradojas filosóficas y el otro, el microscopio, ha desempeñado un humilde papel? Galileo sostenía que las leyes de la visión eran las mismas en la tierra y en el cielo. Feyerabend, argumenta diciendo que la ciencia procede mediante la propaganda tanto como mediante la razón: Galileo era un estafador, no alguien que razonara experimentalmente. Pierre Duhem utilizó el telescopio para exponer su tesis de que ninguna teoría tiene que rechazarse, ya que los fenómenos que no encajan pueden siempre ajustarse cambiando las hipótesis auxiliares: si las estrellas no están donde la teoría predice, la culpa es del telescopio, no de los cielos.
¿Qué pasa con el microscopio? ¿Vemos o no vemos con él? ¿Cómo funciona un microscopio? ¿Hay diminutas criaturas por debajo de la visión humana? ¿Es lo mismo la visión macroscópica y la microscópica? Antes de Ernest Abbe (1840-1905), nadie entendía cómo funcionaba un microscopio, que el límite teórico de resolución no permitía ver con un microscopio, que la visión microscópica era sui generis, que las imágenes de objetos diminutos no se explican por las leyes de la refracción sino de la difracción.
Los poco filósofos que han escrito acerca del microscopio, piensan como Gustav Bergman (positivista lógico) acerca del mismo: “Cuando miro a través de un microscopio, todo lo que veo es una mancha de color que se desliza a través del campo de visión como una sombra sobre la pared”. Grover Maxwell exhortaba a que “hubiera un continuo de la visión”, para negar que hubiera una distinción entre entidades observacionales y entidades teóricas, sin embargo propugnaba por una cierta forma de realismo científico al rechazar un anti-realismo que sostuviera que sólo debemos creer en la existencia de entidades observables que se infieran de nuestras teorías. Maxwell sostiene que los microscopios de poca potencia y los de mucha potencia son solo de lo mismo. Esto no es cierto como tampoco es cierto que los microscopios solo sirvan para ver a través de ellos. Para Van Fraseen lo importante es restaurar la distinción entre lo observable y lo no observable. Para él lo observable es un término vago cuya extensión misma puede estar determinada por nuestras teorías y que la línea divisoria se trace en un lugar que le permita cierta movilidad entre lo no observable. Desconfía del continuo de Maxwell y lo rechaza, porque trata de detener el deslizamiento de las entidades vistas a las entidades inferidas muy pronto. Hacking, considera que Van Fraseen no es un observador de aves, pues al considerar que se puede ver a través de binoculares algunos objetos uno se puede acercar a ellos para verlos a simple vista. Una cosa es lo que podemos observar con el ojo sin ayuda alguna a lo que no podemos observar más que con instrumentos. Van Fraseen concluye que no vemos a través de un microscopio, pero sin embargo sí vemos a través de algunos telescopios. Podemos ir a Júpiter para verlo de cerca y ver sus lunas, pero no podemos empequeñecernos al tamaño de un Paramecio para verlo. Los procesos físicos existen sólo cuando son observables como la estela de ionización de un avión a reacción, se ve el avión volar y aterrizar, pero nunca se puede esperar que un electrón aterrice y se pueda ver.
El filósofo no podrá ver a través de un microscopio, a menos que haya recibido entrenamiento para ello y haya aprendido a usar varios de ellos, es decir, haciendo algo. Algunas entidades pueden ser invisibles durante algún tiempo, pero gracias a un nuevo truco de la tecnología, a una nueva habilidad de la misma, se vuelven observables. La distinción entre lo observable y lo meramente teórico no le interesa a la ontología.
La primera lección de Hacking es: NO MIRES SOLAMENTE: INTERFIERE TAMBIÉN2 Se aprende a ver con el microscopio haciendo algo, no solo mirando. Las nuevas maneras de ver, adquiridas después de la infancia, entrañan un aprendizaje por medio del hacer, no solo por medio del mirar pasivo. El desprecio de John Dewey por la “teoría del conocimiento del espectador”, se aplica igualmente a la “teoría del microscopio del espectador”. La convicción, la creencia, que una célula está bajo el microscopio como un hecho real, se refuerza cuando interactuamos con ella, cuando la habilidad que hemos logrado con el microscopio, nos sirve además para diseñar otros instrumentos físicos y poder, ejemplo: microinyectar un óvulo para inseminarlo “artificialmente”. Hacking dice que los microscopistas prácticos no están exentos de perplejidad filosófica al preguntarse qué implicación tiene el enunciado de que “la imagen es lo mismo que el objeto”, al preguntarse filosóficamente acerca de “ver”, si los enunciados acerca de lo que se ve en el microscopio está cargado de teoría, de teoría óptica o de teoría de la radiación. Dice que se necesita teoría para hacer un microscopio, no se necesita teoría para usarlo, como tampoco se necesita teoría para conducir un carro, por ejemplo. La teoría puede ayudarnos a entender el por qué los objetos percibidos con un microscopio de contraste de fase o de interferencia tienen franjas asimétricas a su alrededor, pero se puede aprender de manera totalmente empírica a ignorar este efecto.
Con estas discusiones filosóficas lo que Hacking quiere hacer, es precisamente eso HACER. Es recalcar, llamar la atención en la PRÁCTICA, entendida como el desarrollo de la habilidad para distinguir entre los artefactos visibles de la preparación o del instrumento y la estructura real que se ve con el microscopio. El continua conjugando el verbo probar (tiene sentido de contraste empírico) mas que el verbo ver. Las observaciones y las manipulaciones muy pocas veces acarrean una carga de teoría física y lo poco de teoría que podemos encontrar es independiente de células o de cristales que se estén estudiando. El desarrollo de la habilidad práctica genera convicción, genera creencia. Es la acción para ver, para conocer, para generar creencia. Es la suma de acciones individuales, de diferentes formas de realismo, para tratar de interpretar la “imagen”: “Este tipo de “imagen” tan especializada que, por lo general, no puede interpretarse sin la ayuda de una imagen adicional, la foto micrografía, sobre la que se superpone”3. La mezcla de “imagen” del radioautograma con la foto micrografía, para interpretar, para superponer esas dos clases de imágenes y obtener una sola, para estar en el camino correcto de “ver”.
3. ¿Qué nos propone Hacking con todo esto de la historia del microscopio, de la evolución del mismo, de la comparación de la visión macroscópica y microscópica, de la explicación de Abbe acerca de cómo vemos por el microscopio, la difracción de la luz, el empleo de cualquier propiedad de la luz, de la imagen, de la representación, de la percepción, del argumento de la coincidencia, del argumento del enrejado, del mapeo de la imagen? ¿Que papel desempeña la intersección, la interacción? ¿Qué es la convicción? ¿Por qué no propone el argumento de la coincidencia, como la única base de nuestra convicción? Porque se necesita de la combinación de un elemento visual convincente con otros modos mas intelectuales del entendimiento y con otros tipos de trabajo experimental. Se necesita el sano reconocimiento de la falta de unidad de la ciencia, al menos en el nivel de los fenómenos, para explotar elementos esencialmente no relacionados entre sí. Purificamos un aspecto de la naturaleza, diseñamos un instrumento, le dedicamos varios años de trabajo para perfeccionar los prototipos y tener un instrumento a través del cual podemos discernir una estructura particular. Nadie que no sea un escéptico cartesiano puede suponer que la estructura está hecha por los instrumentos en lugar de ser inherente al espécimen. Se necesita, no solo, estar convencidos que la imagen del mapa es buena para estar seguros de que vemos con el microscopio, de que a la imagen se le quitaron las aberraciones, los artefactos, sino que ese mapa debe representar la estructura del espécimen en relación, en su relación de dos o tres dimensiones que están presentes en el mismo. Se necesita una extensión liberal de la noción de ver, una interacción indirecta para poder extrapolar el concepto de ver, tanto en el espacio convencional como recíproco. Un mapa de interacciones como las que hay entre el espécimen y la radiación que produce la imagen.
¿Tiene esto algo que ver con el realismo científico?, se pregunta Hacking. Tenemos que reconocer que solo modestamente puede tener algo que ver. Si concluimos que vemos con los microscopios luminosos, ¿los objetos que vemos son reales? NO. “Tengo que repetir que, así como sucede con la visión macroscópica, las imágenes que se obtienen o las micrografías son solo una parte de la confianza en la realidad”. Llegamos a convencernos de la realidad no solo por lo que vemos, sino porque formulamos concepciones de lo que hacen, de por qué están allí. Por eso no propone el argumento de la coincidencia (mi argumento de coincidencia simplemente dice que sería una coincidencia ridícula si dos tipos de sistemas físicos totalmente diferentes produjeran exactamente el mismo tipo de arreglo de puntos en las micrografías) como la única base de nuestra convicción de que vemos a través del microscopio. Este es un elemento, un elemento visual convincente, que se combina con otros modos más intelectuales del entendimiento, y con otros tipos de trabajo experimental. La microscopia biológica sin la bioquímica práctica es tan ciega como las intuiciones de Kant en la ausencia de conceptos.
Todo lo que ha dicho es que no deberíamos sujetarnos al positivismo con fenomenología del siglo XIX. “Al positivismo le debemos la necesidad de distinguir tajantemente entre inferencia y ver a simple vista(o cualquier otro sentido sin ayuda alguna) Pág.197. Que deberíamos permitirnos hablar de ver con el microscopio, aunque esto sea una adhesión al realismo respecto de la microscopia, pero no un argumento respecto del realismo científico: ver no es un argumento que demuestre que haya tales cosas.
Estamos convencidos de muchas cosas: estamos convencidos de lo que vemos utilizando varios tipos de microscopios; del éxito que nos proporciona nuestra habilidades; de la búsquedas de fraudes que no se han detectado todavía; estamos convencidos de los instrumentos para poder interferir con ellos; hacemos cantidad de distinciones para convencernos de…., utilizando adverbios, adjetivos y preposiciones. Pero es más convincente la intersección4, la interacción, para poder distinguir. “Es más convincente la admirable intersección con la bioquímica, pues confirma que las estructuras que distinguimos con el microscopio también se distinguen por propiedades químicas particulares”. ¿De que no estamos convencidos? De una teoría deductiva acerca de la ciencia (acerca de la célula). “Lo que se ve es curiosamente resistente a cambios de teorías”.Ver cita de Heinz Post: se cambió la teoría pero la gente siguió mirando las micrografías de las moléculas como si fueran representaciones genuinas. La vida experimental de la microscopía emplea medios no teóricos para distinguir entre artefactos y lo que es verdadero (Pág.229). La distinción entre lo observable y lo meramente teórico no le interesa a la ontología. No se debe subestimar el papel de lo pre-teórico de la invención ni del ensayo y error con experimentos. Solo en parte estamos ante la idea de Shapere, de que lo que llamamos observación está determinado por la teoría. “Las relaciones entre teoría y experimento difieren en diferentes estadios de desarrollo y no todas las ciencias naturales pasan por los mismos ciclos.” Pág. 183. Estamos convencidos de un gran número de generalizaciones de bajo nivel que se superponen y nos permiten controlar y crear fenómenos en el microscopio (con los instrumentos, con la práctica, con las habilidades). “Las observaciones y las manipulaciones muy pocas veces acarrean una carga de teoría física, y lo poco de teoría que podamos encontrar es independiente de las células o de los cristales que se están estudiando”. Pág.221. Entramos a los mundos dentro de otros mundos, cuando alcanzamos la visión tridimensional, cuando aprendemos a ir y venir por el mundo y e intervenir en él. (Cita del paralelo con Berkeley)
Comentario. Termino citando el comentario de Echeverría 5 en la Pág. 306 acerca de la obra de Hacking: “En dicha obra subraya la importancia de la observación y de la experimentación para obtener conocimiento científico y para modificarlo”. “La práctica experimentadora es previa a la obtención de conocimiento científico”. “Por delante del realismo ontológico, centrado en objetos y entidades, conviene partir de un realismo práctico, que afirme la realidad de las acciones y de los procesos antes que la realidad de los objetos. Puesto que solo conocemos los objetos del mundo a través de nuestras acciones, la filosofía de la ciencia debe partir de una teoría de la acción”. “Estas tesis de Hacking permiten reinterpretar algunas de las propuestas de de los sociólogos de la ciencia y cita a Pickering: “La sociología del conocimiento científico simplemente no llega a ofrecernos el aparato conceptual que se precisa para ponerse al corriente de la riqueza del hacer científico, la dura tarea de construir instrumentos, planear, llevar a cabo e interpretar experimentos, elaborar teorías, negociar con los gesteros de los laboratorios, con las revistas, con las instituciones financiadoras, y así sucesivamente. Describir la práctica científica como abierta e interesada (alusión a Bloor) equivale, en el mejor de los casos, a hacer un rasguño sobre la superficie.” “Un realismo basado en la práctica científica y no en el conocimiento”
Volmar Augusto Padilla Quintero, MD Oftalmólogo.
Estudiante de tercer semestre de Maestría en Filosofía, Universidad Javeriana.
*Trabajo final del seminario de filosofía de la ciencia, sobre el capítulo 11(microscopios) del libro del filósofo de la ciencia Ian Hacking. Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Filosofía (Programa de Maestría. Profesor: Luis Eduardo Suárez). Presentado en la Sesión de Noviembre 7, 2006.
Referencias y notas
1) Hacking I. Representar e intervenir. Editorial Paidos, 1ª edición, 1966. Capítulo 11. Los microscopios. Página 215
2) Interferir, tomado del inglés interfere; creo que la mejor acepción del término sería intervenir como acción, como actuar y no interferir en el sentido de obstaculizar, obstruir, interponer algo, Vg., interferir las comunicaciones. Quedaría mejor: no sólo mires, actúa (o, realiza una intervención).
3) Ibíd., página 220
4) Intersección: encuentro de dos líneas, dos superficies o dos sólidos que recíprocamente se cortan, que es respectivamente un punto, una línea y una superficie. Diccionario de la Lengua Española. Real Academia de la Lengua, vigésima primera edición, 1992.
5) Echeverría J. Introducción a la metodología de la ciencia. La filosofía de la ciencia en el siglo XX, Editorial Cátedra SA, 1999. Capítulo 9, página 295.
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