Consumo de Café Disminuye la Posibilidad de Diabetes

Tomar inveteradamente café disminuye el riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2, aseguran los epidemiólogos E. Salazar-Martínez, M.J.Stampfer y colaboradores del Hospital Brigham y de Mujeres de Boston, al publicar los resultados de un estudio prospectivo de cohorte que apareció en el Annals of Internal Medicine (2004.140:1-8).

Los investigadores de la Universidad de Harvard, que coordinan los estudios de Salud de las Enfermeras y el de Salud de los Profesionales, siguieron (1986-1998) a 41934 hombres y (1980-1998) a 84276 mujeres sin diabetes, cáncer o enfermedades cardiovasculares al inicio del estudio. Se valoró periódicamente a través de cuestionarios el consumo de café y la aparición de nuevas noxas, documentándose 1333 nuevos casos de diabetes tipo 2 en hombres y 4085 en mujeres, y -después de hacer ajustes por edad, índice de masa corporal y otros factores de riesgo- se encontró una asociación inversa entre el consumo de café y otras bebidas cafeinadas, a pesar de que en estudios anteriores –pequeños y a corto plazo- se encontró que la administración aguda de cafeína disminuye la sensibilidad a la insulina y por tanto produce intolerancia a la glucosa. Los riesgos relativos disminuyeron de manera significativa–particularmente en el sexo masculino- cuando el consumo estuvo entre cuatro y seis copas al día, los que también bajaron –aunque menos- en aquellos bebedores de café descafeinado que consumen cuatro o más tazas diarias.

Debido a que es popular el consumo de café (con o sin cafeína), colas, alcohol, cigarrillos, jugos o líquidos en general, numerosos estudios epidemiológicos han sido conducidos por este y otros grupos de investigadores en los Estados Unidos y en Europa. En general se concluye que el consumo de bebidas cafeinadas disminuye el riesgo de diabetes, de enfermedad de Parkinson, de suicidio, de cálculos vesiculares, no tiene nada que ver o su asociación es demasiado sutil y poco clara en patologías tales como infarto del miocardio, cáncer de seno, fracturas de cadera, abortos espontáneos o cáncer de páncreas entre otros. Algunos estudios dan resultados simpáticos: en general la ingesta consuetudinaria de líquidos previene los cálculos renales, sea agua o bebidas cafeinadas y descafeinadas, pero previene mucho más si lo que se toma es vino. Las bebidas con cafeína no inducen cáncer de vejiga en el sexo femenino, pero parece tener algún impacto en el masculino. El consumo de café disminuye el cáncer de seno en mujeres delgadas pero lo aumenta en las obesas, la cafeína no tiene que ver con el inicio de artritis reumatoide en mujeres, pero la bebida descafeinada si aumenta la frecuencia del comienzo de la enfermedad, mientras que el te la disminuye. Y así continúan los estudios que en general muestran que el consumo de cafeína es en general benéfico –con excepciones como la de las mujeres propensas a la osteoporosis o los que presentan temblor esencial-, que el descafeinado no es bueno para la artritis reumatoide, que la asociación de cafeína y terapia hormonal de suplencia no parece ser buena para el corazón, y que en general el cigarrillo es malo para todo.

Los cafeteros de nuestros países latinoamericanos deben estar felices con estos resultados que al menos le aseguran la no oposición del cuerpo médico –tan dado a prohibir hábitos- y hasta su recomendación, mientras que las cadenas que distribuyen al minoreo la bebida caliente en nuestro país Colombia han tenido un respiro por la decisión de gigante Starbuck Coffee –dueña de extensas plantaciones en Costa Rica- de por ahora no entrar a competir en el país.

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