Psicodinámica y Consideraciones Teórico-técnicas

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Grupo primario

Fueron los trabajos de Lebon y luego los de Freud los que iniciaron la investigación de la psicología de grupo y fue Freud el primero en negar una dicotomía real entre la psicología individual y de grupo, y, como lo expone s. Schelinger (65), el desarrollo de la personalidad es una interacción continua y dinámica entre el individuo y su ambiente; Ackerman (64) habla de que la primera familia es el primer grupo y el que más influye en la personalidad del niño; además, para Erickson el Yo se desarrolla en una realidad social.

La familia constituye no solamente el primer paso en la asociación individual con otras personas, sino también se vuelve un prototipo de las relaciones de grupo. Los conceptos de libido de grupo, de dependencia social, de contagio grupal, son conceptos freudianos. Freud mismo nos dice: “La ligazón entre los miembros de grupo es de una naturaleza que pertenece a la identificación, basadas en las cualidades emocionales comunes, y podemos sospechar que estas cualidades se afirman en la relación con el líder.

El grupo primario está constituido por un número de individuos que han sustituido el mismo objeto por su yo ideal y, por consecuencia, se han identificado el uno con el otro con ese Yo”. El ideal del grupo puede tomar lugar en el líder, quien sustituye al super-yo individual.

(Lea También: Dinámica de Grupo)

Liderazgo y formación de grupo

Para Freud (26) el líder representa al padre en quien se aglutina y forma el grupo primario; pero se ha visto que el líder puede representar la madre o el padre según como estas figuras se hayan vivido y de acuerdo con la cultura patri-matrilineal, patriarcal o matriarcal.

El punto original freudiano está en que el individuo regresa a la infancia cuando el yo es débil y dependiente de los padres; así, en está forma, buscan un ideal del Yo. Bychowski (9) dice: “Entre más se siente débil el Yo, más obediente y sumiso se vuelve con el líder”.

Reder (67) sustituye la palabra líder por “persona central” en el proceso formativo del grupo y, en está forma, tres tipos de relaciones pueden existir entre los miembros y la persona central: 1°, la persona central es el objeto de identificación con base en el amor o el miedo; 2°, la persona central es objeto de amor y hostilidad, y 3°, la persona central sirve a los miembros del grupo como un apoyo y ayuda para resolver los conflictos.

El líder tiene que ver con el tono emocional del grupo, el cual a la vez es la suma de las relaciones emocionales de los miembros del grupo con el líder. En general las relaciones libidinales intragrupales y las identificaciones tienden a contrarrestar las expresiones negativas de los sentimientos contra el líder.

El mecanismo de desplazamiento del líder a otro objeto es bien observado, lo mismo que la búsqueda de la expiación de la culpa con el encuentro del “chivo expiatorio” (68).

El líder también surge o es dado por el grupo de aquellos miembros que en algún momento expresan sus necesidades vitales o por aquellas fructuaciones que no pueden tolerarse más; de tal forma, los miembros del grupo pueden identificarse, pudiendo ser éste mecanismo bidimensional o multidimensional. Kris (69) dice: “En los grupos totalitarios el líder es aceptado como un ideal del Yo. Identificándose con el superyo, mientras en los grupos democráticos la identificación es con el Yo”.

Hay otros factores que unen a los miembros del grupo tales como la extensión del narcisismo individual del líder, la necesidad de protección, los interese comunes, los obstáculos y las experiencias comunes, dentro del grupo un super-yo más tolerante y otro intolerante y a veces Redle (70) piensa que la identificación al nivel oral incorporativo es lo más importante en las relaciones de grupo, y según Stern (71), el grupo ofrece la protección para el desarrollo del mismo.

Scheidlinger (72) cree, cómo Freud, en que la naturaleza y el origen del grupo residen en una fuerza libidinal o “instinto gregario” en que se realizan las identificaciones y las relaciones objetales, y en que influyen también los factores regresivos y de progreso.

En general las relaciones libidinales intragrupales y las identificaciones tienden a contrarrestar las expresiones negativas de los sentimientos contra el líder.

El líder y las leyes grupales

Según la experiencia del autor, el líder sirve de integrador de las leyes grupales que cohesionan el grupo, y éste a su vez también funciona con sus miembros en forma similar a lo que ocurre en el proceso de un juicio, de tal manera que el líder va a desempeñar el papel de juez que hace cumplir la ley grupal y juzga, condena o perdona.

Según se ha podido observar, éste papel de juez puede ser rotativo, así como las otras características de los personajes del juicio, tales como los defensores, los fiscales, los testigos, el jurado, etc.

A medida que el grupo progresa en el proceso terapéutico, se vuelve más democrático y libre, dejando a los jueces, a los fiscales o a los defensores como líderes. La tendencia observada por el autor es de que el grupo desea establecer en la realidad o en la fantasía grupal, líderes-jueces, líderes-fiscales, superyoicos que hagan cumplir las leyes grupales.

Como se dijo anteriormente, esto no quiere decir que el juez sea el único representante del super-yo, porque se presenta el fenómeno de la disociación del super-yo, estableciéndose implacable; éste último con frecuencia representado en el “rol” del fiscal o del jurado.

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