La Psicoterapia de Grupo, Definiciones
Introducción
Dos definiciones son fundamentales. En primer lugar debemos determinar qué es el grupo psicológico y luego qué se entiende por psicoterapia de grupo.
Según la definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua, grupo es la pluralidad de seres o cosas que forman un conjunto material o mentalmente considerado. El grupo psicológico es, pues, aquél conjunto de psiques consideradas sanas o enfermas, si es que partimos de la base de la salud del hombre.
Según este concepto, el grupo se establece, se estructura o se unifica de acuerdo con los fenómenos psicofísicos en que placer-displacer son los ejes que los mueven a realizar determinada acción, la cual se traduce en un tipo de conducta.
El término de psicoterapia de grupo fue introducido en la terminología psiquiátrica de Moreno en 1931-1932; sin embargo, cómo método fue aplicado por el mismo autor en el psicodrama, en 1909 (5).
Ahora bien, ¿qué se entiende por psicoterapia de grupo?.
La respuesta más sencilla es: La terapia mental de un grupo humano. Unos se refieren a ella como la terapia ‘del’ grupo, otros como la terapia ‘en’ grupo y otros simplemente dicen ‘de’ grupo. En esas preposiciones se encierra la conceptualización y la técnica.
En el primer caso, el de la partícula ‘del’:
Se ve al grupo como una unidad (6), como una persona grupal, que actúa en un campo con un complejo de fuerzas y mecanismos que realizan un determinado proceso.
Las formaciones de cada uno de los miembros del grupo van a ser sólo partes de las del grupo, que a la vez se unen en el medio terapéutico transferencial del ‘aquí y ahora’.
Al grupo se le considera como un ser que nace, evoluciona, crece y se prolifera, dividiéndose y juntándose, a la vez que se desintegra existiendo en él tanto la vida consciente como la inconsciente.
En la psicoterapia ‘en’ grupo este último sólo es el medio y el campo. Aquí, el grupo no hace unidad psicológica, sino circunstancial, recreativas, en las que existía una unidad grupal artificial o concreta con determinado fin racional.
Dirigentes sociales, políticos o religiosos, líderes de masas, crearon y seguirán creando doctrinas, creencias para la unificación de los grupos y tranquilidad de las ansiedades esquizoparanoides y depresivas.
En esta forma la terapia de grupo se logra ya sea por el culto religioso, político o social que no sabemos negar o ignorar, pero los psicoterapeutas no son políticos, sociólogos, sacerdotes, jefes de tribus o magos, sino médicos psiquiatras.
Su tarea por lo tanto, es trabajar con los elementos compatibles, utilizando las experiencias y conocimientos empíricos y científicos de todo aquello que les sirva para ayudar al enfermo; y tampoco se debe considerar la profesión de médico psicoterapeuta como una especie de piedra filosofal, capaz de promocionar métodos de salvación mesiánica, pero sí, permitiéndose tomar las experiencias y conocimientos científicos de aquello que sirva para ayudar al enfermo.
En el tercer caso la psicoterapia “de” grupo:
Es un término general que abarca un amplio campo en el cual además de los dos conceptos anteriores quedan incluidos otros que no son de tipo analítico pudiendo ser la psicoterapia de grupo ambiental, la pedagogía, la recreativa, la ludo y la logoterapia y todas aquellas actividades en donde se está obrando en beneficio de la salud mental de cualquier grupo y que va desde la simple situacional hasta la mística religiosa, como el zen-budismo, pasando por la existencial, psicoanalítica y logoterapia.
El término psicoanálisis de grupo, ha sido usado por algunos, pero es objetado por considerarse la situación psicoanalítica únicamente bipersonal en el análisis individual, sin embargo, la escuela de Horney lo usa indistintamente.
De todas formas, unos y otros tratan el trastorno mental del individuo en su grupo psicológico o social con diferentes métodos desde el psicoanalítico al no psicoanalítico.
En este último se encuentran: el método sugestivo, franco o disfrazado, el hipnótico, el catártico, el confesional, el consolativo, el represivo, el consejero, el mágico, el autoritario y el prohibitivo, el identificativo e imitativo; algunos de estos métodos, cambian el desorden mental por el miedo o el contramiedo, por el dolor o por la salida de emociones, por el convencimiento, por el placer y tolerancia o por la simple represión.
Si intentáramos hacer una clasificación de la psicoterapia de Grupo, tendríamos que hacerla de acuerdo con ciertos conceptos básicos como ser la de la terapia médica y de la no médica.
Dentro de la terapia médica, estarían en primer lugar, la psicoanalítica y la no psicoanalítica, esta puede subdividirse en clásica y mixta o combinada (“de”, “en”, “del” grupo).
La mixta combina otras técnicas, como en el caso psicodramático de Lebovici-Diatkin, Kestenbex (6) y Socarrás, que se inició en el año 1947 en París, así como la del psicojuicio (20) del autor, en 1963 en Bogotá. En estas dos técnicas hay dramatización e interpretación del inconsciente en el “aquí y ahora” de la transferencia.
La Psicoterapia de Grupo no analítica se puede dividir en Psicoterapia de Grupo catártica, sugestiva, hipnótica y dramática, (de Moreno); la existencial, la logoterápida, la didáctica y, por último todas aquellas que puedan considerarla como labor de grupo psiquiátrico y de higiene mental.
En la psicoterapia de grupo no médica podemos diferenciar, la social, la religiosa. La ambiental, la recreativa, la situacional, la clubterapia, la identificativa y la represiva.
Si deseáramos discriminar más en la clasificación, tendríamos que establecer las diferencias, de acuerdo con el método, el medio, la acción terapéutica o las características del grupo (homogéneo, heterogéneo, abierto, cerrado); de acuerdo con los diagnósticos (neurosis, psicosis, epilepsia, trastornos de conducta, desórdenes psicosomáticos, psicosis orgánicas, etc.), o con las edades (niño, adolecentes, adultos, ancianos), o los sexos (masculino, femenino) y por último de acuerdo con el terapeuta y la forma en que use él sus principios básicos psicodinámicos.
Todo esto nos conduciría a una clasificación muy larga, que en vez de aclararnos nos confundiría.
Es importante saber qué se entiende por grupo homogéneo, heterogéneo, intermedio, mixto, abierto y cerrado.
El grupo homogéneo es el que se ha seleccionado y compuesto de acuerdo con alguna categoría, orden o problema (neurosis, psicosis, problemas maritales, infantiles) o por edades, por cultura, por profesión, por antecedentes, por inteligencia, por estudio.
Una o varias de estas categorías pueden estar presentes, pero para que el grupo sea homogéneo debe existir una en común. El grupo heterogéneo es la mezcla de categorías o características enunciadas en el grupo homogéneo, por ejemplo: psicóticos y neuróticos, adultos y adolecentes.
En está clase de grupos se presentan serios problemas de resistencia, pero la ventaja es que las contraidentificaciones múltiples de los interrogantes ayuda en el proceso terapéutico, aparte de que el diverso material se emerge también ayuda al análisis. Se llama grupo intermedio al que reúne sujetos de diversa índole, pero con problemas similares (9).
El grupo mixto se refiere a los sexos. El grupo cerrado, es aquel que se inicia con cierta cantidad y calidad determinada de pacientes y al cual no se permite la entrada de otros. En el grupo abierto hay entrada y salida de pacientes durante el proceso terapéutico.
La primera observación clínica de grupo fue la efectuada por Camus-Pognier en 1904:
Viendo que los psicóticos hospitalizados mejoraban más rápidamente en salas que en las habitaciones individuales (10), pero debemos darle el nombre de fundador de la técnica médica de psicoterapia de grupo a Pratt, quien la aplicó en 1905 con pacientes tuberculosos, reuniéndolos para dictarles cursos de higiene; observando la actitud de cada paciente ante su enfermedad, les daba “consejos”; los pacientes se volvían más optimistas; estas reuniones las hizo luego con otro tipo de pacientes somáticos y psiconeuróticos.
Los beneficios los explicó por la fe y la confianza que ponían los integrantes en el terapeuta.
Pratt elaboró su método propio y lo denominó “clases de control del pensamiento”. Las sesiones duraban hora y media con 20 pacientes, de los cuales 4 ó 5 eran antiguos; los sentaba al lado, los llamaba por lista y luego los pacientes discutían sus problemas; en seguida en un papel anotaban su mejoría o persistencia de síntomas.
En la técnica de Pratt hay ejercicios de relajamiento seguidos por un discurso que versa sobre problemas emocionales simples y, por último, la lectura de trozos en prosa y verso.
Según Harris y Zimmerman (11), en el método de Pratt hay, primero, un líder que es el terapeuta; segundo, un deseo del grupo de la aprobación del líder, la revalidad por éste y la competencia en la mejoría; tercero, un factor sugestivo (sugestión inducida y autosugestión); cuarto, un aumento de sentimientos de importancia por la aprobación del líder terapeuta; quinto, un control y sustitución de pensamientos, y sexto, una prohibición de discusión por fuera del grupo y disminución de la disciplina de los hábitos alimenticios. A Pratt le siguieron Low, Buck, Rhoades, Snowden y otros.
En 1911 Moreno introduce el “psicodrama”.
Este autor afirma que el medio terapéutico debe ser separado del agente terapéutico, que es el terapeuta. El medio puede ser cualquier estímulo. Se emplean 5 instrumentos: la escena, el paciente, el director, los Yo auxiliares y el público. Emplea moreno un escenario de tres planos, con un grupo, de acuerdo con las situaciones emocionales.
En el primer plano están los pacientes que más participan; en el segundo, el director o terapeuta, y en el tercero, los “Yo auxiliares”. Uno de los elementos fundamentales en este método es la espontaneidad.
Siguiendo a su fundador, Cohen introdujo la terapia de grupo con títeres: Altschule, la música: Mac Kay y Ward, la danza, y Rome y Prados, el cine (12).
En 1921 Lazell dicto unas conferencias a esquizofrénicos sobre temas a cerca de la libido, la masturbación, la homosexualidad, etc.; según él, los resultados fueron satisfactorios. Para este autor, lo importante de la comunicación es la mejor aceptación del material.
Low, en 1937, introdujo la técnica de grupo en psicóticos empleando el plan de recuperación; en éste el síntoma del paciente se vio disminuir o suprimir; cuando los síntomas persistían, los enfermos eran considerados como “saboteadores” a la “autoridad”, lo cual significaba que “aún no” habían aprendido a dejar de resistir al médico, debiendo, por lo tanto, hacer mejores esfuerzos en éste sentido (13).
En 1931 Marsh hacía reuniones en que se conversaba sobre el evangelio, las actividades comerciales, los rezos y cantos.
Desde 1934 hasta 1940 Schilder empleó el método psicoanalítico de asociaciones libres, interpretaciones, conocimientos de la transferencia por el paciente y superación de la resistencia.
Willener, en un principio, siguió el método didáctico, leyendo obras, contestando preguntas; luego pasó a la discusión de la etiología, de los síntomas y tratamientos de las enfermedades; por último, paso al análisis de los sueños y catarsis emocional.
En 1936 Wender combino el método didáctico con el interpretativo y mostró ejemplos personales.
La psicoterapia de grupo se desarrolló más después de la Segunda Guerra mundial; de los exponentes más sobresalientes han sido Klapman (14) y Slavson (15); el primero introdujo el método didáctico y el segundo gran cantidad de terminología; lo mismo hace Foulkes (16), por ejemplo como lo que él llama “reacción del espejo” que consiste en que cada paciente vea en los otros sus mismos problemas y en tal forma que se disminuyen la ansiedad y la culpa.
En 1947 Foulbes describe cómo los grupos que primitivamente eran constituidos por individuos dirigidos por el terapeuta, se transformaron en grupos concentrados en sí mismos cuando se les daba un fin práctico común.
El grupo actuaba y hablaba entrando en el contenido de las manifestaciones de los distintos individuos y pasaba a la conducta práctica; lo controlado y dirigido se transformaba en espontáneo.
El grupo en está técnica es conducido por un analista, quien se mantiene en lo posible siguiendo la iniciativa grupal; en vez de dirigir, es más pasivo (17).
En 1948 Mann y Semrod publican su trabajo con un grupo de esquizofrénicos que habían estado hospitalizados por más de tres años.
La técnica de estos autores consiste en formar grupos de 15 psicóticos, con una reunión de una hora semanal. El grupo es cerrado y no se aceptan otros pacientes durante la terapia: el lugar de reunión debe ser tranquilo y el mismo, pero diferente al de la hospitalización.
Los objetivos son la ayuda mutua y el estímulo de la libre expresión. El terapeuta es miembro del grupo, hace observaciones en momentos oportunos para describir, exponer e interpretar sentimiento, y sirve a la vez de catalizador, estimulando la catarsis.
Para los autores citados hay 4 factores importantes que son en su orden:
1°. Exteriorización y manifestación de hostilidad.
2°. Expresión del material psicótico cargado de ansiedad e intentos de explicación del síntoma.
3°. Proceso de introspección, críticas mutuas, análisis de conflictos.
4°. Examen y planificación del futuro.
En 1951 Klapman (18), (19) sostiene que la terapéutica de grupo favorece una vida más normal del paciente psicotécnico en su propio medio; sirviendo de catalizador realizándose las catarsis en grupo, se reduce las tenciones. Para Klapman el terapeuta debe ser el “jefe” del grupo.
En el mismo año Breckir, en sus artículos sobre psicoterapias de grupo en psicóticos, dice que debe hacerse reeducando al paciente para aceptar la sociedad y hallar en la realidad más beneficios que en la enfermedad.
Piensa Breckir que el terapeuta debe tener una mejor orientación social. En su técnica empleó películas educativas, documentales y otras con cargas emocionales, tratando con esto de producir catarsis de los conflictos y luego hacer las síntesis y la integración del grupo enfermo al grupo social.
Rose (20) en 1951 explica su forma de trabajo en grupo; reúne a personas de diferente historia, educación, problemas y personalidad, previas entrevistas para conocer el carácter, los síntomas, la seriedad en el propósito de la terapia, y observar si el miembro puede ser constructivo dentro del grupo, a la vez que el paciente, en está entrevista previa, va a saber el fin de la terapia y las reglas generales.
La técnica es interpretativa y estimulante por parte del analista, debiendo éste estar alerta a las falsas interpretaciones o malos entendidos, favoreciendo los movimientos constructivos para un entendimiento de sí mismo y de los otros integrantes del grupo.
En 1952 Scheidlinger (21) hace una revisión de la literatura y trata de integrar los conceptos y teorías de Freud, Ackerman, Erickson, Stern, Bach, Money-Kyrly, Schilder, Bychowski, Redre, con el fin de comprender la psicología de grupo y su aplicación terapéutica.
Bion publica sobre este tema Experiencias en grupos y Dinámica de grupo: revisión, y con su obra da las bases para integrar el enfoque psicoanalítico clásico, integrando al individuo en los conceptos Kleinianos. Bion saca los “supuestos básicos”; con esto designa una creencia emocional de la que participan todos los miembros, es decir, la fantasía colectiva, y cada supuesto básico provoca la emergencia de un determinado tipo de líder.
Los supuestos básicos son: 1°. “Dependencia”, en que se depende del líder y lo idealiza; 2°.
“De lucha y fuga”, que sigue a la dependencia, y 3° el de “emparejamiento”, en que el grupo se centra en una pareja. A estos conceptos se les agregan los de “genio aún no nacido”, la esperanza de la “salvación mesiánica”.
Todo lo cual es instintivo e inevitable y depende de las “valencias”, término creado para expresar la capacidad de combinación involuntaria e instantánea de un individuo con otro, para participar y actuar en función del presupuesto básico (22).
Ezriel siguió a Bion; su contribución mayor reside en los estudios de lo que él llamó “común denominador” del grupo, que es inconsciente y determina la conducta. Para éste autor las interpretaciones individuales no son aconsejables a no ser para demostrar las resistencias.
En 1952 Bychowski, Despert, Spotnitz y Hymant (91) exponen los criterios de selección de pacientes, según las condiciones sociales, económicas, emocionales e intelectuales, o del deseo del terapeuta si quiere estimular o mantener patrones de conducta que tiendan a sobresalir en el grupo; por lo tanto, éste va hacer similar o diferente. El uso de personas distintas con problemas opuestos tiende a desarrollar un máximo de estimulación y actúa en la dirección de la descarga de tensiones en el grupo.
El uso de personas semejantes con el mismo tipo de problemas tiende a estimular la supresión de otros patrones de conducta, y si las personas son semejantes, con problemas parecidos u opuestos, favorecen el desarrollo de la transferencia y se hace más fácil el reconocimiento de ella. Un balance de tipos semejantes, opuestos e indiferentes, lleva a favorecer el proceso terapéutico.
El número de pacientes, para los autores citados, dependen de la personalidad del terapeuta, lo mismo que el número de sesiones y el tipo de tratamiento, pudiendo ser activo, de relación, autoritario, educacional, de entrevistas y analítico.
En 1953 Barton, en Boston, después de seis años de aplicación práctica, dio a conocer su forma de trabajo, que consiste en: 1°, interpretación de las fases de la interacción de grupo, con los límites de tolerancia del terapeuta y del paciente; 2°, expresión de ansiedad y resistencia en que hay discusión y luchas por problemas básicos, y 3°, trabajos de elaboración, cohesión del grupo, formación de planes constructivos para el futuro.
Hace hincapié en que el psicoterapeuta debe estar alerta para no hacer reacciones contratransferenciales repudiadoras como respuesta a actos hostiles de los pacientes, como repetición de temas, conducta represiva, uso de síntomas, imitación del terapeuta y lenguaje oscuro.
En 1953 Blajan y Lebovici introdujeron la técnica de la interpretación de las fantasías inconscientes grupales:
Así como las tendencias lúdicas, unas y otras como manifestaciones de las tensiones intragrupales y resistenciales, en esa forma se podrían analizar mejor las relaciones objetales antiguas que tienden a repetirse en el grupo.
En el mismo año Viola hizo ver que el anonimato del analista en el grupo es algo muy relativo, al menos en lo que se refiere a la clase social, religión, nacionalidad, grupo político, social o racial (24), (25) Lebovici Serge.
En 1954 Beukemkamp, Bach, Mullan, Powdermaker, Sheidlringer, Jerome, Resnik y Klapman (26), (27), (28), (30), (31), (32), (33), presentaron trabajos en que se puede ver la técnica analítica de interpretación de la transferencia, la resistencia y el manejo de la hostilidad, de la sexualidad, del lenguajes y de la contratransferencia.
El último de ellos sostiene que el grupo didáctico y el terapéutico se sitúan en los mismos extremos de una misma categoría, pudiéndose simplificar en el aforismo de que “La educación enseña al individuo a examinar lo que piensa sobre lo que siente, mientras que la terapia le hace examinar cómo siente lo que piensa”.
Locke, 1957:
Aseguró que se podía ayudar al paciente haciéndole representar el rol de las figuras de los sueños, de su familia o de cada una de las propias partes, de acuerdo con su libre imaginación, sin pedir asociaciones ni tratar de ahondar en el significado inconsciente (34), (34-A) Id. L´utilization des reves dans la psychanalise de groupe.
“Revue Francaise”, 1958, 22, 129, En ese año se efectuó el primer Congreso Latinoamericano de Psicoterapia de Grupo, en Buenos Aires, en el cual se presentaron más de 50 trabajos; sólo destacamos los de Zimmerman, de Porto Alegre, sobre Hechos y teorías en psicoterapia de grupo; de Kemper, de Rio de Janeiro, sobre Análisis retrospectivo y porvenir de la psicoterapia de grupo, el de Foulkes, de Londres, el de Whiting, de Chile, sobre La psicoterapia de grupo como complemento del psicoanálisis, el de M. Langer, de Buenos Aires, sobre Aspectos técnicos dela psicoterapia de grupo, y el de Ganzarain, de Chile, sobre Aplicaciones de la psicoterapia de grupo.
Muller, al año siguiente, recopiló los trabajos de Simmel, Schindler, Lebovici y Slavson e hizo énfasis en que el hospital debe haber un clima favorable para el grupo terapéutico con el fin de poder resolver el problema de la agresividad; tanto la técnica analítica cómo la psicodramático deben ser interpretativa (35).
Stanton y Slavson (36), (37) por esta misma época dieron la explicación psicodinámica de grupo; el último de ellos recomienda la psicoterapia de grupo en niños de edad preescolar utilizando el juego; con los niños en edad de latencia, utilizando el juego y la conversación, y con los adolecentes, sólo la verbalización.
(Lea También:Psicodinámica y Consideraciones Teórico-técnicas)
El año en que aparecen más trabajos de psicoterapia de grupo es el de 1959:
Entre ellos están los de Schaffner (38), (39), que les dan importancia a las influencias interpersonales familiares y a la persuasión dentro del proceso terapéutico; Bromberg (40) preconiza el método activo y no, según él, el descriptivo y verbal del sicoanálisis.
En el método activo al paciente se le ayuda a que reviva una situación de la vida que lo ha trastornado emocionalmente; en está técnica también hay interpretación a más de la observación de la expresión social de la neurosis ante los otros.
E. Schwarts, Wolf y Alexander (41) hacen ver el papel de la personalidad del analista; su técnica es netamente psicoanalítica, y lo mismo se ve en los trabajos de Usandivaras (42). E. Evelson, Grimberg, R. Smolensk. Teper (43), F. Ulloa (44), M. Raskosky y H. Pastrana (45).
En 1960 Pichon-Riviere publicó su experiencia con grupos destinados a la didáctica terapéutica, a la publicidad y a la organización de empresas. Su método consistía en la comunicación entre los miembros y el esclarecimiento de las ansiedades que impedían el aprendizaje, el trabajo y la curación.
El coordinador del grupo, o terapeuta, actuaba en sentido mayéutico favoreciendo el dialogo, haciendo que los temas giraran hacía problemas solubles (46). Por está época aparecieron los trabajos de Thibaut y Kelly (47) y Wassell (48) preconizando las técnicas analíticas.
En está última década de 1954-1964 han surgido diversas técnicas, por ejemplo, la de Graeber y otros, quienes en un hospital de veteranos en Alto Porto, California, emplearon el siguiente método:
Hicieron 5 grupos de 9 pacientes, la mayoría esquizofrénicos; se reunían una vez por semana cada grupo y del mismo modo los cinco grupos. Los grupos se diferenciaban en las reuniones generales y fuera de ellas. Los integrantes podían pasar a otros grupos hasta elegir su propio grupo; la asistencia era voluntaria.
En está experiencia se observaron quejas contra la administración, que gradualmente se hicieron realistas. Los grupos eran dirigidos por miembros del personal científico no médico, los cuales se angustiaron con la experiencia.
Los temas generales variaban de la antropología a las cuestiones financieras. Se vio que los alcohólicos y los psicópatas perturbaban el grupo, por lo cual fueron excluidos. El resultado final fue mayor sociabilidad y disminución de la violencia.
Kraupl (49) hizo un estudio comparativo y concluyo que los grupos pueden avivar conflictos sin adecuada salida, o aumentar resentimientos que se pueden proyectar contra toda autoridad y regulación hospitalaria.
Luchins (50) en su técnica graba las sesiones y luego en hora diferente las hace oír de los mismos pacientes, permitiéndoles discutir sus mismas actitudes y las de los demás, junto con las discrepancias perceptivas e interpretaciones de la realidad.
Mac Cann y Almada (51) organizaron la psicoterapia de grupo de psicóticos en mesas redondas, haciendo rotar la presidencia y teniendo cómo público a los mismos pacientes.
Para Sacks y Berger (52) la técnica debe consistir en reducir la hostilidad reprimida de los pacientes, con el objeto de disminuir el temor de perder el dominio sobre sí mismos y hacerles comprender las carencias primitivas. Para estos autores las preguntas que hace el psicótico deben ser contestadas con franqueza y claridad.
Schultz y Ross (53) hacen psicoterapia de grupo a psicóticos que han tenido una serie de electrochoques, que están en lobo terapia y que pueden tener probabilidades de contacto. El terapeuta analizaba la transferencia, los contenidos y las actitudes verbales o preverbales.
Rosen, Chasen y Joel hace una terapéutica de tipo puramente analítico, Low, Hill, Lorr, Morrow, Eyseef, Wender, Goldfard, Arnol, Demarest, Dyned, Hayward (54), Green J. (54-A). “A treatment plan combining group and individual psychotherapeutic procedures in a State Hospital”. Revista de Psicoanálisis, 1955, 12-136, hacen psicoterapia combinada y múltiple, es decir, combinan con psicoterapia individual, psicofármacos, tratamientos biológicos o eléctricos y varios a la vez.
Gordon y Browman han trabajado con la pareja familiar. Abrahams y Varon trabajaron con 7 adolescentes y sus respectivas madres, el programa duro dos años y el resultado fue la comprobación de la influencia de la madre en los trastornos de las hijas.
Orr (55) preconiza una actitud no específica; en su técnica el terapeuta habla del tiempo, a los pacientes, les lee historietas infantiles, les ofrece cigarrillo , café, y se abstiene de hacerles preguntas o pedirles cualquier cosa, creando de esa manera un clima de deshielo.
Para Brody (56) es necesario que el terapeuta tenga ciertas características tales cómo sinceridad, rectitud, ausencia de ansiedades, seguridad en su persona, actitud flexible ante convencionalismo y prejuicios, capacidad de darse a si mismo, poseer gran tolerancia y poder establecer la relación con el paciente para que se pueda hacer el contacto con la realidad.
Preconiza la relación objetiva no verbalizada entre el paciente y el terapeuta, apoyando el Yo. Recomienda Brody que el terapeuta dirija a los pacientes más como adultos que como niños; pudo comprobar a la vez que los pacientes psicóticos responden más a las manifestaciones afectivo-emocionales que a las racionales.
Ackerman (57), uno de los analistas más destacados afirma que la ansiedad y la culpa son disminuidas por el fenómeno de la “universalización” de las formas más comunes de conflictos; lleva su estudio y terapéutica a toda la constelación familiar, haciendo intervenir a todos los personales del hogar; según él, los conflictos pueden desarrollarse cómo una reacción en cadena.
En estos últimos años la literatura comprende múltiples trabajos en que la técnica se puede dividir en dos; la analítica de grupo terapéutico, y la psicodramática de Moreno y sus seguidores. Entre los primeros trabajos vale la pena citar los de Ch. Winick y H. Molt (58), M. Farrel (59), L. Wender (60), W. Olivera (61), y M. Aronson (62).
La literatura sobre éste tema se ha visto aumentada por las necesidades investigativas de está nueva técnica terapéutica y, aún más, gracias a los congresos internacionales. En Latinoamérica, se han efectuado en Buenos Aires, en Santiago de Chile, en Rio de Janeiro, en Porto Alegre.
En Europa, el último, realizado en Barcelona (España); allí los seguidores de Moreno, con el psicodrama, demostraron el gran beneficio en el descubrimiento y aclaración de los conflictos intrapsíquicos e interpersonales; pero fue en el Congreso Mundial de Psiquiatría, en Madrid, cuando se puso de relieve la necesidad, la importancia y la urgencia de la aplicación de está técnica.
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