Incógnita de los Sueños, Algunas Conclusiones

Dr. Guillermo Sánchez Medina.

Una conclusión que surge en este final de siglo XX es cómo las investigaciones con respecto a los sueños se han polarizado en dos corrientes, una la neurofisiológica (biológica), y otra la psicológica psicoanalítica.

Los investigadores de está tendencia confluyen en la clínica, en el fenómeno, en la función del dormir y del soñar y en otros fenómenos similares o paralelos, tales como el sueño y la alucinación que se presentan entre otros desórdenes en la esquizofrenia; sin embargo, las investigaciones fisiológicas no nos aportan mucho conocimiento para el entendimiento del fenómeno psicológico.

Los sueños en realidad han sido extensamente estudiados. Una pregunta que algunos investigadores (H. Blum, 1976) se hacen: ¿soñamos para dormir o dormimos para soñar? Pero aquí valdría la pena para plantearnos  el siguiente interrogante nuevamente: ¿qué es el sueño? La respuesta deseo explicarla diciendo que es un estado y un proceso psíquico, arcaico, comunicativo especial, ilógico pero con una lógica particular que ilustra la organización inconsciente de la persona, sus fantasías y conflictos y obra como una psicosis normal.

Ahora bien ¿qué soñamos? La respuesta no es una, es múltiple. El contenido del sueño varía de acuerdo con el soñante, su situación actual  y pasada, su mundo interno y el funcionamiento de su aparato mental. Soñamos de distinta manera, con distintos personajes conocidos o desconocidos, en diferentes lugares, creándose espacios, o cambiando los existentes.

(Lea También: Incógnita de los Sueños, Clasificación)

Los sueños muestran nuestros sentimientos, emociones y afectos; éstos se revelaron en una estadística realizada por Calvin S. Hall.

El 64% de los sueños correspondían a sentimientos de tristeza o afectos dolorosos, el 18% a sentimientos de felicidad o excitantes y en la misma investigación se concluyó cómo los actos hostiles, agresivos (ataques variados, ataques físicos directos, asesinatos, sentimientos de culpa) superaban los amistosos o amorosos; en la misma investigación se observo cómo los hombres soñaban más con hombres, en cambio en las mujeres no hay disparidad entre uno y otro. En suma existen tres variantes fundamentales que predominan en los sueños: el amor, la agresión o el odio y el trabajo. Los sentimientos que prevalecen son la angustia, el dolor, la tristeza, la culpa, el miedo, la persecución, la frustración o el placer, la excitación sexual, la agresión y el odio. Todos estos sentimientos e impulsos despiertan al sujeto cuando aquéllos van a culminar o culminan en su plena satisfacción.

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