Proemio: Una Invitación a Ver más Abajo de la Espuma de la Ola
Dr. Álvaro Monterrosa Castro, M.D
Fernand Braudel (1902 – 1985) es el historiador francés, que revolucionó la historiografía del siglo XX.
A su vez historiografía (de historiógrafo, y éste del griego ÉóôïñéïãñÜöïò, de Éóôïñßá, Historia y -ãñÜöïò, de la raíz de ãñÜöåéí, escribir: el que escribe, o describe, la Historia ) es el registro escrito de la Historia, la memoria fijada por la propia humanidad con la escritura de su propio pasado.
Fernand Braudel es el investigador del acontecimiento. Cursó estudios universitarios en la Universidad de la Sorbona (París) y en la Ecole Practique des Hautes Etudes (Escuela Práctica de Altos Estudios), de la cual muchos años después llegó a ser director.
Braudel promovió el estudio de los fenómenos con el objetivo de una “Historia total”, capaz de integrar todos los elementos de las demás ciencias sociales. Es el autor francés que escalonó con maestría los fenómenos estructurales, coyunturales y episódicos, aportando así un excelente análisis de conjunto.
Considerado uno de los más grandes historiadores modernos, se destaca por el énfasis con que marca el papel de los factores socio-económicos en la creación y narración de la historia. Dentro de su concepción, la historia cambia de objeto porque cambia de temporalidad.
Sustituye el tiempo rápido del acontecimiento, por el tiempo largo de los ritmos de la vida material. Muestra bien que la historia no existe sin la mirada del historiador, ya que éste interviene, como en todo saber, en cada etapa de la constitución de la Historia.
Puntualiza que una historia debe ser evaluada en tres tiempos o niveles: 1) el de larga duración [la estructura], 2) el de tiempo medio [la coyuntura] y 3) el de tiempo corto [el acontecimiento].
Fernand Braudel dejó para todos nosotros la frase:
“La historia es una canción que se puede cantar a varias voces”. Y esa es la intención de las páginas que siguen: aportar una voz a la historiografía de la educación médica que se ha venido impartiendo sin descanso por más de cien años en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena.
Laboriosidad realizada en inicios bajo la luz del candil y la pajuela, con el recurso de la tiza, el tablero y el cadáver, en la cabecera de la cama de la paciente, bajo la luz intensa de la lámpara en el quirófano, en las largas horas de espera al lado de la materna en trance de parto, hasta llegar bajo la luminosidad contemporánea de la informática, a adentrarnos sin temores en los terrenos altamente deslumbrantes de los laboratorios de simulación como antesala del ejercicio clínico.
Se han dado cambios radicales en las costumbres, en las influencias, en los hábitos y en los entornos, que conllevaron sin vueltas de hoja a modificaciones estructurales en conventos y claustros.
Por ejemplo, colapsó con los años y el polvo la medicina anatómica, para dar paso a una fundamentada en la clínica con la fisiología y la fisiopatología como epicentros del “ojo clínico”, hoy reemplazada, a su vez, por una medicina estricta y envuelta sin reparos en tecnología, imagenología y matematización, instancias actuales que frecuentemente nos desbordan.
Lo que no cambió fue la imagen y figura de nuestro abnegado y eterno profesor, sin importar si estaba vestido de sacoleva y camisa con cuello de pajarita, de saco y corbata, de bata blanca, pijama quirúrgica, vestido de calle o en mangas de camisa.
A su lado y tras él ha continuado creciendo y nutriéndose, degustando con exquisitez los conocimientos, llenándose con las enseñanzas, apropiándose de la experiencia y encontrando la luz del saber: una larga, gruesa y densa cola conformada por una pléyade de estudiantes que hoy están regados por el mundo, haciendo realidad la existencia de una escuela de medicina.
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“Historias para conocer y recordar” es un ámbito amplio y profundo que intenta recoger en detalle todo lo relacionado con la enseñanza – aprendizaje de la Ginecología y la Obstetricia, impartida por los docentes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena, desde el anochecer del siglo diecinueve, a todo lo largo y ancho del siglo veinte, hasta la primera década del veintiuno.
Un viaje largo, sinuoso y fabuloso que me ha permitido ver el despuntar, el alba, el florecimiento y la lucha contra las adversidades y los obstáculos de una escuela médica, empujada por varias generaciones de apóstoles.
Los invito a intentar encontrar la Historia de la Enseñanza – aprendizaje de la Ginecología y la Obstetricia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena, en el tiempo o nivel estructural y en lo coyuntural, como nos enseñó Braudel.
A identificar a los creadores, a los impulsores y a sus discípulos, hombres llenos de contradicciones, pensamientos, intereses, bondades, cualidades y defectos.
Hombres cortados por diferentes tijeras, acostumbrados a valorar las cosas de forma diferente, que se desenvolvieron o se desenvuelven en un mundo multicolor, bajo un ardiente imaginario colectivo y en medio de una deslumbrante realidad.
Comparecer todos a disfrutar sus triunfos, a llorar sus fracasos y sus vergüenzas, a conocer sobre sus debilidades y limitaciones, así como a satisfacerse con sus alcances y su productividad.
Venir ya a asombrarse ante la existencia entre ellos y en épocas, de odios voraces, a ver la presencia de una indolencia institucional, llena de carroñeros y depredadores de dos o más colores, y la presencia tangible de una discriminación impuesta por una aristocracia que luchó a brazo partido para impedir el ascenso de una etnia, que a punta de libros y de quemarse las pestañas, pronto llegó a florecer.
“Historias para conocer y recordar” es un tejido que se ha elaborado al amparo y bajo el marco conceptual de la novela histórica, subgénero narrativo propio del Romanticismo, que toma por propósito principal hacer una visión verosímil de una época histórica, de forma que aparezca una cosmovisión realista e incluso costumbrista de su sistema de valores y creencias.
“Historias para conocer y recordar”, es un vórtice de datos, cifras, fechas y productividad, que lleva en su centro la esencia misma del Romanticismo. Por, todo ello, en las historias, en los hechos y en las anécdotas se le concede una amplia y profunda importancia al sentimiento, tratando en todo momento de hacer sentir y concebir la naturaleza, el entorno, el hábitat, la vida y al hombre en toda su plenitud.
El lector no debe caer en la tentación de quedarse sólo en el acontecimiento, en la historia episódica, en la historia del individuo, en la historia evenemencial, ya que ellas, en concordancia con los postulados de Fernand Braudel son meras espumas, crestas de olas que animan superficialmente el potente movimiento respiratorio de las masas oceánicas, destellos luminosos que atraviesan la historia. El acontecimiento es la cresta de la ola de la historia, el acontecimiento es la espuma de la historia, es decir, la parte más visible pero la menos significativa.
Bienvenidos a “Historias para conocer y recordar”.
ALVARO MONTERROSA CASTRO
Coordinador de Investigaciones
Jefe del Departamento de Ginecología y Obstetricia
Facultad de Medicina
Universidad de Cartagena
Abril del 2009.
Referencias:
1. Enrique Moradiellos García. Fernand Braudel (1902-1985). La historia sin sujeto. Revista Critica del Presente. El Catoblepas. No. 4. Página 1. Junio 2002. www.nodulo.org/ec/2002/n004p01
2. El espejo de Clio. Blog dedicado a temas de historia, ciencias sociales y letras. Fernand Braudel: la Historia y su tiempo. https://elespejodeclio.blogspot.com/2007/04/fernand-braudel-la-historia-y-su-tiempol
3. Jean Boutier. Fernand Braudel: historiador del acontecimiento. https://historiacritica.uniandes.edu.co/datos
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