La Troidología
El estudio de las enfermedades del tiroides continuó floreciendo en el siglo XX.
En otras secciones de este libro hemos mencionado a los clínicos que describieron originalmente las enfermedades, que llevan sus epónimos, y luego a los grandes investigadores de los mejores centros americanos como James H. Means, John Stanbury, Leslie DeGroot, Sydney Werner, Sydney Ingbar, Samuel Retetoff, Lewis Braverman, P. Reed Larsen, R. Utiger, el australiano Emily Mackensie entre otros y en Latinoamérica a Medeiros-Netto y Eduardo Gaitán.
Un gran avance en el estudio del nódulo tiroideo único (también llamado nódulo frío por la gamagrafía con isótopos, o el nódulo sólido con el halo ecográfico), que puede tratarse de un carcinoma en un porcentaje de casos más bien bajo que podría requerir cirugía, es la biopsia por aspirado citológico con aguja fina, que se constituye en una excelente guía cuando es interpretada por un citólogo con experiencia.
Aunque en muchas regiones del mundo existe todavía el bocio endémico, las campañas para eliminarlos persisten en sus esfuerzos. La TSH ultrasensible se ha constituido en la mejor prueba de función tiroidea, permitiendo diagnósticos en etapas muy tempranas.
(Lea También:La Diabetes, el Síndrome Metabólico y las Hiperlipidemias)
Cirugía endocrina
El pionero de lo que podríamos llamar cirugía endocrina en sus inicios fue Emil Theodor Kocher (Nobel de Medicina, 1909) quien realizó (con Reverdin) numerosas tiroidectomías, descsribió el hipotiroidismo e hipoparatiroidismo post-quirúrgicos y se dio cuenta (por otras investigaciones y su propia experiencia) que la mal llamada tetania estrumipriva se debía a la remoción inadvertida de las pequeñas glándulas paratiroides.
Harvey Cushing –neurocirujano y endocrinólogo- no solo describió la enfermedad que lleva su nombre sino que perfeccionó técnicas de hipofisectomía para el tratamiento de la acromegalia. En Boston, Oliver Cope –del grupo de Albright- alcanzó un número impresionante de remoción de adenomas paratiroides, teniendo en cuenta la época.
Otro pionero de la cirugía endocrina fue Richard Welbourn – del Royal Postgraduate Medical School de la Universidad de Londres- primer presidente de la asociación británica de esta especialidad e historiador de la misma. Su libro sobre la historia de la cirugía endocrina es también un magnífico texto de la misma historia de la endocrinología.
Aunque cirugías como las tiroidectomías, mastectomías, prostatectomía y gonadectomías harían teóricamente parte de las cirugías endocrinas, en realidad estas se han concentrado actualmente en la remoción de los muy pequeños apudomas que requieren amplia experiencia con las técnicas y con el diagnóstico y localización. Por supuesto, cirujanos generales, ginecólogos y neurocirujanos se han visto involucrados en los procedimientos quirúrgicos relacionados con las glándulas endocrinas, pero el tema se ha ampliado con la cirugía de los apudomas.
Basados en el concepto de células APUD que introdujo Pearse, se han encontrado pacientes con síndromes relacionados con la hiperproducción de una serie de hormonas cerebro-intestinales, amén de las producidas por tumores malignos. En la actualidad se reconocen mas de cuarenta variedades, que se pueden encontrar en cualquier parte del organismo.
Muchas de estas células de Pearse tienen su origen en el neuroectodermo:
Pero la mayoría de las del tubo digestivo y del aparato respiratorio tienen un origen endodérmico. Algunos de estos tumores -clasificados desde 1968 como apudomas- ya habían sido informados previamente, como el síndrome de úllceras pépticas múltiples, asociadas a los gastrinomas enfermedad descrita por los cirujanos Robert M. Zollinger y E.H. Ellyson en Annals of Surgery, 1955.
En 1954, Wermer describió el síndrome de la adenomatosis endocrina múltiple tipo I y Sipple el tipo II. Whipple, importante cirujano americano dedicado a las vías digestivas, también tuvo que ver con los tumores productores de hipoglicemia como los insulinomas.
El síndrome de Verner-Morrison -caracterizado por diarrea acuosa, hipopotasemia e insuficiencia renal asociada a tumores de células no beta de los islotes pancreáticos- producen péptido intestinal vasoactivo (VIP) en grandes cantidades.
La Clínica Mayo ha sido un importante centro de esta especialidad, y allí por ejemplo el endocrinólogo John Service ha logrado coleccionar las series más grandes de insulinomas.
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