Endocrinología Molecular
Descubrimiento de receptores hormonales
Recordamos como el desarrollo de la ciencia de las hormonas tuvo primero descripciones anatómicas de órganos (con absoluto desconocimiento o ideas erradas sobre su función) y la presencia de varias enfermedades endocrinas de las que se ignoraba su causa.
En el siglo XX se fueron entretejiendo los diferentes hallazgos y se llegó a la conclusión de que las enfermedades eran –desde el punto de vista funcional- de deficiencia hormonal o de exceso.
Se fue observando que –con excepción de ausencia congénita de órganos o resección quirúrgica de los mismos- otros factores como los auto inmunes podían llevar a la atrofia tisular o a la infiltración de células linfoides, pérdida de tejido e hipertrofia e hiperplasia de los mismos, por el mecanismo de insuficiente producción hormonal, aumento de las hormonas hipofisiarias y subsiguiente hipertrofia compensatoria.
Llegó un momento en que la endocrinología clásica llegó a una comprensión bastante completa y acertada, hasta cuando las nuevas tecnologías y algunos experimentos de la naturaleza como el observado por Albright con la resistencia a la PTH en el pseudo-hipoparatiroidismo, que llevaron a endocrinólogos y biólogos moleculares al descubrimiento de los receptores y de los mecanismos de acción hormonal, además de encontrarse que las mismas hormonas, amén de autacoides, eicosanoides, prostaglandinas, leucotrienos, citoquinas, tenían acciones locales, por lo que se incorporó al conocimiento endocrino propiamente dicho al de las acciones paracrinas, autocrinas, yuxtacrinas e intracrinas.
(Lea También: Neurotransmisores y Eicosanoides)
Es decir, que el control no sólo era a distancia, sino también local.
En las sinapsis actúan diferentes neurotransmisores, al igual que en el sistema nervioso central y en el control del funcionamiento visceral. El descubrimiento de las células APUD por A.G. Pearse, mostró que innumerables paquetes de células endocrinas se encuentran insertados en números sistemas como el digestivo, cardiovascular, endotelio, riñón, hueso y muchos otros.
Las hormonas entonces –para interactuar con los órganos blanco- necesitan de receptores de membrana, citosólicos o nucleares, que modulan la respuesta a través de la transcripción genética en el ADN, generación de mensajes de ARN y acción sobre los polisomas para la producción de proteínas específicas.
En realidad el concepto de receptor fijador vino de los estudios farmacológicos. La primera descripción vino de Brown y Gillespie en 1957, que dedujeron que en las terminaciones nerviosas debían existir receptores para norepinefrina.
La caracterización de dos categorías amplias de receptores, los de membrana -que influyen en la transducción de señales- y las proteínas intracelulares que regulan la transcripción y que controlan la transcripción genética. Esto se pudo desarrollar gracias a la disponibilidad de hormonas marcadas con isótopos radiactivos de actividad altamente específica. Se estudiaron –en animales y en humanos- los receptores normales y los anormales.
Mecanismos de acción hormonal
Un sobresaliente investigador en este campo fue Earl Sutherland, quien descubrió que el estimulante de la acción de la fosforilasa hepática -el AMP cíclico- actuaba como un segundo mensajero. Había una buena posibilidad de que las hormonas actuaran a nivel celular, porque no siempre la desorganización de las células no destruía su sensibilidad a algunas hormonas.
Al estudiar la influencia de la epinefrina y el glucagón sobre la glicogenolisis hepática, Sutherland y sus colaboradores encontraron que el AMP cíclico actuaba como segundo mensajero. En años posteriores se logró identificar este mecanismo de acción en las demás hormonas péptidas (LH, ACTH, TSH, PTH y muchas otras).
En años posteriores, el reconocimiento a investigadores en este campo ha sido hecho a los endocrinólogos moleculares, pues ya la clínica ha quedado bastante bien definida.
Autacoides, citoquinas, prostaglandinas y leucotrienos empezaron a incorporarse, pues muy frecuentemente tienen acción autocrina, paracrina, yuxtacrina e intracrina. Ya hemos visto que muchos llaman eventualmente hormonas a estos mensajeros químicos responsables de las señales inter o intracelulares, sin que tengan necesariamente una acción a distancia o endocrina propiamente dicha.
Es decir, que lo importante es que están codificadas para llevar un mensaje. No son enzimas ni intermediarios metabólicos.
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