Factores de riesgo para desarrollar encefalopatía de Wernicke

3.1 Tenga en cuenta que los pacientes con abuso o dependencia del alcohol están en riesgo de de­sarrollar encefalopatía de Wernicke. Identifique a los pacientes con abuso o dependencia del alcohol que se encuentran en alto riesgo de desarrollar en­cefalopatía de Wernicke para realizar observación cercana; informe sobre signos de alarma e instaure manejo oportuno.
Punto de buena práctica clínica

3.2 Identifique a los pacientes con abuso o depen­dencia del alcohol en quienes hay sospecha o diag­nóstico de desnutrición y otras enfermedades que conlleven a deficiencia en los niveles de tiamina, ta­les como: dieta inadecuada, enfermedades crónicas o cirugía bariátrica. (Lea también: Detección y Tratamiento de Intoxicación por Dependencia del Alcohol, Introducción)

Cuadro 1. Escenarios clínicos que pueden llevar a deficiencia de tiamina (4,5)

• Dieta a base de arroz blanco.

• Desnutrición.

• Procedimientos quirúrgicos gastrointestinales (gastrectomía, gastroyeyunostomía, colectomía parcial o subtotal, cirugía de bypass gástrico, gastroplastia en banda vertical, terapia con balón intragástrico).

• Desórdenes gastrointestinales (úlcera péptica, cáncer gástrico, cáncer de colon, colitis ulcerativa con megacolon, obesidad severa).

• Vómito recurrente o diarrea crónica (estenosis pilórica, úlcera péptica, gastritis inducida por medicamentos, cólico biliar, enfermedad de Crohn, obstrucción o perforación intestinal, diarrea inducida por litio, ataques de migraña, anorexia nervosa, pancreatitis, hiperemesis gravídica).

• Cáncer y condiciones relacionadas (carcinoma gástrico, carcinoma esofágico, linfoma no Hodgkin, leucemia mielomonocítica, linfoma de células grandes, leucemia mieloide, trasplante de médula ósea alogénica).

• Tratamientos quimioterapéuticos (erbulozol, ifosfamida).

• Enfermedades sistémicas (enfermedades renales, sida, enfermedades infecciosas crónicas, tirotoxicosis, cetoacidosis diabética, anemia perniciosa, tuberculosis, esquizofrenia, malaria).

• Depleción de magnesio (uso crónico de antidiuréticos, resección de tracto gastrointestinal, enfermedad de Crohn).

• Uso de componentes químicos y drogas (infusión intravenosa de altas dosis de nitroglicerina, tolazamida).

• Desequilibrios nutricionales (restricciones dietarias por razones económicas, o como parte del tratamiento de obesidad, rechazo psicogénico a la comida, ayuno por razones religiosas o filosóficas, descuido por edad avanzada o enfermedad de Alzheimer, nutrición parenteral desequilibrada, hiperalimentación parenteral, síndrome de realimentación, uso de fórmulas dietarias comerciales, uso de dietas para adelgazar, consumo de alimentos excesivamente cocinados, uso crónico de alimentos que contienen factores antitiamina, como té o café; uso crónico de aditivos alimentarios, como sulfitos; personas itinerantes o reclusos).

3.3 Una vez identificados los pacientes con abuso o dependencia del alcohol que se encuentran en alto riesgo de desarrollar encefalopatía de Wernicke, adminístreles 200 mg de tiamina vía intramuscular diariamente, hasta completar 1 g (cinco días). En caso de que persista el factor de riesgo, considere la con­tinuación del manejo con tiamina por vía oral (300- 900 mg/día), hasta que la condición esté controlada.
Recomendación débil a favor de la intervención

4. Factores de riesgo para desarrollar delirium tremens

4.1. Identifique a los pacientes con síndrome de abstinencia que se encuentran en alto riesgo de de­sarrollar delirium tremens para realizar observación cercana, informar sobre signos de alarma e instaurar manejo oportuno.
Punto de buena práctica clínica

4.2 Los pacientes con síndrome de abstinencia con mayor riesgo de desarrollar delirium tremens son aquellos que presentan: historia previa de delirium tremens o convulsiones, presencia de convulsiones en el cuadro de abstinencia y frecuencia cardiaca al ingreso mayor de 100 latidos por minuto.
Recomendación fuerte a favor de los factores de riesgo

4.3 Informe al paciente y a sus familiares y/o cui­dadores, y advierta sobre la necesidad de consultar cuando se presenten signos y síntomas de alarma pa­ra el desarrollo de un síndrome de abstinencia (que en sus casos más graves puede progresar a Delirium Tremens): presencia de náuseas y vómito, temblor, sudoración, ansiedad, inquietud motora, alteracio­nes sensoperceptivas, cefalea y desorientación.
Punto de buena práctica clínica

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