¿Qué Registros Documentales se deben Diligenciar Durante las Citas de Control Prenatal?

Adicional a su importancia en la documentación completa de la atención a la gestante durante el control prenatal, los registros antenatales son útiles para garantizar una continuidad en la atención a la materna, proporcionar información vital para la vigilancia en salud pública local, regional y nacional, así como se convierten en documentos legales para la certificación de la atención a la gestante.

Resumen y Descripción de la Evidencia

Dos ECC con 290 y 150 pacientes evaluaron el impacto en las gestantes de portar sus propios datos de una manera autónoma vs. mantener sus registros dentro de la institución hospitalaria.

Se encontró que las gestantes se encontraron más a gusto al portar su historia clínica, ya que les disminuyo la ansiedad y aumento la seguridad durante el control prenatal (RR= 1,45; IC 95%=1,08-1,95).

Así mismo, manifestaron una mejoría en la comunicación entre ellas y el personal médico y de enfermería (RR=1,73; IC 95%= 1,16-2,59), el aumento de la asistencia a los controles y la disminución del tiempo perdido en las citas. (Lea también: Prevención y Detección Temprana de las Alteraciones del Embarazo)

El personal de salud estuvo a favor de que las mujeres portaran su propia historia clínica. El 89% de las mujeres que portaban su historia clínica se sintieron más controladas e informadas, tuvieron acceso más fácil a sus resultados y tuvieron más argumentos para aclarar sus dudas con el personal de salud.

Igualmente, manifestaron su deseo de portar nuevamente su historia clínica en un futuro embarazo. No hubo diferencia en términos de los resultados obstétricos (51, 52). 1+, 1+

En una revisión sistemática que incluyo 675 gestantes, se evaluó el impacto en las gestantes de recibir sus registros prenatales completos para llevarlos a su casa vs. recibir una tarjeta con información abreviada y sin datos clínicos de la evolución del control prenatal, con la totalidad de la historia clínica permaneciendo en el hospital.

Las mujeres que portaron el registro completo del control prenatal se sintieron mejor atendidas (RR= 1,56; IC 95%= 1,18 – 2,06).

Uno de los estudios incluidos reporto que las mujeres que portaron el registro completo se sintieron mas satisfechas con el control prenatal que el grupo control (RR=1,22; IC 95%=0,99-1,52). Las mujeres del grupo de intervención reportaron un deseo mayor de disponer en un próximo embarazo de los datos de su control prenatal (RR= 1,79; IC 95%= 1,43 – 2,24).

No hubo diferencias en los dos grupos en aspectos relacionados con el consumo de cigarrillo, la adherencia a la lactancia materna (RR=1,02; IC 95%= 0,88 – 1,18), el aborto o la muerte fetal in útero. Las mujeres en el grupo intervención tuvieron una tendencia mayor al parto por cesárea (RR=1,83; IC 95%= 1,08-3,12).

No se encontraron diferencias entre los dos grupos en términos del olvido para llevar los registros médicos al control prenatal (RR=0,38; IC 95%=0,04 – 3,84) (53). 1+

Relación entre la Evidencia y la Recomendación

La evidencia muestra que las gestantes valoran conocer sus registros prenatales y esto permite reducir la ansiedad y aumentar su satisfacción durante el control prenatal. El GDG concluyo que los registros del control prenatal deben incluir una historia clínica sistematizada con un cuestionario estructurado, acompañado de un documento en el cual se registre la información de cada cita de control prenatal.

Este último documento puede ser portado por las gestantes y llevado a cada uno de los momentos que tenga contacto con el personal de salud. En Colombia actualmente se utiliza la historia clínica y el carne materno recomendado por el Centro Latinoamericano de Atención Perinatal (CLAP).

Recomendaciones Clínicas

A. Se recomienda realizar una historia clínica de control prenatal con registros estructurados de maternidad.

A. Se recomienda que los servicios de obstetricia ofrezcan un sistema que garantice que las gestantes porten los datos de su control prenatal (carne materno), el cual esté disponible y sea actualizado en cada cita.

√. Se sugiere la implementación de una lista de chequeo acorde con los objetivos de cada cita de control prenatal.

¿Cómo debe Realizarse la Detección de Riesgo en el Control Prenatal y Cual es su Utilidad en Gestaciones de Curso Normal?

La evaluación del riesgo psicosocial y biológico es un elemento de la consulta de inscripción al control prenatal, a la vez que sirve como tamizare para definir el profesional que realiza el primer control prenatal y la necesidad de un cuidado adicional por un equipo multidisciplinario, el cual debe incluir personal de aéreas como psicología, psiquiatría y ginecología, entre otros.

La evaluación del riesgo biopsicosocial ayuda al personal de salud a identificar rápidamente a las mujeres con problemas médicos, emocionales y/o psicosociales durante el embarazo o el posparto y definir las necesidades de remisión para una atención especializada (54).

Factores como el nivel socioeconómico y el estrés psicosocial se han asociado con desenlaces adversos como el parto pretermino; sin embargo, el mecanismo biológico que explica dicha asociación no es claro. El estrés psicosocial tradicionalmente se ha definido como aquellos sucesos de gran impacto que afectan a la gestante, tales como la muerte de un ser querido o grandes desastres medioambientales de su entorno.

Recientemente el concepto se ha diversificado e incluye el estrés percibido, la ansiedad, la depresión, el racismo, la falta de la red de apoyo social, la aculturación y la violencia domestica, entre otros.

Resumen y Descripción de la Evidencia

Riesgo Psicosocial

Una revisión sistemática que incluyo 2.026 mujeres embarazadas, evaluó la capacidad de cuatro herramientas para detectar violencia intrafamiliar. Encontró que las mujeres que fueron detectadas como víctimas de violencia por los tres ítems de la herramienta “Abuse Assessment Screen” (AAS) también fueron identificadas por las otras tres herramientas.

Cuando se comparo la detección de violencia por medio de la AAS con las entrevistas personales, se encontró que la AAS es mejor para detectar violencia intrafamiliar (41% vs. 14%). También se encontró una mayor detección de violencia intrafamiliar cuando la entrevista la realizo una enfermera (29%) comparado con el auto diligenciamiento (7%) (55). III

Un ECC comparo la escala “Antenatal Psychosocial Health Assessment” (ALPHA) vs. consulta rutinaria de control prenatal para la detección de factores de riesgo psicosociales. Los autores encontraron que la escala ALPHA identifico un mayor número de problemas psicosociales que el control prenatal de rutina (OR=1,8; IC 95%= 1,1-3,0).

Asimismo, las gestantes a las que se les aplico la escala se sintieron mas cómodas al expresar sus problemas psicosociales en comparación con el grupo control (11,2% vs. 2,3%; p=0,0006) (56). 1-

Una cohorte que incluyo 937 registros de control prenatal de una institución de Australia, comparo el porcentaje de detección de violencia intrafamiliar usando la escala “Maternity Social Support” de seis ítems (la cual es diligenciada por la gestante) vs. la encuesta “Domestic Violence Initiative” de cuatro ítems (la cual es diligenciada por el profesional de salud).

Los autores encontraron que la Maternity Social Support Scale detecto un mayor número de casos de violencia de pareja en Comparación con la Domestic Violence Initiative (107 casos vs. 0 casos) (57).III

Un estudio de corte transversal con 111 participantes investigo el efecto en las gestantes de ser etiquetadas como de “alto riesgo” en su estado psicosocial durante el embarazo. Se encontró que el grupo etiquetado como de “alto riesgo” tuvo una puntuación psicosocial significativamente menor que el etiquetado como de “bajo riesgo“después de ajustar por factores de confusión (R2 = 0,07; F= 7,592; 1 gl; p=0,007) (58).

En un estudio de cohorte que incluyo 303 mujeres, se evaluó el efecto del estrés materno y otros componentes psicosociales en el embarazo de mujeres de curso normal en un hospital de tercer nivel. Fueron evaluadas seis dimensiones del perfil psicosocial durante el control prenatal por medio de un cuestionario auto administrado durante las semanas 10 a 20 y las semanas 25 a 30.

Se encontró que el nivel de estrés percibido entre las semanas 10 y 20 fue mayor entre las mujeres con complicaciones del embarazo en comparación con aquellas con un embarazo a termino sin complicaciones (Media=32,6; DE= 11,7 vs. Media=29,3; DE= 10,3; P < 0,05).

En el análisis de cada uno de los resultados adversos se encontró que las mujeres con parto pretermino tuvieron una mayor percepción de estrés a las 10 a 20 semanas de gestación en comparación con las mujeres con embarazo a termino sin complicaciones (Media=34,4; DE= 11,5 vs Media=29,3; DE= 10,3; p <0,05).

Las mujeres que presentaron alguna complicación medica de su embarazo reportaron un menor apoyo social a las 25 a 30 semanas de gestación en comparación con aquellas gestantes que lograron llegar con su embarazo a termino sin complicaciones (Media= 51,0, DE= 16,6 vs. Media= 55,5, DE= 13,8; p <0,05). No hubo diferencias significativas entre los grupos en otras dimensiones psicosociales (59). 2+

Una revisión sistemática que incluyo dos ECC que estudiaron la capacidad de diferentes escalas administradas en el control prenatal para predecir la depresión postnatal (60), encontró que el uso de una herramienta de detección de riesgo psicosocial (como la escala ALPHA) aporta una mayor conciencia del “alto nivel de riesgo psicosocial” en el personal de salud y en la gestante (RR= 4,61; IC 95%= 1+ 3  0,99-21,39).

Una puntuación en la escala ALPHA superior a nueve unidades se asocio con una probabilidad mayor de depresión postnatal (RR= 0,69; IC 95%= 0,35-1,38). Los autores no encontraron diferencias en relación con las puntuaciones de la escala de “Edimburg Depresión Scale” (EDS) aplicada en las semanas 12 a 16 y después del parto entre el grupo de gestantes que recibieron alguna intervención en el control prenatal y el grupo que recibió atención prenatal estándar (RR= 0,86; IC 95%= 0,61 – 1,21).

Una revisión sistemática incluyo 29 estudios de cohortes acerca de la depresión prenatal y su relación con resultados adversos como parto pretermino (gestación <37 semanas), bajo peso al nacer (<2,500 g) y restricción de crecimiento intrauterino (<percentil 10 para la edad gestacional), entre otros.

Se encontró que cuando la depresión se midió de forma categórica (esto es: leve, moderada, severa) se asocio con la presencia de parto pretermino, bajo peso al nacer y restricción de crecimiento intrauterino (RR= 1,39; IC 95% = 1,19-1,61. RR=1,49; IC 95%=1,25-1,77. RR=1,45, IC 95%=1,05-2,02; respectivamente) en comparación con los estudios que utilizaron una medida continua de la depresión (RR=1,03; IC 95%=1,00-1,06. RR=1,04; IC 95% =0,99-1,09 y RR=1,02; IC 95%=1,00-1,04; respectivamente).

El riesgo de bajo peso al nacer asociado con la depresión prenatal fue mayor en los países en vías de desarrollo (RR= 2,05; IC 95%= 1,43-2,93) en comparación con los Estados Unidos (RR= 1,10; IC 95%=1,01-1,21) o con democracias socio- europeas (RR = 1,16; IC 95%= 0,92-1,47) (61). 2++

Riesgo Biológico

Una cohorte que incluyo 712 partos simples y 174.097 nacidos vivos, encontró que los factores de riesgo que se asociaron con muerte fetal in útero fueron la raza afroamericana e hispana, la edad materna >35 anos, ser gestantes nulípara, el Índice de Masa Corporal (IMC) pre-gestacional >30 kg/m2, el antecedente de diabetes, la hipertensión crónica, el tabaquismo y el alcoholismo (62). El antecedente de cesárea y de parto pretermino previo se asocio a óbito en multíparas.

El numero de óbitos fetales a término en mujeres de raza blanca, entre 25 y 29 anos, IMC normal, multíparas, sin antecedentes de hipertensión crónica ni diabetes fue de 0,8 por 1000 nacidos vivos.

El riesgo de óbito a termino fue 3,1 por 1000 nacidos vivos en mujeres con antecedente de diabetes, 1,7 por 1000 con antecedente de hipertensión crónica, 1,8 por 1000 en mujeres de raza afroamericana, 1,3 por 1000 con edad materna > 35 anos, 1 por 1000 con IMC >30 kg/m2 y 0,9 por 1000 en nulíparas. 2+

En una cohorte de 2.459 gestantes nulíparas se aplico una encuesta a la semana 15±1 para identificar factores de riesgo para pequeño para la edad gestacional (PEG), sin distinción entre gestantes normotensas de las hipertensas.

Se midió el crecimiento fetal mediante ecografía y Doppler de arterias uterinas a la semana 20±1. Se identificaron múltiples factores de riesgo para bajo peso al nacer en mujeres normotensas, entre los que se destacan la historia familiar de preeclampsia, la ingesta baja de frutas, el tabaquismo y aquellas que recibieron tratamiento de infertilidad (63). 2++

Un estudio de casos y controles evaluó diversos factores de riesgo para preeclampsia en 318 mujeres preeclampticas (casos) y en 318 mujeres normotensas al momento del parto (controles). Se encontró asociación para factores como infección de vías urinarias (IVU) (OR= 3,7; IC 95%= 1,1-13,6), antecedente personal de preeclampsia (OR= 9,4; IC 95%= 2,1-41,2) y estar embarazadas durante el invierno (OR= 2,1; IC 95%=1,3-3,4).

Variables como la edad materna > 20 anos (OR = 0,6; IC 95%= 0,6-0,9), el nivel educativo alto de la madre (OR = 0,4; IC 95%= 0,2-0,7), la paridad >1 (OR = 0,5; IC 95%= 0,3- 0,8) y el uso de anticonceptivos orales (OR= 0,4; IC 95%= 0,2-0,9) fueron factores asociados a un riesgo menor de preeclampsia.

Después de ajustar por variables de confusión solo el antecedente de preeclampsia se presento como un factor de riesgo (OR = 5,7; IC 95%= 1,1-32,4), mientras que la paridad >3 y la anemia fueron factores asociados a una disminución del riesgo (OR = 0,4; IC 95%= 0,1-0,9 y OR = 0,5; IC95%= 0,3-0,9, respectivamente). La edad gestacional al momento del parto fue menor en el grupo de los casos (Media= 36,48, DE= 3,4 semanas vs. Media= 37,12, DE= 3,3 semanas, p = 0,000) (64). 2+

Un estudio de casos y controles que incluyo 467 casos de parto pretermino y 467 Controles con parto a término, encontró que la edad materna avanzada (≥35 años) se asocio a la presentación de parto pretermino (OR= 2,27; IC 95%= 1,40-3,68) (65). La edad materna joven (<20 anos) se asocio con parto pretermino extremo (OR=2,07; IC 95%= 1,19-3,61).

El antecedente de parto pretermino se asocio a parto pretermino en general (OR=3,64; IC 95%= 1,87-7,09). No haber asistido a controles prenatales se asocio con todos los subtipos de parto pretermino. El IMC materno < 18,5 kg/m2 comparado con el peso materno normal (IMC= 18,5–24,9 kg/m2) incremento el riesgo de parto pretermino (OR =1,7; IC 95%=1,21-2,39) y de parto pretermino extremo (OR = 2,45; IC 95%: 1,35- 4,45). 2+

Un estudio de cohorte incluyo 62.074 gestantes, de las cuales 79% fueron multíparas, 16,6% fueron grandes multiparas y el 5,0% fueron grandes-grandes multíparas.

Al investigar la relación entre la paridad y resultados adversos tanto maternos como perinatales, se encontró una asociación entre los tres grupos de gestantes con desenlaces como placenta previa, abrupcio de placenta, presentación anómala, trabajo de parto distócico, distocia de hombros, parto por cesárea, presencia de meconio, hemorragia posparto, anemia materna (Hb< 10), malformaciones congénitas, apgar bajo y mortalidad perinatal.

Usando modelos de regresión logística se encontró que la gran multiparidad fue un factor de riesgo para trabajo de parto distócico en el primer periodo (OR = 1,5; IC 95%= 1,3-1,7) y para muerte perinatal (OR= 2,0; IC 95%= 1,7-2,5).

Asimismo, se encontró que la gran-gran multiparidad es un factor de riesgo independiente para distocia del primer periodo del trabajo de parto (OR = 2,6; IC 95%= 2,2-3,2), así como para distocias del segundo periodo del trabajo de parto (OR= 2,1; IC 95%= 1,6-2,8) y para mortalidad perinatal (OR = 2,5; IC 95%= 1,9-3,3) (66). 2++

En una cohorte que incluyo 1.455 partos se evaluó la relación entre la edad >35 anos y desenlaces adversos maternos y perinatales.

Se encontró que las mujeres con dichas edades presentaron con mayor frecuencia alteraciones relacionadas con el embarazo (29,2 vs 15,8%; p < 0,001), diabetes gestacional (6,2%, p < 0,0029), hemorragia del primer trimestre (5,6%, p < 0,01), parto pretermino (3,9%, P < 0,007) e inducción del trabajo de parto (RR= 1,42; IC 95%=1,08-1,87). Se requirió cesárea en 47% de las nulíparas mayores (RR = 1,63; IC 95%= 1,24-2,15).

La tasa de mortalidad perinatal fue mayor en el grupo de mujeres ≥ 35 anos con 16,5 muertes perinatales x 1000 recién racidos al año, comparado con 2,77 x 1000 recién nacidos al ano pertenecientes al grupo control. La morbilidad materna fue mayor en el grupo de gestantes >35 anos (RR=5,98; IC 95%= 1,35-26,54) y principalmente como consecuencia de la presencia de hemorragia posparto (67). 2+

Una revisión sistemática de estudios poblacionales incluyo 76 cohortes y 20 estudios de casos y controles (68).

La revisión encontró que el sobrepeso y la obesidad materna (IMC >25 kg/m2) fueron los factores de riesgo modificables con el mayor grado de asociación, con un riesgo atribuible poblacional (RAP) de 8-8% en los cinco continentes, el cual contribuye con cerca de 8.000 muertes fetales al año (≥ semana 22 de gestación) en los países de altos ingresos.

La edad materna avanzada (>35 años) y el tabaquismo materno, con un RAP de 7-11% y 4-7%, respectivamente, contribuyeron cada ano con más de 4.200 y 2.800 muertes fetales.

En poblaciones desfavorecidas el tabaquismo materno contribuyo con 20% de las muertes fetales. La primiparidad contribuyo con alrededor del 15% de las muertes fetales. Con respecto a las complicaciones del embarazo, ser pequeño para la edad gestacional y el abrupcio de placenta mostraron los más altos RAP (23% y 15%, respectivamente). El antecedente materno de diabetes e hipertensión mostro ser un factor de riesgo importante para la muerte fetal. 2++

Uso de Escalas de Clasificación de riesgo

Una revisión sistemática de 15 estudios evaluó la asociación entre bajo peso al nacer y algunos de factores de riesgo individuales como características medicas, condiciones medicas y antecedentes obstétricos, en comparación con la asignación de un puntaje de riesgo.

Encontró que ningunos de estos factores detecto más de 2/3 de las gestantes que tuvieron parto pretermino, y que la mayor parte de las escalas de riesgo detecta menos del 50% de los partos pretermino.

Una de las escalas más completas incluidas que evaluaba más de 100 factores de riesgo, obtuvo una sensibilidad de tan solo 24% en nulíparas y 18% en multíparas, con un VPP de 29% y 33%, respectivamente (69).III

Una revisión sistemática de evaluación de pruebas diagnosticas que incluyo siete estudios, se centro en la evaluación de las características operativas del riesgo prenatal en relación la morbilidad-mortalidad materna.

La revisión encontró que solo 10–30% de las mujeres que fueron clasificadas a riesgo experimento los eventos adversos predichos por las escalas de evaluación simple. No se encontraron datos suficientes para evaluar la capacidad diagnostica en sistemas de evaluación más complejos (70). III

Una revisión sistemática de 136 estudios de cohorte que utilizaron un total de 85 diferentes instrumentos de clasificación de riesgo psicosocial, mostro la amplia gama de escalas que se han empleado para evaluar el estrés psicosocial y su relación con el parto pretermino y el peso al nacer.

Se encontró una falta de consenso sobre que instrumento debe usarse para la medición del apoyo social en la gestante. El instrumento usado con mayor frecuencia fue el “Abuse Assessment Screen”.

Los estudios aplicaron los instrumentos en varios momentos del embarazo lo que explica la divergencia en los hallazgos del resultado del embarazo, ya que el estrés psicosocial cambia a lo largo de la gestación.

Los estudios incluidos también mostraron que las mujeres de raza blanca con alto estrés (RR=1,8; IC 95%= 1,2–2,8), aquellas con ansiedad (OR= 2,4; IC 95%= 1,2–5,0) y las mujeres de raza negra con pobre apoyo de la red social, están en alto riesgo de parto pretermino, mientras que tener un trabajo estresante (OR= 1,8; IC 95%= 1,0–3,3) y el pobre apoyo de la red social según las escalas (OR= 2,1; IC 95%= 1,2–3,6) se relacionaron con bajo peso al nacer (71). 2++

Un estudio de cohorte que incluyo 565 primigravidas sanas de Shangai y Bangladesh evaluó periódicamente el riesgo biopsicosocial (RBP) por medio de la escala de riesgo de Herrera & Hurtado (semanas 14-27, semanas 28-32 y semanas 33-42). Se clasificaron como alto riesgo aquellas gestantes con 3 o más puntos en la calificación de la escala de RBP y luego se evaluaron los resultados maternos y perinatales en todas las gestantes.

El alto riesgo biopsicosocial prenatal se asocio con las complicaciones obstétricas (área bajo la curva ROC=0,80; IC 95%= 0,71-0,89) con el parto prematuro (área bajo la curva ROC =0,79; IC 95%= 0,68-0,90) y con el bajo peso al nacer (área bajo la curva ROC =0,85; IC 95%= 0,77-0,93).

El periodo con mejores características operativas fue el de 33-42 semanas, tanto para las complicaciones obstétricas (sensibilidad (sens)= 84,4%; especificidad (esp)= 69,3%), el parto pretermino (sens= 79,2%; esp= 67,1%) y el bajo peso al nacer (sens= 88%; esp= 77,3%)(61). Ib

Relación entre la Evidencia y la Recomendación

El seguimiento del embarazo es un proceso continuo que evoluciona gradualmente hasta el momento del parto. La evidencia muestra que el riesgo debe evaluarse lo más temprano posible, idealmente en una consulta preconcepcional o en la primera consulta de control prenatal previa a la semana 10. Esta detección precoz permite intervenir algunos riesgos que son modificables tales como patologías infecciosas o trastornos metabólicos, entre otras.

Los estudios incluidos muestran múltiples factores biológicos y psicosociales como determinantes de desenlaces adversos del embarazo, por lo que se recomienda que estos sean evaluados rutinariamente durante el control prenatal. No existe consenso de la manera como se deben explorar estos factores de riesgo, si de manera informal o mediante una escala de clasificación de riesgo.

Las escalas de riesgo permitirían clasificar a las gestantes durante el control prenatal en categorías de bajo riesgo (las cuales deben desarrollar su control prenatal con enfermera o medico general) o en la de alto riesgo (las cuales deben continuar el control prenatal con un equipo especializado multidisciplinario).

La evidencia encontrada presenta múltiples escalas de riesgo (al menos 18); dentro de ellas se encuentra la escala de Herrera & Hurtado, la cual integra la evaluación de riesgo biológico y psicosocial. Dicha escala ha sido validada en poblaciones similares a la colombiana.

El GDG junto con los expertos consultados para este tema recomienda el uso de la clasificación de riesgo en el control prenatal por medio de esta escala en el momento de la inscripción y en las citas de control.

Respecto a la detección de violencia hacia la gestante, se encontró evidencia que el uso de instrumentos simples de tamizaje mejora la detección de violencia de pareja e intrafamiliar comparado con el control prenatal de rutina, pero esta resulta contradictoria cuando se usan registros de auto diligenciamiento vs. entrevista en la consulta prenatal.  Por tanto, se recomienda que la detección de violencia se realice por medio de una entrevista en todas las consultas de control prenatal.

Recomendaciones Clínicas

A. Se recomienda que las gestantes de bajo riesgo reciban en el momento de la inscripción al control prenatal, y luego en cada trimestre, una valoración de riesgo psicosocial. Si se identifica riesgo se deben remitir a una consulta especializada garantizando la continuidad con el grupo a cargo del control.

B. Se recomienda en cada trimestre del embarazo evaluar en la gestante, el estrés materno crónico, la ansiedad, los trastornos del sueño y el pobre apoyo de la red social.

B. Se recomienda identificar la depresión materna mediante un tamizaje trimestral durante el control prenatal porque las mujeres con depresión durante el embarazo tienen mayor riesgo de parto pretermino y bajo peso al nacer.

B. Se recomienda evaluar el riesgo biológico y psicosocial en todas las gestantes mediante la escala de Herrera & Hurtado con el objeto de identificar aquellas gestantes que pueden continuar su control con enfermería y medicina general y aquellas que necesitan seguir su control con el obstetra y/o un grupo multidisciplinario.

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