¿Cómo funcionan los calendarios académicos?

¿Alguna vez te has encontrado buscando colegio y te confunden términos como Calendario A o B? ¡No te preocupes! Aquí te explicamos todo lo que necesitas saber para tomar la mejor decisión educativa para tus hijos.

La organización del tiempo en el ámbito educativo es fundamental para garantizar el desarrollo integral de los estudiantes y el cumplimiento de los objetivos académicos establecidos. En este sentido, los calendarios A y B son herramientas clave que estructuran el año escolar de manera eficiente, distribuyendo las horas de aprendizaje de forma equitativa a lo largo del periodo lectivo.

¿Qué implica el Calendario Escolar A y B?

El calendario escolar define los periodos en los que los estudiantes cursarán sus estudios. En el Calendario A, las clases suelen iniciar en febrero y finalizar en noviembre, mientras que en el Calendario B, las clases van de septiembre a junio. Es esencial tener en cuenta que, independientemente del calendario, todas las instituciones educativas deben cumplir con la intensidad horaria anual establecida por el Ministerio de Educación Nacional.

Calendario A:

El calendario A es comúnmente utilizado por la mayoría de las instituciones públicas. Este calendario se caracteriza por distribuir las actividades académicas a lo largo de 40 semanas. La estructura y programación de este calendario suelen ser establecidas por las autoridades educativas correspondientes, brindando una mayor uniformidad en el desarrollo del año escolar.

Calendario B:

Por otro lado, el calendario B es preferido por algunas instituciones privadas, especialmente aquellas de mayor nivel económico. A diferencia del calendario A, el calendario B ofrece una mayor autonomía a los colegios privados para definir su estructura temporal. No obstante, independientemente de esta autonomía, estas instituciones están obligadas a cumplir con la intensidad horaria anual establecida por las normativas educativas.

Importancia de los calendarios académicos

La implementación adecuada de los calendarios A y B es crucial para garantizar la calidad educativa y el aprovechamiento del tiempo en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Estos calendarios permiten una distribución equitativa de las horas de clases, facilitando la planificación de actividades, la evaluación del progreso académico y el cumplimiento de los programas curriculares.

¿Cuál es la mejor opción para ti?

Elegir entre un colegio con Calendario A o B depende de las necesidades y preferencias de tu familia. La diferencia principal radica en los periodos de vacaciones de los estudiantes. Por ejemplo, en un Colegio con Calendario B, las vacaciones suelen coincidir con los periodos vacacionales de Canadá y Estados Unidos. Lo que facilita la participación en campamentos, intercambios y programas de verano en estos países. Lea también: Homeschool en Colombia: solución de educación personalizada. 

Transición entre calendarios académicos

Si estás considerando cambiar de un colegio con Calendario A a uno con Calendario B, o viceversa, es importante comprender cómo se maneja la transición. En muchos casos, los estudiantes que provienen de un colegio con Calendario A pueden ingresar en enero y cursar seis meses del grado correspondiente, para luego continuar con el calendario regular en septiembre. Del mismo modo, aquellos que decidan cambiar en mitad de año podrán incorporarse sin inconvenientes al nuevo calendario.

Consideraciones importantes de los calendarios académicos

Es natural que surjan preguntas sobre si esta transición afectará el progreso académico de los estudiantes. En la mayoría de las instituciones educativas, se evalúa cuidadosamente cada caso para garantizar que los estudiantes sean ubicados en el grado que corresponda a su nivel de madurez y desarrollo académico. La prioridad es el bienestar y el éxito de cada alumno.

Conclusión

Si estás buscando una opción educativa que combine excelencia académica con oportunidades de crecimiento personal y cultural, es importante investigar y tomar una decisión informada sobre qué calendario escolar se adapta mejor a las necesidades de tu familia.

Calendario escolar de Colombia

En Colombia, la fecha de inicio de clases puede variar ligeramente de una institución a otra y depende del calendario escolar establecido por las autoridades educativas de cada región. Sin embargo, en términos generales, las clases suelen iniciar a principios de febrero y finalizar en noviembre o diciembre.

Las vacaciones de mitad de año (conocidas como receso escolar) suelen ser en junio o julio, con una duración de aproximadamente dos semanas. Luego, las vacaciones de fin de año suelen ser en diciembre y enero.

¿Por qué hay 2 calendarios académicos en Colombia?

La existencia de colegios con calendario A y B en Colombia se debe a una combinación de factores que incluyen tanto la regulación del Ministerio de Educación. Como por ejemplo las preferencias y necesidades de las instituciones educativas y las familias. Aquí se explican algunas razones:

Regulación del Ministerio de Educación:

El Ministerio de Educación establece un mínimo de horas de estudio por año para garantizar que los estudiantes adquieran los conocimientos básicos esperados en cada nivel educativo. Este mínimo varía según el nivel, siendo de 800 horas para preescolar, 1.000 horas para básica primaria y 1.200 horas para básica secundaria y media. Los colegios deben cumplir con esta intensidad horaria anual, independientemente del calendario que sigan.

Preferencias y necesidades de las instituciones educativas:

Los colegios tienen autonomía para definir su calendario escolar, siempre y cuando cumplan con la intensidad horaria anual establecida por el Ministerio de Educación. Algunas instituciones prefieren seguir el calendario A, que es más común en las instituciones públicas y en parte de las privadas. Mientras que otras optan por el calendario B, especialmente las instituciones privadas de mayor nivel económico.

Alianzas con instituciones extranjeras:

Los colegios, tanto de calendario A como B, pueden establecer alianzas con escuelas en el extranjero para ofrecer programas que contribuyan a la formación de sus estudiantes y les brinden oportunidades de enriquecimiento académico, cultural y lingüístico. Esto puede incluir programas de intercambio, cursos de verano y otras actividades que fortalezcan el idioma y permitan conocer nuevas culturas.