Mujeres Rurales como Agentes de Transformación en el Campo
G.
Para abordar las necesidades que enfrentan las mujeres rurales, y en articulación con lo que está plasmado en la línea E del Pacto por el Emprendimiento.
La formalización y la Productividad. Se propone el desarrollo de un conjunto de estrategias que permitan a las mujeres: (1) ser beneficiarias de los procesos de acceso, distribución y formalización de la propiedad rural y el ordenamiento social y productivo. (2) Aumentar su capacidad para la generación de ingresos a través de una mejora en la provisión de los bienes y servicios públicos. El acceso a instrumentos financieros y las condiciones de empleabilidad y emprendimiento.(3) Y aumentar su participación en la toma de decisiones del sector agropecuario.
La puesta en marcha de estas estrategias no solo promoverá el empoderamiento de las mujeres en el campo. Sino que las posicionará como los principales agentes de transformación rural. Con impacto positivo en la generación de oportunidades y bienestar para toda la población rural, y llevar a un desarrollo rural sostenible y con equidad.
1.Diagnóstico
Cerca de un 21,2 % (5.134.680) de las mujeres del país viven en zonas rurales y se estima que, de los 3.070.586 hogares rurales, un 23% (707.056) tienen jefatura femenina (DANE, 2017a).
Estos hogares se encuentran en una condición de mayor vulnerabilidad. Por un lado, como se observa en la gráfica XIV-3, más del 40 % de los hogares rurales y rurales dispersos con jefatura femenina se encuentran en condición de pobreza. En comparación con el 35,5 % y el 37,7 % de los hogares rurales y rurales dispersos con jefatura masculina.
Por otro lado, las mujeres cabeza de hogar asumen muchas veces triples jornadas de trabajo al dedicarse tanto a actividades productivas como a actividades asociadas al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.
Aunque Colombia ha avanzado en el desarrollo de un marco legislativo para priorizar a las mujeres en el acceso y formalización de la tenencia de la tierra, aún se presentan algunas restricciones.
Según cifras de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), por cada cinco mujeres beneficiarias hay ocho hombres beneficiarios en los programas de acceso y gestión jurídica de tierras. Y solo un 38 % de los baldíos adjudicados entre septiembre de 2016 y agosto de 2018 corresponden a mujeres.
Además, la gran mayoría de las unidades de producción agropecuarias (UPA) con jefatura femenina tienen menos de 5 hectáreas (Censo Nacional Agropecuario CNA, 2014).
Generación de ingresos de las mujeres rurales
En lo que concierne al potencial de generación de ingresos de las mujeres rurales Se observa que las actividades realizadas por ellas son más heterogéneas que las efectuadas por los hombres en el campo.
Como se muestra en la gráfica XIV-4, mientras que el 71 % de los hombres dedica su tiempo principalmente a actividades agrícolas, solo el 37 % de las mujeres tienen la misma vocación.
Se estima que un 30 % de las mujeres se dedican a actividades comerciales y un 22 % a actividades asociadas a la minería, construcción e intermediación financiera, entre otras.
Para las mujeres rurales que se dedican al desarrollo de actividades del sector agropecuario. Se observan diferencias en la entrega de servicios de asistencia técnica frente a los hombres: mientras que un 25,5 % de los hombres productores recibieron estos servicios, solo un 18,7 % de las UPA de mujeres fueron beneficiarias (CNA, 2014).
Además, en lo que concierne a inclusión financiera, solo un 44 % de las cuentas de ahorro del Banco Agrario corresponden a mujeres, y alrededor de un 20 % de los créditos de Finagro otorgados a pequeños productores fueron asignados a mujeres19. Estas diferencias se ven a su vez reflejadas en el número y monto de las colocaciones de créditos para hombres y mujeres en el sector rural.
De hecho, como se mencionó en la línea E del Pacto por el Emprendimiento, la formalización y la productividad, de 445.000 operaciones crediticias ($ 14.775.000.000) en el año 2017. Los hombres fueron objeto del 66,2 % de las operaciones y del 25,2 % del valor desembolsado. Mientras que el registro para las mujeres fue del 27 % y el 6,7 % respectivamente20 (DNP, 2017).
Falta de acceso a activos productivos y financieros
Esta falta de acceso a activos productivos y financieros se ve reflejada en una baja agencia de las mujeres rurales en lo que respecta a las decisiones de producción.
La evidencia sugiere que solo en un 26 % de las UPA, son las mujeres quienes toman las decisiones de producción (CNA, 2014).
Este poder de decisión varía a nivel regional, con una participación de las mujeres del 18 % y el 12,9 % de las UPA de los departamentos de Boyacá y Nariño respectivamente, y ninguna participación en Guainía y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Por último, las mujeres rurales dedican más tiempo a las actividades de trabajo doméstico y cuidado no remunerado que sus contrapartes urbanas.
Cerca de 93 % de las mujeres rurales participan en este tipo de actividades, cifra que baja a 88% entre mujeres urbanas. Además, el tiempo destinado en promedio a estas actividades en la ruralidad es casi tres veces más que el dedicado por los hombres 7,5 horas por día en comparación a tres horas por día (ENUT, 2016-17).
Esto explica, en parte, la menor tasa de participación laboral femenina rural (42 %) en comparación con la masculina (76 %) (DANE, 2017a).
En conclusión, las limitaciones de las mujeres rurales para acceder y tener posesión de la tierra se profundizan posteriormente en las dificultades que enfrentan para el desarrollo de sus actividades productivas. Tanto agropecuarias como no agropecuarias, e implican restricciones adicionales para participar de forma efectiva en el sistema financiero y en la toma de decisiones. Tanto en sus hogares como en sus unidades de producción.
(Lea También: Mujeres en la Construcción de Paz)
2.Objetivos y estrategias
a. Objetivo
Se establece el siguiente objetivo: garantizar la inclusión de las mujeres rurales en los procesos de ordenamiento social y productivo, la provisión de servicios de extensión agropecuaria, y acceso a crédito, que conduzcan a un desarrollo rural equitativo y sostenible.
b. Estrategias
1) Objetivo 1. Garantizar la inclusión de las mujeres rurales en los procesos de ordenamiento social y productivo, la provisión de servicios de extensión agropecuaria, y acceso a crédito, que conduzcan a un desarrollo rural equitativo y sostenible
a) Crear las condiciones para que las mujeres rurales sean beneficiarias de procesos de ordenamiento social y productivo
Como se menciona en la línea E del Pacto por el Emprendimiento, la Formalización y la Productividad: el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MinAgricultura) fortalecerá los procesos de inclusión de las mujeres rurales dentro de los registros creados para los sistemas de información, dotación y formalización de las tierras21 de manera tal que puedan acceder al principal factor productivo para el desarrollo de sus actividades rurales (tanto agropecuarias como no agropecuarias).
En este sentido, se promoverá la inclusión de mujeres rurales con derechos de tenencia reconocidos mediante títulos a su nombre o con sus parejas.
Las mujeres rurales también serán parte esencial de los procesos de formalización de la propiedad rural, facilitación del acceso y distribución de la tierra, y de la estrategia de ordenamiento social y productivo de la frontera agrícola nacional.
b) Promover la generación de ingresos para las mujeres rurales a través de una mejora en el servicio de extensión agropecuaria, el acceso a instrumentos financieros, y las condiciones de empleabilidad y emprendimiento
Como se menciona en la línea E del Pacto por el Emprendimiento, la formalización y la productividad, MinAgricultura promoverá el acceso de las mujeres rurales al Servicio Público de Extensión Agropecuario, definido en la Ley 1876 de 201722.
Esta ley prioriza a las mujeres rurales dentro del subsistema de extensión agropecuario. Para la determinación del subsidio que se aplicará sobre la tasa cobrada por la prestación de este servicio (Art. 28).
Lo anterior será complementado por un sistema de seguimiento y evaluación para la verificación y promoción del acceso de las mujeres rurales a los servicios de extensión agropecuarios, y de una priorización a nivel territorial de las iniciativas para el desarrollo de las cadenas productivas en cabeza de mujeres.
Las mujeres rurales se beneficiarán por el desarrollo de programas y proyectos
Para la vinculación de la agricultura campesina, familiar y comunitaria (ACFC), a compras públicas. Así mismo, MADRS y MinCIT promoverán clústeres y cadenas de valor de agroturismo dentro del concepto de turismo responsable y sostenible, integrando proyectos del desarrollo rural, agropecuario o ambiental existentes (Línea E: “Campo con progreso” del pacto por el Emprendimiento).
Dentro de los lineamientos de la línea B del Pacto por la Descentralización se fortalecerán. Además, los encadenamientos productivos no agropecuarios. En los cuales el MADR promoverá la participación de las mujeres rurales.
Lo que concierne al acceso de instrumentos financieros, el MinAgricultura fomentará tanto el ahorro como el acceso a instrumentos crediticios.
En particular, se promoverán la inclusión de agricultoras familiares y pequeñas productoras a través del Fondo Agropecuario de Garantías (FAG). Así como las alianzas con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para incentivar el uso de los Pagos por Servicios Ambientales y la focalización de recursos para el desarrollo de proyectos sostenibles en el marco de la Política de Crecimiento Verde.
EL MADR también coordinará las estrategias para otorgar una educación económica y financiera pertinente y efectiva para las mujeres en el campo.
c) Promover la participación de las mujeres rurales en los espacios de toma de decisión del sector agropecuario
Como se menciona en la línea E del Pacto por el emprendimiento, la formalización y la productividad: MinAgricultura modernizará y consolidará la institucionalidad del sector agropecuario. Lo cual fortalecerá el Sistema Nacional Regional del Sector Agropecuario, Pesquero, Forestal Comercial y de Desarrollo Rural (SNRA) y el rol de los Consejos Municipales de Desarrollo Rural (CDMR) y los Consejos Seccionales de Agricultura (CONSEA).
En todas estas instancias, MinAgricultura creará una ruta de participación de las mujeres rurales que promueva la incidencia de sus necesidades y prioridades y que éstas se vean reflejadas en la planificación y toma de decisiones sectoriales.
3. Metas
- 19 Cifras del Banco Agrario y Finagro.
20 El monto restante de los desembolsos estuvo dirigido a personas jurídicas (DNP, 2017).
21 Decreto 902 de 2017 “Por el cual se adoptan medidas para facilitar la implementación de la Reforma Rural Integral contemplada en el Acuerdo Final en materia de tierras, específicamente el procedimiento para el acceso y formalización y el Fondo de Tierras” (artículo 14) que corresponde al RESO (Registro de Sujetos de Ordenamiento) y dentro del cual se otorgan mayores puntajes para las mujeres campesinas. La Ley 1900 de 2018 contempla, además, una doble puntuación para los hogares rurales cuya jefatura sea femenina.
22 Por medio de la cual se crea el Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria y se dictan otras disposiciones
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