Educación de Calidad para un Futuro con Oportunidades para Todos
C.
La educación es la herramienta más poderosa para promover la movilidad social y para la construcción de equidad. Pese a todos los avances que ha logrado Colombia en los últimos años para mejorar el acceso con calidad a la educación, aún persisten rezagos en cobertura, permanencia y calidad en todos los niveles.
Por tanto, y con el fin de generar una transformación en el sistema educativo. Una de las principales apuestas es brindar educación inicial con enfoque de atención integral, en el marco de la Ley 1804 de 2016.
En la educación básica, se buscará mejorar la calidad de los aprendizajes y asegurar el tránsito efectivo desde la primaria hacia la secundaria, a la luz de una educación inclusiva, que brinde las condiciones necesarias para el acceso, la permanencia y las trayectorias completas, y con una propuesta específica para avanzar en la garantía del derecho a la educación. En armonía con lo planteado por el Plan Decenal de Educación 2016-2026, priorizando en este sentido a la población rural, a fin de cerrar brechas existentes entre el campo y la ciudad.
Así, mismo, la política pública educativa para la educación preescolar, básica y media se encamina hacia el reconocimiento del rol de los docentes y directivos docentes como líderes y agentes de cambio para el avance de la calidad, al fortalecimiento de competencias para la vida. Al incremento de la Jornada Única de manera progresiva y con calidad, al aprovechamiento de los resultados de las evaluaciones de aprendizajes como un elemento transversal de las prácticas pedagógicas, y a la promoción de entornos escolares protectores.
En cuanto a la juventud, la educación media es uno de los niveles que presenta menor cobertura.
Esto es alarmante si se tiene en cuenta que este nivel es fundamental para definir las trayectorias de vida de los jóvenes.
Por tanto, se proponen acciones orientadas al incremento del acceso y al favorecimiento de la calidad. De tal forma que este nivel sea más atractivo y pertinente para los jóvenes colombianos.
A lo anterior, se suma un fuerte componente socioemocional y de orientación socioocupacional. Con el fin de favorecer el tránsito hacia la educación superior, así como estrategias para fortalecer el acompañamiento situado a docentes.
En educación superior, se avanzará en brindar más oportunidades de acceso a una educación de calidad, con un énfasis en las poblaciones vulnerables, contribuyendo al logro de la equidad y la movilidad social.
En tal sentido, se plantea como prioridad el fortalecimiento de la educación pública, a través de nuevos recursos para inversión y funcionamiento. La implementación de un esquema de gratuidad gradual, y de propuestas para avanzar en la desconcentración de la oferta y llegar a zonas y regiones apartadas, la promoción de la educación virtual, el fortalecimiento del sistema de aseguramiento de la calidad y la formación de capital humano de alto nivel.
Adicionalmente, con el fin de garantizar una oferta educativa y formativa en educación posmedia con calidad y pertinente. S propone trabajar de manera articulada con las instancias que hacen parte de la Comisión Intersectorial para la Gestión del Recurso Humano. Para consolidar el Sistema Nacional de Cualificaciones (SNC) y avanzar en la reglamentación del Marco Nacional de Cualificaciones (MNC). La transformación del sistema de aseguramiento de la calidad de la educación y formación para el trabajo, y el diseño de un esquema de movilidad educativa y formativa articulada con el MNC.
De esta forma, se busca consolidar un sistema educativo:
Cuyo propósito fundamental sea garantizar las condiciones para que las personas alcancen su desarrollo integral y contribuyan al desarrollo del país en términos de equidad, legalidad y emprendimiento. En concordancia con lo establecido por los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los compromisos adquiridos con la OCDE.
Para lograr esta visión, resulta primordial el diálogo permanente con la ciudadanía y con los grupos de interés en el sector.
(Lea También: Educación de Calidad para un Futuro, Objetivos y Estrategias)
1.Diagnóstico
La educación es un elemento constitutivo del desarrollo humano, social y económico y, al mismo tiempo, un instrumento fundamental para la construcción de equidad social. Etendida como la igualdad de oportunidades reales de las personas.
Es, además, la principal herramienta para superar la pobreza y lograr inclusión social y productiva.
La evidencia muestra que es a partir de la educación que los niños, niñas y adolescentes logran romper la desigualdad intergeneracional. Principalmente cuando provienen dehogares menos favorecidos con padres que cuentan con un bajo logro educativo. De acuerdo con García et al.
(2015), a pesar de que en Colombia todavía no existe un alto nivel de movilidad social. Un 19% de los individuos cuya madre contaba únicamente con educación primaria logró acceder a la educación superior.
No obstante, la exclusión social en educación se ve reflejada en el limitado acceso de la población a niveles fundamentales como la educación inicial, la media y la superior. Así como en la baja calidad de la educación que reciben los niños y jóvenes, principalmente en el sector oficial y en las zonas rurales del país.
Una de las principales formas de exclusión es el analfabetismo.
Para la población de 15 y más años, este indicador se ubicó en un 5,2% en 2017; en un 3,4% las zonas urbanas38; y en un 12,1% en las zonas rurales. Lo cual implica un reto muy importante en especial en esta última zona.
Esto se corrobora al analizar el número de años promedio de educación en 2017, indicador que da cuenta de la acumulación del capital humano, que para zonas urbanas se ubicó en 9,7 años. En tanto que en las zonas rurales alcanzó apenas los 6 años.
Dicha situación repercute en la generación de oportunidades:
Para la primera infancia, infancia y adolescencia en el campo colombiano.
En los últimos años, el país ha logrado incrementar el acceso a la educación básica y superior y mejorar su calidad. Pese a todos estos esfuerzos, el acceso en algunos niveles permanece rezagado. En particular en la educación inicial y la media (tabla III-3).
En educación inicial, se lograron avances importantes, relacionados con el desarrollo de la política de atención integral a la primera infancia.
De esta forma, en 2016 se promulgó la política de Estado para el Desarrollo Integral de la Primera Infancia (Ley 1804 de 2016). La cual establece la educación inicial como un derecho de los niños y niñas menores de seis años, y como un proceso pedagógico fundamental para el desarrollo de su potencial, sus capacidades y habilidades.
En el marco de esta política, los alcances de la integralidad en la atención en la educación preescolar en el marco de esta política han sido reducidos.
Se han limitado a la implementación de pilotos en el grado transición, que a julio de 2018 han beneficiado cerca de un 14% de la matrícula.
A 2017, solo el 55,2% de los niños y niñas de 5 años estaban matriculados en el grado de transición.
La educación media es otro de los niveles que mantiene un importante rezago en coberturas.
Aunque la terminación y graduación de los jóvenes como bachilleres es un determinante de la reducción de la pobreza y la consolidación de la clase media (Sánchez, et al. 2016). En el total nacional, este nivel presenta las más bajas coberturas, alcanzando una tasa bruta de 80,1% y una neta de 42,8% en 201739.
De igual forma, persisten las brechas urbano-rurales y entre regiones, lo que genera inequidad. La cobertura neta en educación media rural apenas llega a un 31%. De modo que presenta una brecha de 16 puntos porcentuales con respecto a la cobertura urbana para el mismo nivel.
La región conformada por los departamentos de Vaupés, Guainía, Amazonas y Guaviare. Alcanzó una cobertura neta en educación media de apenas 20,7% en 2017 (tabla III-3)
Sumado a las bajas coberturas, otro de los principales problemas que limita los tránsitos efectivos entre grados y niveles es la deserción escolar, la cual se ubicó en 3,08% en 2017 para los colegios oficiales, presentando una brecha de 1 p. p. con respecto a los colegios no oficiales.
Más grave aún es que de cada 100 niños que ingresan al primer año de educación, solo 44 logran graduarse como bachilleres, situación que se complejiza aún más en el tránsito a la educación superior. Se estima que solo 38 de cada 100 estudiantes que se graduaron de la media en 2015, transitaron inmediatamente a la educación superior en 2016.
Por otra parte, de acuerdo con los resultados encontrados por la evaluación de la articulación de la educación media y la educación superior, hay aspectos por mejorar en esta estrategia. Puntualmente por la falta de coordinación y multiplicidad de enfoques en su implementación (DNP, 2013a).
Para lograr la inclusión social y la equidad en educación, no basta con el acceso, sino que es indispensable que sea pertinente y de calidad.
En materia de calidad de la educación, también hay logros importantes en el nivel básico.
En los resultados más recientes de las pruebas PISA de 2015, Colombia se ubicó en el cuarto lugar entre los países que más mejoraron su desempeño y fue uno de los tres únicos países que mejoraron en las tres áreas evaluadas (lectura, matemáticas y ciencias) (ICFES, 2017).
No obstante, Colombia se encuentra todavía por debajo del puntaje promedio de la OCDE.
La calidad de la educación, medida a través de las pruebas Saber 5° y 9°, mostró un avance en los resultados de lenguaje en ambos grados entre 2009 y 2017, con más estudiantes clasificados en el nivel avanzado de lenguaje, de manera que hubo un incremento de 2 p. p., llegando a 14% y 7%, respectivamente.
La nueva clasificación de colegios con la prueba Saber 11 ha evidenciado un avance. Pues cerca del 14% de las instituciones educativas oficiales en 2017 se ubicaron en las categorías más altas, A+ y A.
Sin embargo, todavía hay una gran cantidad de estudiantes y establecimientos educativos que no logran un desempeño satisfactorio en los resultados de calidad. De acuerdo con este indicador, según la cercanía al sistema de ciudades y el grado de ruralidad40, se presentan grandes disparidades.
En educación superior, son destacables los avances en cobertura.
Entre 2002 y 2017, la tasa de cobertura bruta aumentó del 23,7% al 52,8%, es decir, que el número de matriculados pasó de 1 millón a 2,3 millones.
Pese a los esfuerzos significativos por incrementar el acceso de las personas de más bajos recursos a este nivel. La educación superior es el nivel educativo con acceso más desigual en el país.
En 2017, los jóvenes del quintil superior de la distribución del ingreso accedieron casi cuatro veces más a educación superior que los jóvenes procedentes del quintil inferior.
Existen, además, altos niveles de deserción y bajas tasas de graduación. En 2016, el indicador de deserción por cohorte se ubicó en un 45,1%. Para universitarios, y en un 53,2% para técnicos y tecnólogos; mientras que la tasa de graduación fue del 37,4% y 27,1%, respectivamente.
Con respecto a la calidad, tan solo el 37,9% de los estudiantes acceden a instituciones y programas de educación superior acreditados en alta calidad (23,2% de las instituciones son acreditadas y 10,6% de los programas son acreditados).
En educación para el trabajo y desarrollo humano. Se encuentra que solo el 14% de las instituciones (535) y 13% de los programas (2.362) se ha certificado voluntariamente.
Esta situación es preocupante, teniendo en cuenta que el número de programas de ETDH y de estudiantes se ha incrementado en los últimos 8 años. En 2017, se tenían 17.630 programas, 3.702 instituciones y 489.211 estudiantes.
Con el fin de lograr una oferta educativa y formativa pertinente, el país avanzó en el diseño de una Estrategia de Gestión del Recurso Humano (EGERH)41, que busca mejorar la pertinencia de la educación y formación posmedia. Así como contribuir a aumentar la productividad y competitividad, y fortalecer los vínculos con el sector productivo y social del país.
Esta estrategia propone nuevas herramientas para fomentar una mayor movilidad entre los diferentes niveles y modalidades del servicio público educativo; fortalecer los procesos de aseguramiento de la calidad de oferta de formación; y establecer las bases para una política de aprendizaje permanente en la población.
No obstante, los avances en cuanto al desarrollo de la estrategia han sido insuficientes frente a los retos que aún enfrenta el país en calidad y pertinencia de la oferta educativa y formativa, y en materia de productividad y competitividad.
Un análisis del estado de avance en términos de implementación de la estrategia mencionada encuentra que solo se ha logrado una ejecución del 46% de las acciones propuestas para lograr su consolidación.
A pesar del aumento en la matricula en educación superior y ETDH que se dio entre el 2010 y 2017 y los limitados avances en aseguramiento de calidad. El 42% de los empleadores manifiesta tener dificultades para llenar vacantes por falta de experiencia, aplicantes y habilidades necesarias (ManpowerGroup, 2018).
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38 De acuerdo con los estándares de la UNESCO. Las zonas urbanas estarían declaradas como áreas libres de analfabetismo.
39 La tasa de cobertura bruta es la relación entre el número de estudiantes matriculados en un nivel educativo respecto a la población en edad teórica para cursarlo. La tasa de cobertura neta es la relación entre el número de estudiantes matriculados en un nivel educativo que tienen la edad teórica para cursarlo y el total de la población correspondiente a esa misma edad.
40 Para una definición amplia de estas categorías, véase la línea: Campo con progreso: una alianza para dinamizar el desarrollo y la productividad de la Colombia rural .
41 Esta estrategia fue aprobada mediante el Documento CONPES 3674 de 2010.
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