¿Cuál es el Estado del Comercio Electrónico en Colombia?
El comercio electrónico es hoy uno de los sectores de mayor crecimiento en todo el mundo. Sin embargo, Latinoamérica parece haberse quedado rezagada en este aspecto. Esto, a pesar de que muchos latinoamericanos se preguntan cómo invertir en bitcoins o cómo utilizar internet para ganar dinero.
En su informe anual de 2018, eMarketer presentó cifras inquietantes: del total de comercio electrónico transado durante el año pasado, apenas un 3% correspondió a América Latina. China y Estados Unidos fueron los países que encabezaron las operaciones de eCommerce, seguidos de Reino Unido, Japón, Alemania y Corea del Sur entre otros.
Revisando los números relativos exclusivamente del continente. De ese 3% el liderato lo tiene Brasil, seguido de México y posteriormente Chile. Colombia ocupa un quinto lugar compartido con Perú, ambos países captan el 10% del total de comercio electrónico de Latinoamérica.
Puede parecer un porcentaje pequeño, pero considerando que solo el 70% de los colombianos tienen acceso a internet sus números no difieren mucho del 11% de la cuota de eCommerce que tiene Argentina, que tiene un acceso a internet superior del 90%.
Ahora bien, ¿más allá de las estadísticas globales, cuál es el estado del comercio electrónico en Colombia?
Business to Business, el sector líder del eCommerce en Colombia
Los números son buenos, las estadísticas hablan de crecimiento, pero el cuadro completo invita al análisis cuidadoso.
El principal modelo de eCommerce que se utiliza en Colombia es el llamado B2B (Business to Business), que significa que unas empresas ofrecen servicios a otras, de forma directa y utilizando plataformas de internet para hacerlo.
Marketing B2B, Marketing B2C, Características y Diferencias, Ejemplos
La razón principal por la que esto ocurre es que los servicios ofrecidos a compañías requieren de rapidez, capacidad de monitoreo, bajos costos de transacción y reducción de tiempos y pedidos de entrega. Ante estos requerimientos, el surgimiento de internet y sus herramientas ha resultado bastante útil.
Esto es un avance ya que ha producido una mayor tecnificación en los procesos industriales de las empresas colombianas. Igualmente ha popularizado entre la gerencia y los altos ejecutivos de las industrias locales, las herramientas típicas del comercio electrónico, en especial las ligadas al comercio enfocado en servicios.
En este mismo sector del B2B, los tradicionales proveedores de materias primas han ido habilitando las compras electrónicas en sus sitios web, utilizando hasta criptomonedas como forma de pago. Tal vez esto explique por qué cada día surgen formas de resolver el cómo invertir en bitcoins y otras cripto, que están en auge en la región. De esta forma han reducido los periodos de compra de sus clientes y también sus propios costos operativos, al ir reduciendo sus oficinas de despacho.
Business to Consumer, una tarea pendiente
Ahora bien, en el campo del B2C (Business to Consumer), la fotografía no luce tan bien.
Según datos aportados por el Estudio de Transacciones Digitales: eCommerce + Recaudo Colombia 2018, elaborado por la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE), el B2C no ocupa un alto espacio en el comercio electrónico colombiano.
Siendo el sector financiero el de mayor presencia, seguido por el gubernamental, el de tecnología y comunicaciones y por el sector comercio, en el que, como comentamos, los proveedores llevan la voz cantante.
En el campo del B2C solo el sector salud y belleza luce realmente promisorio, con un total de 19% de las transacciones electrónicas en el país. Seguido del entretenimiento con 11%, la televisión por cable también con 11% y la tecnología que ocupa un 5%. E incluso en esos sectores, la presencia mayoritaria es de modelos B2B, lo que deja a los modelos dirigidos a los consumidores en franca minoría.
¿A qué se debe este desbalance? ¿Por qué Colombia no luce firme en este sector?
Dificultades Logísticas y otros Problemas de los B2C Colombianos
El gran obstáculo de los B2C es la logística. Bien sea que la tienda pertenezca a quienes producen lo que en ella se vende, o que se trate de los cada vez más populares modelos de “dropshipping” (tiendas en línea que venden a consumidores, sirviendo de intermediarios entre estos y los productores), los problemas siempre ocurren off line. El almacenamiento, la distribución y el despacho de productos no son tarea fácil y su realización implica altos costos. De allí que muchas tiendas de “menudeo” sufran pérdidas incluso aunque tengan un buen nivel de ventas.
Y esto no solo aplica a los negocios colombianos, sino que suele ser un problema de todos los negocios B2C del mundo, incluso del todopoderoso Amazon, que en algunos de sus productos llega a perder hasta US$ 7 por transacción, según datos aportados por ellos mismos.
Enumeremos algunas de las razones de esta deficiencia:
1. Tipo de productos. Muchos productos de menudeo, como los juguetes y la ropa, son difíciles de escoger a la distancia. Más complicado resulta empacarlos y enviarlos (hay países donde incluso está restringido el envío de ciertas ropas). Además, son productos cuyas órdenes de compra son pequeñas.
2. Escalabilidad. Si un modelo de negocios no es escalable, o sea que pueda aumentar sus ganancias de forma exponencial a sus costos, fracasa. Pero más fracasará si es una tienda en línea, debido a que el éxito de estas plataformas está en su capacidad para hacer ventas masivas.
3. Poco margen de ganancia. Este viene a ser un problema de mercadeo y cálculo de costos. Luego de los costos de producción, almacenamiento y envío, debe haber un margen de ganancias suficiente para reinvertir, amortizar, crecer y generar dividendos a los emprendedores. De lo contrario, el negocio no generará ganancia, e incluso puede que ni siquiera produzca lo suficiente para ser autosustentable.
A esto se suman otros obstáculos, como la falta de barreras de entradas, cuando el producto es muy típico y no es patentable. También las guerras de precios, con las que los eCommerce más grandes puede afectar a los pequeños, debido a que se apoyan en sus economías de escala.
En general, el estado del comercio electrónico en Colombia es positivo, pero no exultante. Hay, sin duda, una cultura creciente en las empresas y consumidores. Hay también ideas innovadoras y emprendedores apostando de manera decidida por esta forma de hacer negocios. Y en comparación con otros países de la región los números son buenos, incluso diríase alentadores.
¿Hay razones para el optimismo? Sí. ¿Vale la pena hacer un intento de emprendimiento en este sector? Desde luego. Siempre que se realice un plan razonable de negocios y haya la disposición a disminuir riesgos, es plausible intentar entrar en el mundo del comercio electrónico colombiano. Después de todo, los que lo hagan ahora estarán apostando por la que será la forma dominante del comercio en el futuro.
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