Hace más de cinco mil años los egipcios realizaban métodos de terapia de grupo con el fin de expulsar el demonio y transformar al hombre en “bueno” o de “bien” para lo cual hacían ejercicios físicos y ciertos rituales.
Dirigentes sociales, políticos, místicos o religiosos, líderes de masas crearon y seguirán creando doctrinas y creencias para la unificación de los grupos y tranquilidad de las ansiedades esquizoparanoides y depresivas. En esta forma, la terapia de grupo, se logra ya sea por el culto religioso-político social, que no debemos negar o ignorar; pero nosotros, no somos ni políticos, ni sociólogos, ni sacerdotes, ni jefes de tribus, ni magos, sino médicos psiquiatras. Nuestra tarea, por lo tanto es trabajar con los elementos compatibles utilizando las experiencias y conocimientos empíricos y científicos de todo aquello que nos sirve para ayudar al enfermo. No debiendo considerar nuestra profesión, cómo una especie de piedra filosofal capaz de proporcionarnos métodos de salvación mesiánica.
La primera observación clínica de grupo fue la efectuada por Campus-Pognier en 1904, viendo que los psicóticos hospitalizados mejoraban más rápidamente en salas que en las habitaciones individuales (1), pero debemos darle el nombre de fundador de la técnica médica de Psicoterapia de Grupo a Pratt, que la aplicó en 1905 con pacientes tuberculosos, reuniéndolos para dictarles cursos de higiene. Observando la actitud de cada paciente ante su enfermedad, les daba “consejos”.
(Lea También: La Psicoterapia de Grupo, Definiciones)
En 1921 Lazell dicto:
Unas conferencias a esquizofrénicos sobre temas de libido, masturbación, homosexualidad, etc. Según él, los resultados fueron satisfactorios; para este autor lo impersonal de la comunicación, da una mejor aceptación del material. Low en 1937 introdujo la técnica de grupo en psicóticos empleando el plan, de recuperación; con este método, el síntoma del paciente, se vio disminuir o suprimir y cuando esto no ocurría, se consideraba al enfermo como “saboteador” a la “autoridad”, y que “no” había aprendido “aún” a dejar de resistir el médico, debiendo por lo tanto, hacer mayores esfuerzos en este sentido (1). En 1931 Marsh hacía reuniones donde se conversaba sobre el evangelio, actividades comerciales, rezos y cantos.
Desde 1934 Schilder empleó el método psicoanalítico.
La psicoterapia de grupo se desarrollo después de la Segunda Guerra mundial, dos de sus exponentes más sobresalientes fueron Klapman y Slavson (12), (13), (21). El primero introdujo el método didáctico y el segundo gran cantidad de terminología. Lo mismo hace Foulkes (5) con lo que él llama “reacción del espejo”, y que consiste en que cada paciente vea en los otros sus mismos problemas, de tal forma disminuye la ansiedad y la culpa.
En 1948 Mann y Senrod publican su trabajo con un grupo de esquizofrénicos que habían estado hospitalizados más de tres años. La terapia de éstos consiste en grupos de 15 psicóticos, con una reunión semanal de una hora. El grupo es cerrado y no se aceptan otros pacientes durante la terapia y el lugar de reunión debe ser tranquilo y siempre el mismo, pero diferente al de la hospitalización. El propósito es la ayuda mutua y así mismo, debe estimularse la libre expansión. El terapeuta es miembro del grupo, hace observaciones en momentos oportunos para describir, exponer e interpretar sentimientos y sirve de catalizador estimulando la catarsis.
En 1951, Breckier en sus artículos sobre psicoterapia de grupo en psicóticos, dice:
Lo que debe hacerse reeducando al paciente para aceptar la sociedad y hallar en la realidad más beneficios que en la enfermedad. Piensa Breckier, que el terapeuta debe tener una mejor orientación social. En su técnica empleó películas educativas, documentales y otras con cargas emocionales, tratando con esto de producir catarsis de los conflictos y luego hacer las síntesis y la integración del grupo enfermo al grupo social.
Locke en 1957 asegura que se puede ayudar al paciente haciéndole representar el papel de las figuras familiares u otras que aparecen en los sueños, de acuerdo con su libre imaginación, sin pedir asociaciones, ni tratar de ahondar en el significado inconsciente (15).
