¿Amamantando, y Otra Vez Embarazada?

Liga Internacional de la Leche

Sora Feldman
Victoria BC, Canadá

El primer embarazo de Genoveva estuvo complicado por una condición médica que muy posiblemente puede aparecer de nuevo. Ella y su marido están deseosos de tener un segundo bebé, pero ella no está lista para destetar al primero. ¿Puede ella continuar amamantando durante un embarazo que requerirá medicamentos, y posiblemente una estadía en el hospital?

Lucía acaba de perder un muy deseado bebé. Ella estaba amamantando su hija de 10 meses y se pregunta si por haber estado amamantándola tuvo el aborto.

El hijo de Francisca tiene 5 meses y acaba de enterarse de que está embarazada nuevamente. ¿Podrá seguir llenando sus necesidades alimenticias amamantándolo?

Las mujeres que asisten a las reuniones de La Liga de La Leche tienden a amamantar más tiempo que el promedio, por lo que es probable que algunas de ellas queden embarazadas (o consideren un nuevo embarazo), mientras continúan amamantando.

Como Líder que ha amamantado durante un embarazo y también a dos bebés de diferentes edades, he recibido muchas preguntas de mujeres como Genoveva, Lucía y Francisca.

Por mi especial interés, también he sostenido correspondencia con mujeres que han amamantado durante un embarazo, en muy variadas situaciones. Conozco mujeres que han amamantado a tres bebés consecu­tivamente, y también a algunas que han amamantado durante embarazo de mellizos y después han amamantado los mellizos junto con su hijo mayor.

He conocido mamás que han amamantado durante embarazos complicados por placenta previa, problemas de tiroides, trabajo de parto anticipado y severas nauseas y vómito. Sus experiencias ( y los estudios disponibles) sugieren que destetar por el bien del embarazo puede ser aconsejable en algunos casos individuales. Sin embargo, durante la mayoría de los embarazos, continuar amamantando, o decidir por cuánto tiempo hacerlo, es una decisión de “crianza” pero no médica.

Algunos médicos pueden aconsejar a la madre destetar a su bebé pequeño o al que ya camina inmediatamente se confirma un nuevo embarazo. Ellos pueden temer que continuar amaman­tando durante un embarazo puede demorar el crecimiento de feto, puede contribuir a un aborto o al adelanto del trabajo de parto.

Creencias culturales pueden también propiciar el destete

Ruth Lawrence escribe: “En algunas sociedades se cree que un bebé que amamanta va a “chuparse” el espíritu del feto recién concebido; por lo tanto el destete es obligatorio una vez es confirmado el embarazo”. Sin embargo, mucha de la información escrita disponible se clasifica dentro de la categoría de “adivinanzas” educadas, o conjeturas erradas, más que como investigación científica.

Una de las razones por la que los doctores pueden aconsejar destetar, es por el efecto que la oxitocina tiene en el útero.

Investigaciones muestran que la estimulación del pezón mediante el uso de una bomba extractora puede adelantar el trabajo de parto en una mujer cuyo embarazo está a término. Amamantar inmediatamente después del parto ayuda al útero a contraerse y regresar a su estado de antes del parto.

Estos dos efectos ocurren porque la estimulación del pezón dispara la emisión de oxitocina, la hormona que ocasiona la “bajada” de la leche y también la contracción del útero. No obstante, hay varias razones por las que continuar amamantando no presenta un problema para embarazos normales.

El útero es diferente durante el principio del embarazo a como es inmediatamente después del parto. Contiene muchos menos receptores de oxitocina (lugares donde esta hormona puede ser absorbida).

Entre el primero y el tercer trimestre del embarazo, el número de receptores en el útero se vuelve 12 veces mayor (después se duplica o triplica antes de que comience el trabajo de parto).

La menor habilidad del útero para absorber

oxitocina al comienzo del embarazo sugiere que la oxitocina no causará contracciones durante ese período. Por esto, inducir el trabajo de parto utilizando oxitocina por vía intravenosa algunas veces falla: el útero no está listo.

En la mayoría de los embarazos la progesterona es la hormona dominante. Hacia el final del embarazo, los niveles de estrógeno en la sangre se vuelven mayores que los de progesterona como una preparación para el parto. La progesterona relaja la células suaves de los músculos.

En vista de que las paredes del tracto gastrointestinal y las venas, tienen una capa de músculo suave, este efecto de la progesterona puede contribuir a algunos de los malestares del embarazo, como pueden ser la acidez, las venas várices y susceptibilidad a infecciones urinarias.

Al mismo tiempo, los altos niveles de progesterona durante el embarazo son muy efectivos pues mantienen los músculos suaves del útero “silenciosos” hasta que sea el momento de que el trabajo de parto comience.

En los primeros días del post-parto, cuando la producción de leche apenas comienza, las mujeres tienen muy altos niveles de hormonas relacionados con la producción de leche, que a su vez tienen un gran efecto en el útero. Cuando el bebé succiona, esas hormonas afectan el útero.

Con el paso del tiempo, cuando el cuerpo de la madre se acostumbra a la estimulación del bebé que succiona, se requieren unos niveles de hormonas muy inferiores para mantener la lactancia. De manera que, los niveles de oxitocina derivados de la lactancia son más bajos en el momento en que el útero es menos receptivo a la oxitocina.

La clase de estimulación del pezón que se ha demostrado que tiene relación con la “inducción de trabajo de parto a término” implica utilizar por largos períodos de tiempo bombas extractoras de las que tienen en los hospitales. Aun el bebé más deseoso no es capaz de amamantar por tanto tiempo.

¿Qué pasa con el trabajo de parto que se adelanta? Esta situación es menos clara que la posibilidad de una pérdida en el primer trimestre, y parece mucho más factible que una madre que está presentando síntomas de trabajo de parto adelantado, se pueda beneficiar de un destete al menos temporal.

Prolongar el embarazo por algunos días, o incluso horas puede hacer una gran diferencia en la salud de un bebé prematuro. El destete puede ser aconsejable cuando la mujer está presentando trabajo de parto prematuro. “Mothering Múltiples”1 desaconseja amamantar si un embarazo de mellizos o más es confirmado. Pero destetar no es necesario para la gran mayoría de mujeres que no tienen riesgo de un parto prematuro.

Las contracciones Braxton-Hicks, o contracciones falsas, están presentes a partir de la sexta semana de embarazo. Particularmente en segundos o subsecuentes embarazos, puede ser difícil distinguir contracciones Braxton-Hicks de aquellas de parto.

Amamantar puede estimular las contracciones Braxton.Hicks. Si las contracciones desaparecen cuando usted para de alimentar, ponga sus pies en alto, y beba unos cuantos vasos de agua (la deshi­dratación puede contribuir a que el trabajo de parto se adelante), y entonces usted no está en trabajo de parto.

Las contracciones Braxton-Hicks, pueden ser sorprendentemente fuertes y regulares, por lo que puede ser difícil determinar cuándo ha comenzado el trabajo de parto real.

Amamantar durante el embarazo fue algo relativamente común hasta hace algunas genera­ciones, y lo es aún en algunas culturas donde la lactancia prolongada es la norma.

Los pocos estudios antropológicos que han tocado el tema, han citado la coincidencia de lactancias y embarazos en países tales como Bangladesh (12%), Senegal (30%), Java (40%) y Guatemala (50%) (Lawrence 1994). Muchas de estas madres continúan amamantando hasta el segundo trimestre de embarazo ó más allá.

En un artículo sobre esta materia, Ruth Lufkin resaltaba “el vasto número de mujeres en contacto con La Liga de La Leche a lo largo de varios años constituye una gran población informal de estudio. Si la práctica de continuar amamantando durante el embarazo fuera responsable de aumentos significativos de problemas durante el embarazo, muy seguramente se hubiera hecho aparente en nuestra población de La Liga” (Lufkin 1995).

Los abortos ocurren en un estimado de 10 a 30% de todos los embarazos, y es posible que ocurra coincidencialmente cuando la madre se encuentra amamantando.

Si algún miembro de la familia o médico sugiere que la pérdida fue una consecuencia de haber estado amamantando, esto puede reforzar la culpa que la madre ya siente. Una madre a quien su doctor le recomendó destetar al menor signo de pérdida sintió que debía escoger entre los dos bebés.

Perder un bebé es siempre doloroso, pero tener un doctor que le diga que usted es responsable por la pérdida, puede ser devastador.

Sentimientos

¿Cómo pueden los embarazos subsecuentes afectar su relación de lactancia? No hay dos mujeres que lo experimenten de la misma manera. La edad del hijo, su personalidad y patrones actuales de lactancia serán factores, como lo serán su reacción física y psicológica al embarazo, y sus sentimientos acerca de una lactancia prolongada (que usualmente no pueden ser predichos hasta el momento del evento).

Piense si su hijo está amamantando primordialmente por nutrición o para tranquilizarse y cómo responderá a sustituciones de la lactancia para algunas de estas necesidades.

Solo usted puede encontrar un balance que funcione para usted y su hijo. “Mi hija hubiera seguido amamantando así me hubiera salido aceite de carro de mis senos,” me dijo una madre.

Pezones Adoloridos

Muchas mujeres, pero no todas, experimentan dolor o molestia en el pezón o los senos, o molestia emocional relacionados con el hecho de estar embarazada y amamantando. Un estudio identificó el dolor como la razón más común para destetar durante el embarazo, seguido por fatiga e irritabilidad (Bumgarner 2000).

Una madre dijo, “Tuve que destetarlo durante la noche. No lo podía soportar más. Llegó al punto en que prefería caminar por el corredor con él por dos horas que dejarlo tocar mis senos nuevamente”.

Los niveles hormonales son tan únicos como lo son las huellas dactilares, y como tal pueden ser vistos en el amplio rango de ciclos menstruales “normales”.

Lo sensibles que tenga usted sus pezones y senos durante su período menstrual, puede predecir la severidad de estos síntomas durante un embarazo ya que los estrógenos y la progesterona pueden causar estos síntomas.

No obstante, aún mujeres que no encuentran molesto amamantar durante su período, pueden no estar cómodas amamantando durante un nuevo embarazo.

El dolor de los pezones durante el embarazo es causado por niveles de hormonas, por lo que un tratamiento no ayudará. También varía de una mujer a otra. Una Líder la Liga puede ofrecer ayudas para manejar el dolor.

Disminución en el suministro de leche

La mayoría de las mujeres también experimentan una disminución de su suministro de leche cuando están embarazadas. Como muchos de los estudios científicos de lactancia durante el embarazo han sido realizados una vez la experiencia ha terminado, reportes de decrecimiento en el abastecimiento de leche pueden no ofrecernos una imagen clara de cómo y qué tanto el embarazo cambia la leche materna.

En Mothering your Nursing Toddler1, Norma Jane Bumgarner escribe acerca de un estudio en que se analizó la leche de tres mujeres embarazadas a lo largo de varios meses. “ Alrededor del segundo mes, la leche comenzó a presentar cambios similares a aquellos observados durante el destete.

La concentración de sodio y proteína gradualmente aumentaron, mientras que el volumen de leche, junto con la concentración de glucosa, lactosa y potasio, disminuyó gradualmente.

En el destete estos cambios se dan por la disminución de succión, pero ocurrieron en mujeres embarazadas aun cuando continuaron amamantando tanto o más que antes del embarazo.”

En Breastfeeding: A Guide for the Medical Profession1 la autora, Ruth Lawrence sugiere que usualmente no es posible aumentar la producción de leche durante el embarazo, “pero la leche retorna hacia el final del embarazo y está completamente regenerada en la entrega”.

Sin embargo, algunas madres han encontrado que una cuidadosa atención a la nutrición, o usar vitaminas o suplementos de medicina alternativa, les ayudó a mantener un nivel de leche adecuado durante el embarazo.

Se sabe que altos niveles de estrógeno y progesterona suprimen la producción de leche. En algún punto durante el embarazo, probablemente durante el segundo trimestre, la leche de la madre que está embarazada y amamanta va a cambiar a calostro. Algunas culturas creen que el calostro es sucio, lo que puede contribuir al tabú acerca de no amamantar durante el embarazo.

Aunque algunas mujeres producen calostro copiosamente, la cantidad de leche será mucho menor una vez ocurra el cambio. Adicionalmente, el sabor y la composición cambian dramáticamente. Algunos bebés pequeños o que ya gatean se destetarán ellos mismos cuando la leche cambie.

A otros no les molesta. Un chiquito de dos años que amamantaba le dijo a su madre en el comienzo del segundo trimestre de embarazo, “la leche sabe como fresas con crema!”. El cambio a calostro es causado hormonalmente y no puede ser retardado o afectado por la forma y cantidad de lo que usted coma o beba.

Si su bebé es menor de seis meses y completamente dependiente de la leche materna para alimentarse en el momento en que usted concibe de nuevo, su habilidad para alimentarlo durante su embarazo debe ser de gran importancia. Cuidadosa observación de su salud, aumento de peso y crecimiento, se hace necesaria.

Alimentación suplementaria de alguna clase puede ser necesaria. Bebés mayores y aquellos que ya gatean, que ya comen una variedad de otras comidas, mostrarán un creciente apetito por estas comidas en la medida en que la producción de leche de su madre disminuye.

Comer bien y saludablemente le asegurará que sus propias reservas nutricionales no se acaben. Y continuar amamantando no privará a su bebé que no ha nacido de los nutrientes que requiere. Usted se puede sentir extremadamente hambrienta mientras amamanta durante el embarazo.

Es muy importante que coma en forma saludable y balanceada siempre que sienta hambre y que beba cuando tenga sed. Algunas fuentes recomiendan que aquellas mujeres embarazadas que amamantan deberían comer “como si fuera un embarazo de mellizos”.

Los bebés tienen necesidades diferentes

¿Por qué algunos chiquillos pierden interés en el seno y se destetan cuando la leche cambia y es menos abundante, mientras que otros parecen mostrar un creciente apego a amamantar cuando sus madres están embarazadas? Una madre dijo, “Amamantar durante un embarazo, requiere de un niño que necesita mucho más que leche.

Mi hija de tres años Isabel, demostraba una gran necesidad de satisfacción oral, contacto físico, constante afecto materno y constante reafirmación de que no íbamos a abandonarla”. Los bebés varían ampliamente en qué tanto ellos desean y pueden tener sus necesidades satisfechas de una manera diferente a amamantar. La real y presente necesidad del niño en sus brazos motiva a algunas madres a perseverar en la lactancia a pesar de las dudas e incomodidades que trae un nuevo embarazo.

Norma Jane Bumgarner escribe: “Hemos sido educados para pensar que amamantar es un mal hábito que persistirá para siempre si no hacemos algo para eliminar las oportunidades para amamantar y hacer que el niño se olvide de esa posibilidad.

Pero lactar no es una forma solapada que los pequeños tienen para dominar a los adultos. Más bien es la manifestación de necesidades del niño que está creciendo. Cuando los niños se destetan espontáneamente no es porque se olvidaron de ello, es porque superaron esa necesidad.”

Al mismo tiempo, las madres no deben olvidar sus propios sentimientos. Sentimientos negativos son muy comunes cuando se amamanta durante un embarazo y la incomodidad física puede ser considerable. Es posible que esos sentimientos negativos sean una forma natural de motivar a las mamás para que se ocupen más del bebé en camino que es más vulnerable que el mayor.

Cuando la lactancia y el embarazo se suceden al mismo tiempo, los factores críticos que se deben considerar en la toma de decisiones son los sentimientos y las relaciones. Solo la madre puede decidir cómo proceder basada en sus propias necesidades y sentimientos y en aquellos de sus pequeños.

Las madres que quedan embarazadas mientras amamantan necesitan saber que las objeciones más comunes durante el embarazo son infundadas. En una cultura donde la lactancia prolongada es inusual, la decisión de amamantar durante un embarazo, inevitablemente será cuestionada y censurada.

Es importante dejar de lado los mitos y temores que ponen en peligro la responsabilidad de una madre para determinar el camino a seguir que es correcto para ella y su hijo.

Esta publicación se consigue en La Leche League International1.

Sora Feldman es una líder de LLL que ha sostenido correspondencia extensa con madres que amamantan durante el embarazo. Ella es madre y esposa de tiempo completo, y estudiante de partera de medio tiempo. Pronto se mudará de Victoria, British Columbia, a Ithaca, Nueva York con su esposo Matt y sus hijos Talia de 5 y Aedan de 3.

Bibliografía

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10. Moscone, S.R. and Moore, M.J. Breastfeeding during pregnancy. J Hum Lact 1993: 93-6 9(2): 83-88.
11. Newton, N. and Theotokatos, K. Breastfeeding during pregnancy in women: does a psychobiological weaning mechanism exist in humans? Proceedings of the fifth International Congress of Psychosomatic Obstetrics and Gynecology. Zichella, L., de.; London : Academic Press; 1980.

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