¿Y Qué Pasó con el Ébola?

Qué Pasó con el Ébola

Luego de que el mundo se estremeciera con el primer anuncio de ébola hace seis meses y que se convirtiera en una «emergencia de salud pública de importancia internacional», según la OMS;  nos deja muchas enseñanzas, prevenciones y alertas ya que esta enfermedad altamente contagiosa no ha parado, el brote se ha detenido por estas latitudes, pero la enfermedad mortal sigue latente.

El Ebola, es un virus altamente contagioso que muchos lo describen como la más poderosa “arma biológica de destrucción” con que cuenta hoy la humanidad, por ser ésta una enfermedad infecciosa viral aguda y mortal que produce fiebre hemorrágica tanto en humanos como en primates (monos, gorilas y chimpancés), pero también produce durante su período de incubación entre 2 y 21 días síntomas como: Fiebre alta y repentina. Dolor de cabeza. Molestias en las articulaciones y fuertes dolores musculares. Dolor de garganta y debilidad generalizada. Diarrea, vómitos y dolor de estómago.  Erupciones rojizas en la piel, Congestión conjuntival (ojos rojos) y alteración de la función renal y hepática.

Cuando el ébola traspasó las fronteras pobres de África subsahariana, el mundo desarrollado de Europa, Asia  y Estados Unidos se estremeció; muy poco se sabía de los contagios diferentes a los que suceden en Uganda, Sudán Zaire, Sierra Leona, entre otros.

El mundo de la tecnología médica jamás se imaginó que el brote tocaría las puertas de países importantes. El ebola sentó como precedente las grandes y evidentes diferencias sociales y económicas en el mundo.

Mientras que África agradece que por fin haya una respuesta internacional contra el ebola, la enfermedad que ha cobrado miles de vidas en todo este continente desde hace cuatro décadas; otros males mayores que el ebola son la constate de muertes en Africa como el paludismo, el VIH,  o por la capacidad nula de garantizar partos seguros.

Entre tanto, el mundo acaudalado se enfrentó a la histeria y al pánico colectivo, tanto que, hasta las bolsas de valores más importantes del planeta se estremecieron ante una posible pandemia.

Los más prestigiosos centros hospitalarios del mundo quedaron sin palabras, no hay herramientas para atacar posibles brotes de ébola, los casos puntuales y aislados se trataron, gracias a la respuesta inmediata, pero sin fundamento científico, el ebola hoy no tiene cura.

El virus puede expandirse sin control debido a la facilidad y rapidez que tiene para propagarse. Por eso la industria farmacéutica de Investigación y Desarrollo (I&D), por fin, y luego de 40 años de aparecer esta mortal epidemia africana, ahora sí están pensando en una posible inmunización a través de la vacuna, que si se hubiera estudiado en su momento, muchas muertes se hubieran prevenido; sin embargo, producir un tratamiento o vacuna contra la enfermedad no les representaba ganancias  considerables, pues sólo el tema era en África.

Empíricamente trataron el brote utilizando la sangre de los infectados sobrevivientes para utilizar este plasma como alternativa de tratamiento, por fortuna,  ya hay dos vacunas que podrían estar listas para su introducción progresiva a finales de este año. También se están elaborando entre cinco y diez medicamentos eficaces y seguros  porque el ebola traspasó fronteras y ya no sólo es un problema africano, sino del mundo entero.

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