Estudios sobre el Genoma apuntan a Genes que regulan el Colesterol

Estudios sobre el Genoma apuntan a Genes que regulan el Colesterol

Investigadores han identificado casi cien genes del genoma humano que podrían regular los niveles de colesterol y el riesgo de enfermedad de la arteria coronaria, según un nuevo estudio.

En un informe que aparece en la edición del 5 de agosto de la revista Nature, los autores sugieren que estudiar estas regiones podría arrojar luz sobre la base genética de los niveles de colesterol en los humanos, pero advierten que las aplicaciones clínicas potenciales están a años de distancia.

“Hay evidencia convincente de que al menos algunos de éstos serán útiles en la clínica”, aseguró el Dr. Sekar Kathiresan, coautor del estudio, de la Facultad de medicina de la Harvard. Pero la forma exacta en que la mayoría de ellos podrían regular el metabolismo del colesterol sigue siendo una pregunta abierta, planteó.

Los niveles de dos tipos de lípidos, el colesterol y los triglicéridos, son factores de riesgo conocidos de la enfermedad cardiaca, y se cree que alrededor de la mitad de la variabilidad en dichos niveles resulta de factores genéticos, apuntó Kathiresan.

Él y sus colegas midieron los niveles de lípidos de más de 100,000 personas, y luego escanearon sus genomas para las diferencias genéticas. Encontraron 95 lugares en que minúsculas diferencias en la secuencia genética parecían correlacionarse de forma constante con diferencias en los niveles de lípidos. En conjunto, la conformación genética de un individuo en estos 95 sitios parecía explicar alrededor de una cuarta parte del componente genético de los niveles de lípidos en sangre, señaló Kathiresan.

Aunque el análisis inicial se hizo en personas de ascendencia europea, los investigadores también realizaron sus análisis en personas de otras procedencias étnicas, y encontraron que la mayoría de las 95 regiones parecen también ser importantes en individuos de origen africano y asiático.
Ya se sabía o sospechaba que alrededor de un tercio de dichos lugares son importantes para el metabolismo lípido. Los demás dos tercios no se habían relacionado con dichos niveles, ni con la enfermedad de la arteria coronaria.

“Ahora tenemos una larga lista de genes relevantes en las personas, y creemos que es el momento de comenzar a intentar comprender cada uno”, enfatizó Kathiresan. “Creemos que algunos resultarán útiles como objetivos farmacológicos, eventualmente”.

Como primer paso en la comprensión del mecanismo biológico a través del cual uno de estos genes regula los niveles de lípidos, los autores llevaron a cabo un análisis profundo de uno de los 95 sitios. Encontraron que el gen que tenía la relación más firme con los niveles de lípidos en realidad no era parte del genoma que codifica las proteínas. En su lugar, este gen “no codificador” tiene que ver con la regulación de la expresión de un gen distinto que influye sobre los niveles de lípidos de forma directa.

Anteriormente, se ignoraba por completo que este mecanismo era parte importante del metabolismo del colesterol, comentó Kathiresan. Se trata de “un participante completamente nuevo en el campo de los lípidos”.

Kathiresan planteó que un análisis profundo similar de los demás 94 sitios podría descubrir otros reguladores novedosos de los lípidos. “Creo que podremos aprender mucho sobre lo que es importante para los lípidos en las personas con ese tipo de esfuerzo”, dijo.

El Dr. John LaRosa, del Centro Médico Downstate de la Universidad Estatal de Nueva York en Brooklyn, advirtió que determinar cómo estos genes influencian los niveles de lípidos o el riesgo de enfermedad de la arteria coronaria podría no ser fácil. Aunque algunos tal vez regulen el metabolismo lípido de forma sencilla, es probable que muchos interactúen de formas muy complejas, que tal vez incluso computadoras potentes tengan problemas para resolver, especuló.

Algunos podrían ser importantes sólo cuando son activados por un factor ambiental, y otros podrían sencillamente ser falsos positivos que en realidad no contribuyen al metabolismo lípido, añadió LaRosa.

Aún así, este trabajo es “ciencia magnífica”, aseguró LaRosa, y forma una base importante para el futuro.

¿Qué significa esto para la persona promedio?

“Es probable que no mucho”, dijo, “pero es importante hacer estos estudios. Acrecientan la base de datos que necesitamos para poder determinar cómo el genoma influencia algo tan remoto como tener colesterol alto desde las ubicaciones de genes individuales”.

FUENTES: Sekar Kathiresan, M.D., assistant professor, medicine, Harvard Medical School, and director, preventive cardiology, Massachusetts General Hospital, Boston; John C. LaRosa, M.D., president and professor of medicine, SUNY Downstate Medical Center, Brooklyn, N.Y.; Aug. 5, 2010, Nature

HealthDay

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