Entrenamiento con Videojuegos Aumenta la Potencia Cerebral

Entrenamiento con Videojuegos Aumenta la Potencia Cerebral

Jugar un videojuego en que hay que esforzar la memoria puede ayudar a los niños a resolver los problemas con mayor facilidad, una meta que puede ser difícil de alcanzar con el llamado entrenamiento cognitivo, sugiere un estudio reciente.

La investigación no sugiere que los videojuegos ordinarios tengan este tipo de efecto. Pero sí demuestra la forma en que un tipo particular de entrenamiento puede aumentar las habilidades del cerebro incluso meses más tarde, señaló la autora del estudio Susanne M. Jaeggi, becaria postdoctoral de la Universidad de Michigan.

“Hay que entrenarse, y hay que hacerlo bien”, comentó Jaeggi. “Los efectos no surgen gratuitamente. Hay que esforzarse, igual que en el entrenamiento físico, en que hay que correr y no solo caminar para mejorar el nivel de aptitud física”.

Los investigadores observaron específicamente la atención y lo que se conoce como “memoria de trabajo” en niños. Jaeggi dijo que esto se refiere al almacenamiento temporal en el cerebro que se usa para cosas como resolver problemas de matemáticas. Por ejemplo, si se está resolviendo un problema de multiplicación como 34 por 7, hay que pasar por varias etapas (7 por 4, luego 7 por 3) y recordar brevemente las respuestas, explicó.

“Si la información se pierde en este proceso debido a limitaciones de la memoria de trabajo, no se puede completar la tarea”, explicó Jaeggi. “En general, la capacidad de la memoria de trabajo es vital para nuestra capacidad general de adquirir conocimiento y aprender nuevas habilidades, y se ha demostrado que la memoria de trabajo es incluso mejor para predecir el logro académico que las medidas de inteligencia”.

En su estudio, Jaeggi y sus compañeros investigadores intentaron fortalecer la memoria de trabajo de 62 niños de primaria e intermedia haciéndolos jugar un videojuego en que tenían que recordar las ubicaciones anteriores de unas ranas en nenúfares. A medida que los niños mejoraban, el juego se hacía más difícil, pero si les costaba mucho, se hacía más fácil.

A los que mejoraron más les fue mejor en pruebas tres meses más tarde, aunque unas pruebas administradas antes del entrenamiento no mostraron que esos estudiantes tuvieran ninguna ventaja respecto a los demás niños, según el estudio, que aparece en la edición en línea de esta semana de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Jaeggi dijo que es posible, aunque no se ha probado, que el entrenamiento cerebral con videojuegos pueda ayudar a los estudiantes más adelante en sus vidas, porque a los que puntúan bien en las pruebas les tiende a ir bien en la escuela, y más adelante en el trabajo.

Añadió que las pruebas muestran que los estudiantes “mejoraron en una parte muy importante de su coeficiente intelectual con nuestro entrenamiento”.

El Dr. Torkel Klingberg, investigador del cerebro y profesor de neurociencia cognitiva del Instituto Karolinska en Suecia, dijo que otros estudios de técnicas diseñadas para potenciar la memoria de trabajo han mostrado efectos similares, o incluso superiores.

Y Adrian M. Owen, investigador en neurociencia cognitiva y titular de la Cátedra de excelencia en la investigación de Canadá en la Universidad del Oeste de Ontario, dijo que sus investigaciones anteriores han desacreditado afirmaciones de que los sistemas comerciales de “entrenamiento cerebral” mejoren los poderes cognitivos en los adultos. Pero apuntó que el nuevo estudio es distinto. Observó a niños, no adultos, y examinó un entrenamiento intensivo en una tarea.

Entonces, si un videojuego especialmente diseñado puede ayudar a aumentar el poder cerebral de algunos niños, ¿podrían todos los videojuegos lograr lo mismo?

No es así, lamentó Jaeggi. Los juegos de estrategias podrían ayudar a mejorar la inteligencia, dijo, pero los de disparos no parecen hacerlo.

FUENTES: Susanne M. Jaeggi, Ph.D., postdoctoral fellow, University of Michigan, Ann Arbor; Torkel Klingberg, M.D., Ph.D., professor, cognitive neuroscience, Karolinska Institute, Stockholm, Sweden; Adrian M. Owen, Ph.D., cognitive neuroscience researcher, Center for Brain and Mind, University of Western Ontario, London, Ontario, Canada; June 13, 2011, Proceedings of the National Academy of Sciences, online

HealthDay

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