“Déjalo que Llore”
Hay personas que dicen: “llorar le ensancha los pulmones”.
Este es un error de índole cruel. ¿Usted es madre? Entonces debe saber que el llanto expresa sufrimiento; por lo tanto, le están aconsejando: “deja que tu hijo sufra”.
No haga eso. El bebito y el niño menor (de 10 meses) no lloran por gusto ni por majadería. No deje que su niño llore. Busque la causa y acabe con ella; haga que el llanto termine. Esto no es imposible, ni siquiera difícil.
¿Por qué lloran los bebitos? Por hambre y por otras causas. Una de ellas es la fatiga de posición, pues necesitan cambiarla y no pueden. Por eso se callan cuando los cargan.
Además, el niño de nuestra civilización apetece con frecuencia ser cargado, porque es así como se siente protegido; por tacto y contacto. No quiere que lo dejen “solo, tirado en la cuna”. ¿Le gustaría a usted que la dejaran horas de horas sola, tirada en la cama?
También llora por cólicos (gases). Los bebitos que chupan el biberón, sufren de cólicos porque tragan aire, y los que maman, porque la madre no puede vigilar su dieta y abusa del frijol, el boniato (batata, camote, papa dulce), el aguacate… (Que producen gases).
Pueden también llorar por exceso de frío o calor (sí, de calor) o porque algo los molesta o pincha. Y cuando tienen varios meses, lloran de miedo, miedo que le han “metido” los mayores gritando. El niño llega al mundo sin miedo.
O llora porque el ruido no lo deja dormir. O la mucha luz. O porque no lo duermen cuándo y cómo lo habían ya acostumbrado.
Y por otras causas.
A veces es la sed. O por excitación, que algo o alguien le ha provocado, a lo mejor sin darse cuenta. O porque está húmedo. (Lea También: “No Quiere Dormir a su Hora, y Da muy Malas Noches”)
Busque siempre la causa del llanto. Si es hambre y falta poco para la toma (media hora más o menos) désela y désela pronto, por favor. Ni usted ni el niño portan reloj en el estómago, y usted y él son diferentes a las demás mujeres y a los demás niños.
Si no es hambre y no encontró la causa, no lo deje llorar; busque la causa. Es falso y absurdo creer que el llanto amplía los pulmones; el llanto está en la base inicial de la neurosis, porque dejar a un bebito llorar y llorar, significa para él que está abandonado, y el sentimiento de inseguridad y abandono es lo peor que puede formarse en su cerebro. (Neurosis o «mal de nervios»).
Si usted no es hábil para encontrar pronto la causa del llanto, le daré un consejo: siga buscándola. Búsquela en usted y en el niño, pero al lado de él o con él en sus brazos. No deje nunca al bebito llorar a solas, sin tocarlo, sin acariciarlo, sin decirle una palabra cariñosa, sin hacerle comprender que está usted presente.
Dejar llorar y llorar a solas a un pequeñuelo es sencillamente criminal. ¡Sí! Porque le siembra una enfermedad que puede ser terrible. ¿No es un crimen enfermar al prójimo? ¿Va usted a practicar la guerra de nervios con su propio hijo?
El llanto de verdadera majadería existe, pero siempre empieza poco antes del año de edad, después que los adultos le enseñan a los niños la treta de llorar. (Ver también: ¿Para qué sirven las palmadas?)
El mejor modo para combatir el llanto de majadería es… no provocarlo.
El niño criado un poco correctamente no llora nunca o casi nunca de majadería. Usa esa treta en casos extremos. Ningún adulto sano juega con el pito de auxilio policíaco.
Sobre el llanto como treta hay mucho escrito y bueno. Pero no es preciso estudiar nada para comprender cómo se forma. Con el llanto el niño obtiene muchas veces lo que desea, hágale o no falta, esté o no sufriendo. Poco a poco aprende —le enseñan— a convertir el llanto en un medió de lograr incluso sus caprichos. Se gradúa de llorón. Pero el llanto del niño bien criado es siempre expresión de un sincero estado emotivo, estado que siempre merece atención, auxilio o amparo.
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