Obesidad y Riesgo de Cálculos Renales

Los obesos son más propensos que las personas con peso normal a sufrir cálculos renales, pero la obesidad mórbida no elevaría ese riesgo, indicó un estudio publicado en Journal of Urology.

Los cálculos son depósitos minerales y sales ácidas solidificados. “Descargarlos” por la orina suele ser muy doloroso. Rara vez, una persona necesita cirugía u otro tratamiento si no puede hacer la “descarga” por su cuenta.

Estudios previos habían identificado un aumento de su incidencia junto con el crecimiento de la obesidad, apuntó el equipo de Brian R. Matlaga, de la Johns Hopkins University, en Baltimore.

Se desconoce el motivo por el cual el peso modificaría la tasa de cálculos renales, aunque los investigadores tienen varias hipótesis sobre distintos niveles de ciertas sustancias que podría contener la sangre de las personas obesas.

El equipo analizó los registros del período 2002-2006 de más de 95.000 afiliados a partir de una base nacional de datos de una aseguradora privada de salud.

Los investigadores identificaron a 3.257 personas con cálculos renales. De este total, los hombres eran dos veces más propensos que las mujeres a desarrollar la enfermedad y el riesgo aumentaba con la edad.

Para clasificar el peso de los pacientes se usó el índice de masa corporal (IMC), que evalúa el peso en relación con la altura y determina el nivel de obesidad de una persona.

A una de cada 40 personas del grupo de afiliados con peso normal (IMC de 18,5 a 24,9) o con sobrepeso (25 a 29,9) se le diagnosticó cálculos, comparado con una de cada 20 entre los obesos (IMC más de 30).

Pero no hubo una diferencia significativa en el riesgo entre los obesos, sin importar cuánto pesaban.

Los participantes que sufrían obesidad eran más propensos que los no obesos a ingresar al quirófano para una extirpación de los cálculos, pero los obesos mórbidos no tendían a ser sometidos a más de esas cirugías que el grupo con peso normal.

El equipo estimó que las personas de mayor peso eran más propensas a recibir un tratamiento farmacológico que uno quirúrgico.

“Hay que alentar la modificación de la dieta y la reducción del peso en la población obesa por muchas razones, pero también para disminuir el riesgo de desarrollar cálculos renales”, dijo el equipo.

FUENTE: The Journal of Urology, febrero del 2010

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