Enfermedad Diarreica Aguda, Discusión
La marcha de los niños que deambulaban fue observada con respecto a la presencia de cambios en sus determinantes resultantes de la desigualdad. Hubo predominio del grupo de lactantes (1-24 meses) sobre los preescolares (2-5 años), datos concordantes con lo relatado previamente por nosotros1-3 y otros autores colombianos10 y latinoamericanos11,12 Aún es bajo el impacto esperado en la prevención y control de la EDA en nuestros países en vía de desarrollo, a pesar de los esfuerzos para realizar adecuadas estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento13
En nuestro estudio no tuvimos mortalidad, situación que se presentó en el 13% de 63 lactantes estudiados por nosotros con enfermedad diarreica persistente5,6.
La creencia en que la etiología de la EDA del niño es porque se encuentra “descuajado, con mal de ojo o abierto de pecho” o “por la aparición de la dentición”7, en un buen porcentaje de casos hace que los padres de éstos niños consulten tardíamente al centro o puesto de salud, y junto con la inadecuada interpretación de un examen de heces por parte del personal de salud, entre otros14, hace que estos niños queden expuestos a crear los múltiples factores de riesgos identificados para la persistencia de la enfermedad diarreica como la polifarmacia, el inadecuado manejo de la deshidratación, la suspensión de la alimentación o cambios frecuentes de las fórmulas infantiles durante el episodio diarreico, etc.15-17.
Si bien es cierto una discrepancia en la medición de la longitud aparente de los miembros inferiores puede ser aceptable por debajo de los 2 centímetros18, un hallazgo que sobrepase este límite, hará sospechar en posibles disbalances espinales, oblicuidad pélvica, escoliosis, contractura de cadera, rodilla, tobillo o pié19, hemiatrofia, poliomielitis, enfermedad de Perthes, neurofibromatosis, hemangioma, angulación o acortamiento congénito 20, artritis juvenil, fracturas21, artrosis22, contracturas, parálisis, necrosis avascular de la epífisis del fémur, tumores23, osteomielitis24, etc., patologías que requieren de diversos manejos por parte de ortopedia pediátrica 25,26.
Para el estudio, nosotros consideramos anormal una discrepancia tan solo de 1 centímetro de diferencia entre la medición de la longitud aparente de los miembros inferiores, eventualidad que no se presentó en ninguno de los niños estudiados; nosotros pensamos, que el acortamiento que se pudiera ocasionar en los cuadros de EDA en niños, probablemente sea secundario, a posiciones antálgicas adoptadas por el niño por la presencia de dolor abdominal en su sintomatología; sin embargo, hay que recordar que en la medicina tradicional, la presencia de desigualdad en la longitud de los miembros inferiores, es un signo asociado a “niño descuajado”.
Creencias. La familia es decisoria en el campo de la salud: desecha signos de enfermedad por considerarlos comunes o naturales o reconoce el papel de enfermo de la persona y establece terapia con tratamientos conocidos, por consulta a amigos, vecinos, parientes o expertos profesionales o folclóricos sobre lo que se debe hacer27, es éste el caso de los familiares de los niños que presentan diarrea por “descuaje, mal de ojo, abierto de pecho, aparición de dentición, etc.” en donde se consulta a los “sobanderos, curanderos” quienes identifican como causa de la enfermedad una diferencia en la longitud de las extremidades inferiores, cuya “terapia” buscará desaparecer dicha diferencia, eventualidad que no se demostró en el presente estudio.
Es por ello que esta investigación, basada en la medicina facultativa, en que los resultados de observaciones objetivas, de la experimentación, de la búsqueda de causas naturales, permite cambiar los principios básicos por sobre la medicina tradicional, específicamente el curanderismo, que constituye el saber médico popular, resultante de un proceso de asimilación de logros de la medicina facultativa o de descubrimientos propios, asignados por la cualidad natural en los planteamientos teóricos y en su praxis28.
Existen numerosos sinónimos para definir la enfermedad gastrointestinal infantil, cuya versión cultural puede cambiar radicalmente: “sutera, tocado de difunto,bazuqueado, kikateado, abierto de pecho, despletillado, deslomado, espantado, mal de aire, descuajado”, etc.; todo ello debido a diferencias étnicas, superposiciones culturales, experiencias culturales compartidas, distintas interpretaciones motivadas por estadios disímiles de alcance científico y tecnológico; lo que permite también definir las diferentes cabezas médicas: curador de “postizos, especializados en dolencias infantiles, achaques de frío, sobador de descuajes, huesero o componedor de fracturas”, etc.29. El niño “ojeado” tiene una pierna más larga que la otra30. En nuestro estudio, el 15% de los familiares de los niños con diarrea, debido a que su hijo estaba “ojeado”, habían consultado al “sobandero, curandero”, quien interpreta la etiología de la enfermedad en la patología humoral y medio ambiente por agentes meteorológicos, desequilibrios térmicos o desequilibrios orgánicos por esfuerzos físicos, entre otros31.
En conclusión, nosotros no evidenciamos con este estudio basado en medicina facultativa, comprobar que en los niños menores de 5 años con enfermedad diarreica aguda que consultaron al servicio de urgencias del Hospital Universitario Ramón González Valencia de Bucaramanga, Colombia exista discrepancia en la longitud aparente de los miembros inferiores, sin embargo, se podría inferir, de acuerdo con lo relatado por Gutiérrez14, que la medicina tradicional aún responde a necesidades culturales ciertas, llenando vacíos y desequilibrios en las relaciones socio-económicas de la comunidad nacional.
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