Experiencia en el Manejo de Quilotórax en Niños, Discusión
La mayor parte de estudios aplican el concepto de los adultos a la población pediátrica. Se define Quilotórax como: “derrame de líquido lechoso en la cavidad pleural”, con estas características se incluyen gran cantidad de materiales que no corresponden a linfa; entonces es importante tener en cuenta que es el laboratorio el que determina la composición3, 5, 11. Es definitivo diferenciar el “PSEUDO QUILOTÓRAX”, en el cual también hay acumulación de líquido lechoso, pero su contenido es colesterol y escasas células, no forma quilomicrones, corresponde a exudado que ocupa la cavidad pleural por largos períodos (meses o años) y se enriquece de colesterol; la pleura es engrosada y fibrótica; se observa luego de tuberculosis pleural, neumotórax, pleuresía reumatoide, traumática por hematoma coagulado, remanente de empiema o en quienes trabajan con asbesto, sin tratamiento puede generar insuficiencia respiratoria y sobreinfección11. El diagnóstico se practicó principalmente por el nivel de triglicéridos en los pacientes mayores y recuento de células y porcentaje de linfocitos en neonatos, en quienes se descarto infección por citomegalovirus, toxoplasmosis, especialmente en el paciente con Quilotórax congénito; en ningún caso existió duda en el tipo de colección pleural presente.
Las causa más frecuente es por trauma abierto quirúrgico, 70-85% y mas común luego de cirugía cardiovascular en el 0.2-4% 8, 9, 10, 12; cirugía torácica no cardiovascular, 14–20 % casos8,9; se encuentra descrito en postoperatorio de atresia esofágica, hernia diafragmática, neuroblastoma, cirugía pleuropulmonar, cirugía de columna8, 9, 10, 12. Nosotros tenemos un espectro diferente, debido a que el mayor numero de cirugías son torácicas no cardiovasculares. Un paciente con trauma por HACP, es reportado en el 2%8. Es importante recordar que hay casos de trauma cerrado por maltrato infantil21.
Es interesante presentar tres casos de origen congénito, dos en neonatos, uno con diagnóstico en eco prenatal y confirmación postnatal y el segundo con diagnóstico postnatal inmediato debido a dificultad respiratoria. El tercer paciente se trata de una niña con Linfangiomatosis Generalizada. El Quilotórax congénito se define como la efusión de Quilo en el tórax en una o ambas cavidades pleurales, presente en el feto o en el período perinatal o postnatal tardío. Las causas descritas son: anomalía o malformación linfática torácica o pulmonar, lesión de los linfáticos durante el parto, sobreproducción de linfa, mínima reabsorción y casos descritos en paciente con trombosis de la vena cava superior o la subclavia. Se asocia a falla cardíaca, hidrops, trisomía 21, linfangiectasia pulmonar congénita, atresia esofágica, secuestro extralobar y polihidranmios. ebido a que el feto y el neonato no han tenido ingesta enteral el parámetro más importante para el diagnóstico es el recuento celular6. Más frecuente por enfermedad linfática generalizada como obstrucción del conducto torácico, compresión, trauma del cuello durante el parto. El 50% de los casos se diagnostican al nacer o en los primeros días de vida postnatal. Se asocian a síndrome de Turner, Noon, Down o malformaciones multicéntricas linfangiomatosis, linfangiectasias y/o proliferación linfática3, 8, 26.
El último paciente, neonato con obstrucción de vena cava superior por uso de catéteres centrales por vía yugular y subclavia. Presiones superior a 10 – 15 cm de agua en la vena Cava superior producen un aumento retrógrado de la presión en el conducto torácico y fístula linfático pleural8, 12, las causas son derivaciones venosas, uso de catéteres centrales por vía venosa cervical o de miembros superiores con trombosis de la Cava por trauma directo8,21.
El tratamiento inicial fue conservador en la mayoría de los pacientes. Se practicó pleurodesis con dextrosa hipertónica en dos pacientes en quienes se consideró no mejorarían con manejo conservador, debido al compromiso mediastinal; el paciente con linfoma mejoró con pleurodesis y quimioterapia, este murió por su enfermedad de base; el segundo con lesión linfática congénita, niña con linfangiomatosis generalizada, presento mejoría luego de dos sesiones. La pleurodesis con dextrosa se practicó especialmente en los 80’s y corresponde a los dos primeros pacientes tratados y fue exitosa. El tratamiento conservador logró curación en dos pacientes, ambos en postoperatorio de cirugía cardiotorácica. En los otros pacientes falló por diferentes razones. Un paciente requirió cirugía debido a que el volumen no permitía mantener equilibrio hidro-electrolítico adecuado. Dos pacientes requirieron cirugía de toracotomía, liberación de adherencias y drenaje de colecciones tabicadas; se considera que la presencia de las colecciones no permitieron obtener resultado adecuado con el tratamiento conservador.
En los neonatos se plantea la posibilidad de manejo con somatostatina, a dosis de 1 a 7 microgm /Kg./ hora, requerimos dosis a niveles bajos durante una semana, la respuesta fue adecuada y tolerada adecuadamente por los neonatos; es una alternativa frente al uso de talco, el cual tiene muchas limitaciones por los riesgos que genera, no hay dosis establecida claramente.
En un paciente usamos talco con buenos resultados, dosis establecida extrapolando dosis por kilogramo de peso en adulto de 60 Kg., no tuvimos complicaciones. El uso de talco es limitado en nuestro medio debido a que su consecución es compleja, las complicaciones se generan principalmente por la dosis utilizada y el tipo de talco (tamaño del grano) utilizado30, 31, 32, 33.
El Quilotórax en niños genera un reto interesante en el diagnóstico y tratamiento, debe seguirse un protocolo de manejo con base en el tratamiento conservador y las alternativas descritas de acuerdo al tipo de paciente, edad y causa determinada.
Bibliografía
- Binet J P, Serraf A. Phrenic nerve palsy. In: Fallia, Filler, Lemoine Eds. Pediatric Thoracic Surgery. Elsevier: New York 1991; 216.
- Philipart AI. Mediastinal tumors in infancy and chilhood. In: Fallia, Filler, Lemoine Eds. Pediatric Thoracic Surgery. Elsevier: New York 1991; 274.
- Dillon P. Lymphatic and Venous Disorders. In: Oldham, Colombani, Foglia Eds. Surgery of Infants and Children: Scientific Principles and Practice. Lippincott-Raven Publishers 1997; 1740.
- Rodgers B, McGahren E D. Mediastinum and Pleura. In: Oldham, Colombani, Foglia Eds. Surgery of Infants and Children: Scientific Principles and Practice. Lippincott-Raven Publishers 1997; 924-926.
- Reynolds M. Disorders of the Thoracic Cavity and Pleura and Infections of the Lung, Pleura, and Mediastinum. In: O’Neill, Rowe, Grosfeld, Fonkalsrud, Coran Eds. Pediatric Surgery. St. Louis, Mosby 1998; 912-914.
- Feins N. Lymphatic Disorders. In: O’Neill, Rowe, Grosfeld, Fonkalsrud, Coran Eds. Pediatric Surgery. St. Louis, Mosby 1998; 1973.
- Skandalakis J E, Gray S W, Ricketts. The Lymphatic System. In: Embriology for Surgeons. Skandalakis, Gray Eds. Baltimore, Williams and Williams 1994; 877-84.
- Beghetti M, La Scala G, Bugmann P, Kalangos A and Le Coultre C. Etiology and management of pediatric chylotorax. J Pediatr 2000; 136: 653-8.
- Le Coultre C, Oberhänsli Y, Mossaz A, Bugmann P, Faidutti B, Belli D C. Postoperative Chylotorax in Children: Differences Between Vascular and Traumatic Origin. J Pediatr Surg 1991; 26(5): 519-23.
- Bond S, Guzzetta P, Snyder M, Randolph J. Management of Pediatric Postoperative Chylothorax. Ann Thorac Surg 1993; 56:469-73.
- Hillerdal G. Chylothorax and pseudochylothorax. Eur Respir J 1997; 10:1157-62.
- Büttiker V, Fanconi S, Burger R. Chylothorax in Children: Guidelines for Diagnosis and Management. Chest 1999; 116: 682 -7.
- Browse NL, Allen DR, Wilson N M. Management of chylothorax. Br J Surg 1997; 84: 1711-6.
- Marts B, Naunheim S, Fiore A, Pennington D G. Conservative Versus Surgical Management of Chylothorax. Am J Surg 1992; 164:532-5.
- Weissberger D, Ben-Zeev Y. Talc Pleurodesis: Experience with 360 patients. J Thorac Cardiovas Surg 1993; 106: 689 – 95.
- Mares D, Mathur P. Medical Thoracoscopic Pleurodesis for Chylothorax Due to Lymphoma: A case series. Chest 1998; 114:731-35.
- Sudduth D, Sahn Steven. Pleurodesis for Nonmalignant Pleural Effusions: Recommendations. Chest 1992; 102: 1855 – 60.
- Vargas F, Ribas J, Filomeno LT, Fernandez A, Jatene A, Light R W. Intrapleural Talc for the Prevention of Recurrence in Bening or Undiagnosed Pleural Effusions. Chest 1994; 106:1771-75.
- Rimensberger P, Müller-Schener B, Kallangos A, Beghetti M. Treatment of a Persistent Posoperative Chylothorax With Somatostatin. Ann Thorac Surg 1998; 66:253-4.
- Lindhorst E, Miller H A B, Taylor G A, Gotzen L. On the Possible Role of Positive End-Expiratory Pressure Ventilation in the Treatment of Chylothorax Cause by Blunt Chest Trauma. J Trauma 1998; 44(6):540-2.
- Guleserien K, Gilchrist B F, Lux F I, Wesselhoeft C W, DeLuca F G. Child Abuse as a Cause of Traumatic Chylothorax. J Pediatr Surg 1996; 31(12):1696-7.
- Lang-Lazdunski L, Mouroux J, Pons F, Grosdidier G Martinod E, Elkaïm D, Azorin J, Jancovici R. Role of Videothoracoscopy in Chest Trauma. Ann Thorac Surg 1997; 63:327-33.
- Graham D, McGahren E D, Tribble C G, Daniel T, Rodgers B. Use of Video-Assisted Thoracic Surgery in the Treatment of Chylothorax. Ann Thorac Surg 1994; 57:1507-12.
- Wolff A, Silen M, Kokoska E, Rodgers B. Treatment of Refractory Chylothorax With Externalized Pleuroperitoneal Shunts in Children. Ann Thorac Surg 1999; 68:1053-7.
- Murphy M, Newman B, Rodgers B. Pleuroperitoneal Shunts in the Management of Persistent Chylothorax. Ann Thorac Surg 1989; 48:195-200.
- Milanez J R, Vargas F, Campos E, Cardoso P, Ribeiro L, Biscegli F Light R. Thoracoscopy Talc Poudrage: A 15 year Experience. Chest 2001; 119:801-806.
- Hoffer E, Bloch R D, Mulligan M S, Borsa J J, Fontaine A B. Treatment of Chylothorax: Percutaneous Catheterization and Embolization of the thoracic Duct. AJR 2001; 176:1040-2.
- Demos N J, Kazel J, Scerbo J E. Somatostatin in the Treatment of Chylothorax. Chest 2001; 119:964-6.
- Faul J L, Berry G J, Colby T V, Ruoss S I, Walter M B, Rosen G D, Raffin T A. Thoracic Lymphangiomas, Lymphangiectasis, Lymphangiomatosis, and Lymphatic Dysplasia Syndrome. Am J Respir Crit Care Med 2000; 161: 1037 -46.Bouros D, Froudariakis M, Siafakas N M. Pleurodesis Everything Flows. Chest 2000; 118(3):577-8.
- Sahn S A. Talc Should Be Used for Pleurodesis. Am J Respir Crit Care Med 2001; 162:2023-24.
- Ligth R W. Talc Should Not Be Used for Pleurodesis. Am J Respir Crit Care Med 2001; 162:2024-26.
- Diacon A H, Wyser C, Bolliger C T, Tamm M, Pless M, Perruchoud A P, Solèr M. Prospective Randomized Comparison of Thoracoscopic Talc Poudrage under Local Anesthesia versus Bleomycin Instillation for Pleurodesis in Malignant Pleural Effusions. Am J Respir Crit Care Med 2000; 162:1445-49.
CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO