I. Factores de Riesgo Durante la Menopausia

1. Antecedente Personal de Cáncer Mamario:

Supone un riesgo acumulativo de 1% por año para el desarrollo de un carcinoma en la mama contralateral. No es claro si este factor acumulativo tiene un límite en el tiempo, como se demostró para la enfermedad atípica en los estudios de Dupont y Page.

2. Antecedente Familiar:

Está en relación con el diagnóstico de carcinoma mamario en parientes en primer grado de consanguinidad. El riesgo relativo (RR) oscila desde 1.8 hasta 11.0 dependiendo del número de casos, la aparición pre o post menopáusica, la bilateralidad. Tiene relación este concepto, con el planteado anteriormente acerca de una posible influencia genéticas en el cáncer mamario de la premenopausia.

3. Ambiente Hormonal Endógeno:

Los perfiles hormonales endógenos en mujeres con cáncer mamario son expuestas en un interesante artículo del Dr. Barnett Zumoff; ciertas condiciones hormonales, podrían aumentar la susceptibilidad o ejercer un efecto directo sobre la mama induciendo su transformación maligna. Cuatro son las hipótesis más importantes al respecto:

  1. La deficiencia adrenal.
  2. La disfunción ovárica.
  3. La alfa hidroxilación del estradiol.
  4. La Prolactina.

Las dos primeras hipótesis tienen en común, que se refieren a alteraciones en la producción de andrógenos y que parecen ser congénitas. No es clara la patogenia y por lo tanto el hallazgo de estas alteraciones se constituyen más en un marcador de la enfermedad, que en un mecanismo de la misma.

La alfa hidroxilación del estradiol sería igualmente de origen genético y el mecanismo que lo relaciona con el cáncer, sería el efecto estimulante del estrógeno en esta forma, sobre el tejido mamario.

Elevados niveles de prolactina, podrían incrementar el riesgo de cáncer mamario. Probablemente la prolactina favorezca la actividad mitótica en la glándula mamaria, tal como ocurre en la segunda mitad del ciclo menstrual. La disminución de la prolactina ejercería un factor protector.

La menarquia temprana, definida como la que ocurre antes de los 12 años y la menopausia tardía, posterior a los 54 años, se relacionan igualmente con aumento del RR de cáncer mamario, lo mismo que la edad mayor de 30 años al primer parto. Al respecto, la hipótesis de “la ventana estrógenica” prevaleció por varios años, aunque ahora ha perdido importancia. La menarquía temprana por ejemplo se asocia con un período anovulatorio más corto que la menarquia tardía.

(Lea También: II. La TSH como Factor de Riesgo)

4. La Enfermedad Mamaria Benigna:

La llamada “enfermedad fibroquística” (EFQ) se esgrime con frecuencia como un argumento contrario al empleo de la TSH tanto por parte de médicos como de pacientes.

Los trabajos de Dupont y Page nuevamente han dado claridad al problema. El término EFQ significa todo y nada en la patología mamaria. Agrupa igualmente conceptos semiológicos, clínicos e histopatológicos; cambios fisiológicos y patológicos, sin significado desde el punto de vista de progresión a cáncer y cambios premalignos. Por lo menos podemos con base en la citada referencia, subclasificar las diferentes entidades en:

  1. Sin riesgo de cáncer mamario: cambios apocrinos, ectasia ductal, hiperplasia epitelial leve o habitual.
  2. Riesgo ligeramente aumentado: hiperplasia moderada o florida, Adenosis esclerosante, papilomatosis.
  3. Riesgo moderadamente aumentado: hiperplasia atípica, lesiones fronterizas.
  4. Alto riesgo: Carcinoma in situ: ductal no comedociano o lobulillar.

La historia de enfermedad mamaria benigna, generó un RR de 1.16 en forma global. En el metaanálisis de Dupont y Page, la TSH tuvo un efecto “protector” en la enfermedad atípica y el RR fue de 3.0 en las usuarias en comparación con 4.5 en las no usuarias

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