Relación Cerebro-Mente
Estableciendo una analogía entre un computador y la “relación mente cerebro”, se establece que el cerebro actúa como el “hardware” y nodo central, encargado del control y buen funcionamiento del cuerpo. El cerebro-mente sería como el “software” (programas) y unidad central encargada de procesar y almacenar la ingente cantidad de información que ingresa y sale del cerebro; para efectos de comprensión en este contexto se propone el nombre de “software-psi” que implica (programas mentales) la inclusión del funcionamiento inconsciente. Es indiscutible que el uno no puede estar separado del otro, –por ahora- en lo que existe una simbiosis que se extiende más allá del plano orgánico, es decir, el plano atómico y molecular, donde el comportamiento de la materia a esta escala aún guarda muchos secretos; entre ellos está el proceso de pensamiento, la memoria y demás fenómenos asociados a la conciencia, inconsciencia y preconciencia, que al parecer se mueven en estos espacios cuánticos.
Basado en lo anterior surge un par de preguntas. ¿Cómo se codifican y se ubican espacialmente los recuerdos en el cerebro?, y ¿de qué manera se organiza la conducta en el cerebro? Es difícil poder discernir al respecto; los recuerdos están asociados a la memoria, distinto a si son a corto o largo plazo, al igual que la conducta. Cabe anotar que se han hecho investigaciones para poder localizar las zonas del cerebro en donde se llevan a cabo los procesos de almacenamiento de información, de la memoria y de conciencia ya explicados a través de la obra; sin embargo, no podemos concluir o ser definitivos.
Por ejemplo, se idealiza un sistema llamado “cerebroscopio” el cual se supone es capaz de revelar la conciencia, como afirma el filósofo Herbert Feigl, en un experimento mental para defender la idea de que la mente y el cerebro son lo mismo, porque son las representaciones de las imágenes las responsables de aquella (la consciencia). Feigl concluye que las llamadas imágenes cerebrales han reafirmado la localización precisa de operaciones mentales como la percepción, el pensamiento y la emoción, al menos en dónde y cuándo (micro y/o nanoscópicamente) se efectúan las actividades mentales precisas; todo esto relacionado con los productos moleculares hormonales, los centros del cerebro emocional talámico e hipotalámico, la amígdala y otros más, todos los cuales interactúan, configuran funciones bio-físico-eléctricas con sus efectos mentales.
Es claro que, aunque aún no se conoce la forma como se producen todas estas operaciones, es posible que éstas sean analizadas en términos de la mecánica cuántica, debido a que los procesos de información espacio temporal que se llevan a cabo en el cerebro son reacciones físico-químicas, que involucran directamente iones y electrones, proteínas, enzimas y hormonas entre otras moléculas especializadas.
Así, por ejemplo, el proceso de memoria, inclusive en situaciones excepcionales tales como en pacientes con lobotomía, lesiones cra neoencefálicas o hidrocefalias masivas, entre otras, mantendrían su estructura cuántica (atómica-molecular) exactamente igual; es decir, la asimilación de información puede ser distribuida y redistribuida en las zonas sanas del cerebro. Esta afirmación está sustentada en numerosos casos clínicos comprobados en todo el mundo, en el que algunas personas aún con daños críticos en el cerebro, el nivel de inteligencia y memoria han permanecido intactas, en los cuales los coeficientes de inteligencia son normales y no presentan ningún síntoma motor o mental de lesión cerebral.
Así, la localización y potencialidad no pueden considerarse conceptos antagónicos sino complementarios. Esta es una prueba fehaciente de la flexibilidad de la red neuronal en adaptarse a los cambios que puedan ocurrir en el cerebro, en recalibrar sus funciones y densidades de onda para asumir nuevos roles total o parcialmente según la lesión, propendiendo a que la memoria del individuo se restablezca asumiendo nuevos roles, y en su defecto, activando zonas inactivas en la corteza cerebral.
Visto de esta manera, la mecánica cuántica a través de sus postulados y planteamientos matemáticos, es una gran herramienta para dilucidar el comportamiento y relación que existe entre el cerebro y la mente. Una relación que nos lleva al subtítulo del presente escrito, el “pensamiento cuántico”. Es importante entender cómo lo que procesamos en nuestro cerebro es mediado por reacciones químicas a nivel mesoscópico, que progresivamente va disminuyendo de escala (comportamiento fractal), conforme se almacena y reestructura la información entrante, que posteriormente se revertirá el proceso de lo atómico y molecular a lo mesoescalar cuando recurrimos a nuestros recuerdos, sueños, sentimientos, etc.
La relación cerebro-mente puede también estar representada mediante un complejo modelo matemático, que relaciona la superposición de estados cuánticos, las funciones y densidades de onda entre otras propiedades inherentes a la mecánica cuántica, que de una u otra manera son la marca de la esencia de cada individuo.
Conclusiones
En las funciones cerebrales se construyen el pensamiento y la esencia del ser humano. Con los futuros avances en la nanotecnología y ciencias afines, es muy probable diseñar, controlar y modificar materiales orgánicos e inorgánicos para implementar sistemas computacionales que emulen el funcionamiento y en cierta medida el comportamiento de un cerebro humano. -Por ejemplo el “Proyecto cerebro azul”.- Que posteriormente va a permitir explorar “in vivo” lo que sucede en el interior del cerebro, y descubrir cómo funcionan la memoria y todos los factores inherentes a ella, y qué nos hace únicos y diferentes unos de otros, sumado a un incontable número de proyectos de inteligencia artificial, cibernética y bioingeniería, encaminados a desentrañar el funcionamiento del cerebro y emular muchas de sus funciones en sistemas robóticos.
El lenguaje o el discurso es el final del resultado de un intercambio de información y ésta, a la vez, pertenece a la energía que se organiza en las moléculas. Carecemos de demostración y evidencia cuantitativa y cualitativa específicas en la interrelación cerebro y mente con determinados fenómenos cuánticos; sin embargo, se trata de construir el puente conceptual científico cuerpo-mente, que abrirá las puertas a la comprensión de los ingentes procesos que se llevan a cabo continuamente en el cerebro; a la vez, la física cuántica brinda una opción explicativa viable sobre cómo funciona esta intrincada maquinaria biológica, que ha permitido que una especie animal supere a las demás, permitiéndole el don del pensamiento y razonamiento, al igual que el poder modificar el medio en que vive, el de explorar lo desconocido y el de tratar de demostrar el porqué de su existencia. Es muy probable que, mediante los diversos postulados de la mecánica cuántica, se logre explicar los diversos fenómenos físico-químicos, biológicos y psicológicos que gobiernan la mente humana, y la de otros seres vivos.
La propuesta sobre la relación cerebro-mente, y el papel que juega los nanotúbulos, en conjunto con otras estructuras moleculares conexas al núcleo celular de las neuronas, nos hace pensar en la información que se procesa y almacena, y que tiene nexos muy profundos con los átomos y moléculas del citoesqueleto, el ADN y el ARN de las células del cerebro.
Los postulados de la mecánica cuántica abren un amplio espectro de posibilidades sobre la forma en que nuestro cerebro funciona, y cómo la naturaleza biológica ha aprendido a optimizar la energía, a través de la manipulación de la materia a escalas nanométricas y atómicas. Así está la puesta en marcha de verificar lo propuesto en esta obra, que va a mostrar cómo la esencia del ser humano puede estar representada mediante modelos matemáticos, que muestran los procesos físico químicos que se llevan a cabo constantemente en el cerebro, y que relacionan todos los elementos constituyentes de la memoria, el pensamiento y sus procesos, funciones y psicodinamismos.
Cada lector podrá elaborar sus propios conceptos, plantear teorías a su conveniencia, conforme al entendimiento de cada caso y de acuerdo con los modelos psíquicos, físicos, biogenéticos o meramente neurofisiológicos y así aportar nuevas visiones de la clínica, de la psicodinamia y de la psicopatología. Téngase en cuenta que en la ciencia del hombre no hay una única verdad; en este caso, especialmente en las neurociencias, pues siempre se requiere investigar más y es así como nos encontramos con nuevos descubrimientos, otras teorías y leyes explicativas para responder; por ejemplo: ¿por qué y para qué apareció y se hizo el hombre? Aún más, muy posiblemente a través de millones de años existieron múltiples eslabones que han desaparecido.
¿Cómo pudo realizarse la mutación del primate al hombre y qué puede ocurrir después de este último?, ¿cómo podemos entenderlo dentro de nuestra galaxia y en el universo? ¿Será que existieron, existen y existirán seres pronto o posthumanos? ¿Por qué hablamos de fuerzas ocultas o incógnitas o cósmicas desconocidas no comprobadas por el hombre?
En realidad todavía no hemos hallado la unidad del conocimiento y de lo que consideramos el “Todo”.
Algunos lectores podrán argüir con cierta lógica que todas estas conceptualizaciones pertenecen a distintas disciplinas y por lo tanto no son iguales o equivalentes, por lo que aquellas ideas nos pueden disociar, pues cada una corresponde a diferentes modelos conceptuales y por ello, no es factible analogar y/o asociar un concepto con otro; cuando se piensa así es posible caer en exclusivismos y polarizaciones rígidas estáticas de las cuales se sale sólo con demostraciones matemáticas contundentes que demuelen paradigmas.
La posición de distinguir un fenómeno de otro, es algo que pertenece a la naturaleza, y es útil para no confundirse; si bien esto puede ocurrir y ocurre, con lo cual determinamos campos e ideas, no es tan válido por que muchas veces nos encontramos con campos plenos de incógnitas y con propuestas de soluciones a las mismas, las cuales rompen conceptos aceptados por la “comunidad científica” es así como nos ubican en una incertidumbre poco tolerable hasta que no sea aceptado por una mayoría con una manifestación probatoria. Por lo tanto, por ahora todo queda en “un su- puesto teórico”. Muchas ideas que no aparecen aquí se podrán encontrar en la siguiente obra en preparación “El azar determinista. El lazo del des- tino”, proveniente y consecuencia de la relación “Cerebro-Mente” (El pensamiento Cuántico).
Bibliografia
• Freud S. La Interpretación de los Sueños. Standard Edition, Hogart Press, Volumen III y IV. 1990.
• Márquez JE. Nanotecnología. La Ciencia del Siglo XXI. Sevilla, España: Publidisa. 2006.
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• Penrose R. Las sombras de la mente: hacia una compresión científica de la conscien- cia. Barcelona-España: Editorial Crítica 1996.
• Sánchez Medina G. Sexualidad y Cerebro Emocional. En: Identidad Sexual. Bogotá – Colombia: Ed. Cargraphics, 2006.
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