Nutrición Parenteral Domiciliaria en Pacientes Adultos y Pediátricos con Insuficiencia Intestinal

Ibero-Latin-American Section – Ilas

Abstract Categories

Crivelli A, Kecskes C, Martínez M.I, Ilari S, Merlo G, Ryan S.
– Grupo de Soporte Nutricional Domiciliario-Argentina
* Trabajos libres presentados en ILAS – IBERO-LATIN-AMERICAN SECTION
29o Congreso Clínico de ASPEN – Orlando, Florida. EE.UU.
Enero 29 – Febrero 2 de 2005

Objetivo: describir y analizar desde el punto de vista clínico y nutricional pacientes con Nutrición Parenteral Domiciliaria (NPD), las causas de la insuficiencia intestinal (II), las complicaciones infecciosas (IRC) y no infecciosas relacionadas con el acceso venoso y la evolución clínica.

Material y método: estudio retrospectivo. Se analizaron pacientes con NPD ingresados a partir de enero de 1998 hasta junio de 2004. Se diferenciaron 2 grupos según la edad: pediátricos (de 0 a 14 años) y adultos: mayores de 14 años. Se analizó la incidencia de infecciones relacionadas con el catéter venoso central, diagnósticada según criterios clínicos y bacte riológicos; la incidencia de complicaciones mecánicas (salida accidental, desplazamiento, oclusión y disrupción del catéter venoso central) Se analizaron los motivos de finalización de la NPD (alta nutricional, falle cimiento, negativa del paciente a continuar el tratamiento, entre otras).

Resultados: de los 59 tratamientos en 54 pacientes, 38 (64%) se realizaron en 36 pacientes adultos (67%) y 21 (46%) en 18 pacientes pediátricos (33%). Los pacientes adultos, 20 (56%) fueron de sexo masculinoy 16 (44%) de sexo femenino. La edad media al inicio de la NPD fue de 57 años (DS 14).

La causa de la insuficiencia intestinal: 8 suboclusiones intestinales (23%), 21 sindrome de intestino corto (69%):secundario a isquemia intestinal 13 (52%) y a posresecciones intestinales-fístulas intestinales de alto débito 12 (48%) y 3 pacientes presentaban: in munodefieciencia común variable, obstrucción esofágica y colitis ulcerosa (8%). 13/36 pacientes (36%) presentaban enfermedad neoplásica. Los días totales de NPD fueron de 8653, un promedio de 227 días (DS 305,8). 3 pacientes recibieron nutrición enteral concomitante y la mayoría de ellos ingería alimentos por vía oral. El número de episodios de IRC fue de 2,1 por cada 1000 días catéter y de complicaciones mecánicas de 0,7 episodios/1000 días catéter. 9 pacientes continuan rebiendo NPD en la actualidad, 27 finalizaron el tratamiento: por fallecimiento 17 (63%), alta nutricional 7 (26%), otras causas 3 (11%). De los fallecidos, el 70% de los pacientes presentaban enfermedad neo plá sica y la causa de muerte no se relacionó con la NPD.

Los pacientes pediátricos sumaron 21 tratamientos en 18 pacientes, 14 varones y 4 mujeres con una edad media al inicio de la NPD de 2,57 años (DS 2,66). Un paciente presentaba diarrea intratable por atrofia mi crovellositaria (5,5%), 2 presentaban pseudobstrucción crónica intestinal grave (11%) y 15 pacientes síndrome de intestino corto (83%). Las enfermedades que motivaron la resección intestinal fueron enteritis necrotizante en 4 (26,6), gastrosquisis en 2 (13,3%), atresias de intestino delgado en 4 (26,6%), vólvulo de intestino delgado en 4 (26,6%), enfermedad de Hirschprung extendida complicada en 1 ( 6,6%) y intestino corto congénito en 1 (6,6%).

La media de intestino delgado remanente fue de 47,3 cm (DS 25,7), 9 pacientes no tenían válvula ileocecal (60%). En 13 casos el inicio de la insuficiencia intestinal por resección fue neonatal, en un paciente a los 3 meses y en 1 a los 7 años. En total sumaron 7903 días/ catéter con una media de 376,3 (DS 425, r 13-1594 días). Los pacientes recibieron la NPD en forma cíclica, junto con alimentación oral fraccionada y en 7 casos (33%) con nutrición enteral. En todos los casos la vía de ac ceso fueron catéteres tunelizados de uno o dos lúmenes. Las complicaciones mecánicas fueron 15 (1,89 cada 1000 días catéter o 0,69 episodios por año): 10 fueron roturas de las ramas externas del catéter (66%), 3 salidas accidentales (20%) y 2 desplazamientos (13%). En cuanto a las infecciones asociadas con el catéter hubieron 32 episodios totales: 7 secreciones de la entrada y 1 tunelitis (1,01 episodio cada 1000 días catéter, 0,36 por año) y 24 infecciones elacionadas al catéter (3,03 episodios cada 1000 días catéter, 1,1 por año). El motivo de finalización del servicio fue: alta nu tri cional en 7 (33%), fallecieron 3 pacientes (14,2%) 1 en el posquirúrgico inmediato del cierre de una fístula y dos por complicaciones hepáticas; alta voluntaria 1 (5%); alta por cese de cobertura 1 (5%) y alta por inter na ción 2 (10%).

Conclusión: la NPD en manos de equipos multi-disciplinarios entrenados en la práctica, es segura, eficaz y posibilita el retorno del paciente y/o familiares a su hogar, sin incremento de los riesgos.

Evaluación Nutricional y de la Composición Corporal en Pacientes con Virus de Inmunodeficiencia Humana y su Relación con el Estado Clínico

Marulanda MI, Hartmann C; Sánchez M. Hospital Universitario Angel Larralde Valencia-Venezuela.

El SIDA es una pandemia causada por un virus, pero propagada por múltiples factores. Uno de estos es la desnutrición; la cual puede ocurrir en más de 90% de los pacientes infectados, durante el curso de la enfermedad.

Por lo tanto, la evaluación nutricional es tan importante como el recuento de CD4 o la carga viral en el seguimiento y control de los pacientes con VIH. El principal objetivo de la presente investigación fue Evaluar el estado nutricional y la composición corporal de los pacientes con VIH/SIDA y relacionarlo con el estado clínico. Se realizó un estudio transversal a una cohorte de pacientes con VIH / SIDA a quienes se les practicó evaluación nutricional consistente en: Evaluación Global Subjetiva, Determinación de médidas antropométricas, y pruebas bioquímicas. Se clasificaron según su estado nutricional, utilizando el compartimiento corporal comprometido (mediante pa rá metros bioquímicos y antropométricos); según la Evaluación Global Subjetiva (EGS) y Bioimpedancia; relacionándose cada una de ellas con los niveles de CD4.

Se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson y el t-test para el análisis estadístico. Según el Indice de Masa Corporal 67,39% se encontraban en rango de normalidad, 30,43% en Obesidad, y 4,35% en Desnutrición; según el compartimiento calórico, 92.50% se encontraban normales, 5% con desnutrición leve y 2,5% desnutrición moderada; según el compartimiento Proteico somático 39,02% eran nor males, 17,07% presentaron desnutrición leve, 31,71% desnutrición mo derada y 12,20% desnutrición severa; según el sistema inmunológico: 53.57% presentaron cifras normales de linfocitos, 28,57 desnutrición leve por éste parámetro,12,5% desnutrición moderada y 5,36% severa. Según la EGS, 17,39% se encontraban bien nutridos, 67,39% moderadamente desnutridos o con riesgo de desnutrición, y 15,22% seve ramente desnutridos.

Al utilizar bioimpedancia se obtuvo que los pacien tes presentaron un ángulo de fase y capacitancia bajo, un Agua Corporal Total normal, un Agua Intracelular entre normal y bajo, Agua Extracelular entre normal y Alto, una Masa Celular Corporal de normal a baja, una Masa Libre de Grasa de normal a baja, una Masa Grasa con mucha ten dencia a lo alto, y una Masa Extracelular entre normal y alta. Un elevado porcentaje de pacientes presentaron desnutrición.

Conclusiones: La Evaluación Global Subjetiva es altamente sensible en pacientes con VIH, ya que permite detectar aquellos con riesgo de desnutrición. El IMC es el componente de la evaluación nutricional que mejor se relaciona con el estadio clínico del paciente con VIH. La circunferencia muscular del brazo es un índice sensible para determinar cambios en el componente proteico del paciente. El ángulo de fase y la capacitancia son los parámetros de bioimpedancia que mayormente se afecta en pacientes con VIH; demostrando las alteraciones a nivel de las membranas celulares. La evaluación nutricional es sumamente importante y debe ser rutinaria en el paciente con infección por VIH, ya que nos permite detección precoz de los pacientes con desnutrición y a la vez iniciar soporte nutricional oportuno y efectivo que optimizará la respuesta a la terapia antiretroviral disminuyendo su morbi mortalidad.

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