¿Qué es y qué Significa “Cuidado”?
Cuidado de Enfermería
Definir qué es y qué significa el cuidado, implica aceptarlo como parte de la condición humana con dos componentes: uno práctico y otro mágico.
Desde siempre, la especie humana ha construido refugio, ha generado fuego. Pero a la vez ha desarrollado rituales para comunicarse con aquello que es desconocido y percibido como superior.
Para Morse y col,(1) el Cuidado de enfermería puede ser entendido bajo diferentes perspectivas que incluyen la representación de:
- Una característica humana, es decir, mostrar y entregar la humanidad a otro que es y se hace más humano a través de ese cuidado.
- Un mandato moral, el cuidado como una forma de cumplir aquello que se espera debe hacer un cuidador, en este caso la enfermera, con lo cual cualifica su práctica.
- Una interacción afectiva, que implica generar un vínculo, una relación sensible entre el cuidador y el receptor del cuidado.
- Una intervención personal, que reconoce en el otro y en sí mismo a una persona capaz de intercambiar acciones de Cuidado de enfermería y
- Una acción terapéutica, en donde además del vínculo se genera un cambio positivo.
El cuidado puede tener diferentes significados, como lo dicen Boykin y Shoenhofer,(2) se puede hablar de:
- Un cuidado ontológico, el que le da a la persona un lugar en el mundo, en cambio de estar en busca permanente de un lugar, a través del cuidado la persona es.
- Un cuidado antropológico, asociado al rol de ser cuidador, más atado a lo femenino, a lo familiar y a la responsabilidad social.
- El cuidado ético, atado al valor de cuidar, lo que se espera suceda entre personas que así lo requieren, es un Cuidado de enfermería con entendimiento de las relaciones que hace surgir la humanidad.
Definir el cuidado supone problemas que Smith,(3)resumió en forma detallada:
- Ambigüedad. El término “cuidado” es confuso, puede significar muchas cosas, comprenderlo por tanto, es complejo.
- Limita la perspectiva de la enfermería. Gran parte de lo que la enfermería hace es cuidar pero no lo es todo, su actividad en la salud pública, no ha sido identificada por muchos como tal. De manera que al reconocer el cuidado como central y dominante, la enfermería podría perder parte de su ámbito de actuación.
- La omnipresencia. Varios servicios no relacionados con la salud se hacen “con cuidado”, ¿por qué entonces se habla de cuidado como algo exclusivo de la enfermería?
- No ser sustantivo. El carácter de subjetividad en medio de las percepciones humanas hace del Cuidado de enfermería una cualidad difícil de medir.
- No ser generalizable. Para cuidar en condición similar, se desarrollan prácticas diferentes que se asocian en especial con la cultura, por ello algunas prácticas útiles para un medio pueden no resultar convenientes para otro.
- Asociarse con lo femenino. El Cuidado de enfermería refuerza las características que la sociedad relaciona con el papel de la mujer e incluye miradas de debilidad o vulnerabilidad.
Con el tiempo, esa asociación ha comenzado a verse como un aspecto positivo y es desde lo femenino que se construye una alternativa al camino del poder y la dominación, una alternativa que se basa en el desarrollo humano.
Profundizar en la comprensión del cuidado de enfermería supone comprender el arte de cuidar.
Para la enfermería es arte, tal como lo señalaChin,(4)
- Encontrar significado en los hallazgos,
- Establecer un vínculo significativo,
- Desarrollar actividades de manera estética,
- Encontrar el curso apropiado de la acción, y 5. conducir la práctica ajustada a la moral.
El encontrar significado en los hallazgos supone atender un “llamado de cuidado”, saber interpretar una mirada, una expresión, aquello que para otro pasaría desapercibido.
Establecer un vínculo significativo, se da de manera casi espontánea para el cuidador experto. ¿Cuántas veces al ingresar a la habitación de un paciente con el ánimo simple de hacer una curación recibimos de su parte la historia de su vida?, ¿Cuántas veces nos han entregado aquellos secretos que por muchos años no pudieron entregar a nadie?, el vínculo es la capacidad de conectarse con la esencia del otro.
Las actividades en enfermería pueden tener hermosura estética, un vendaje bien hecho, un toque en el sitio perfecto, con la presión exacta. A la hora indicada, una habitación dispuesta, algo que busca ser “perfecto” y que a pesar de aprenderlo necesita competencia para poder lograrlo.
Encontrar el curso apropiado de la acción:
Es una competencia superior. ¿Cuántas veces frente a panoramas complejos como los que presenta una familia que afronta una enfermedad crónica, un ingreso de un paciente politraumatizado, o una disfunción de un grupo al que asistimos, nos preguntamos cómo proceder? Esa intuición que se desarrolla con el tiempo indica con sabiduría qué hacer, y cuándo hacerlo.
La conducción moral de la práctica supone cumplir con aquello que se espera de la enfermería. Hacerlo en el tiempo, la forma y con el contenido adecuado, hacerlo de forma idónea sin que nadie más aparte de nosotros tenga que estar allí. No en vano señalaba Florence Nightingale en 1873 a sus estudiantes:
“La enfermería es un llamado superior, un llamado honorable… El honor radica en el amor por la perfección, la consistencia y en el trabajo duro para conseguirla…”.(5)
El cuidado es el objeto de estudio y el eje de desempeño profesional de la enfermería, según lo establecen los manuales de procedimientos, misiones y currículos de los diferentes estamentos que la gobiernan. Sin embargo, valdría la pena preguntar si es en el cuidar que la enfermería invierte su mayor calidad de tiempo y energía.(6)
El cuidado seguro
El cuidado implica una combinación compleja de procesos, interacciones humanas y tecnologías que tienen siempre la intención de beneficiar al otro (paciente o familia) pero también pueden causar daño. En tal sentido, el cuidado bien intencionado es bueno pero no suficiente, en el cuidado del otro (paciente o familia), la seguridad es un principio básico y debe ser un componente fundamental, es por ello necesario garantizar un cuidado seguro, aquel que exigen la certificación y acreditación institucionales en el ambito mundial.
El cuidado seguro debe ser un cuidado confiable desde subjetiva y objetivamente, y por ello exige un respaldo teórico y técnico adecuado y en permanente desarrollo. El “cuidado seguro” debe por una parte, evitar la ocurrencia de eventos adversos y por otra, mejorar en forma continua los resultados.
La pregunta obligada para cada institución es si el cuidado que ofrece a través de cada uno de sus funcionarios y con la suma de todos, es confiable.
La institución está obligada a demostrar que de una parte, disminuye y evita eventos adversos tales como la infección hospitalaria, las úlceras de decúbito, las caídas, los reingresos, los fallecimientos, la confusión de historias y los errores de medicación, entre otros, y de otra, que tiene mecanismos para crecer en forma permanente en la capacidad de cuidar.
Por tratarse del cuidado, los mecanismos de crecimiento incluyen un componente teórico y uno práctico.
Desde el punto de vista teórico, el desarrollo se comienza a dar cuando el cuidado se socializa y es sometido a la crítica.
Es necesario pasar de una investigación descriptiva que aísla fenómenos y permite comprenderlos e identificar sus características, a una investigación explicativa que relacione, prediga y prescriba el cuidado.
El componente práctico por su parte debe buscar competencias funcionales de quienes lo realizan y el apoyo de instrumentos y equipos acordes con el desarrollo tecnológico disponible, que permitan la sistematización y si es del caso automatización de procesos.
El cuidado seguro tiene en su base de desarrollo tres elementos importantes: el personal, el interpersonal y el institucional.
Lea También: Dimensión Interpersonal del Cuidado Seguro
Dimensión personal del cuidado seguro
Desde el punto de vista personal, para el cuidado seguro cuenta en primera instancia, el compromiso de cada individuo. Dentro de ello el auto cuidado, no como una denominación que se enseña a otros sino como un comportamiento ejemplificante, es necesario.
La responsabilidad del cuidado es un compromiso personal, las actividades pueden ser delegadas pero el cuidado no lo es, la oportunidad de cuidar a otro, es única e intransferible.
Cada individuo debe mantener actualizados los diferentes conocimientos que requiere el cuidado para mejorar de manera persistente, eso implica lo personal, lo empírico, lo artístico y por supuesto, lo ético.(6) Es preciso recordar que los agentes externos de cambio pueden catalizar el proceso o crear un ambiente de apoyo, pero en últimas son las personas las únicas que se empoderan a sí mismas.
Gutiérrez de Reales (7) y Sánchez B(8):
señalan que el conocimiento personal hace referencia a saber cuáles son las propias fortalezas y cuáles las debilidades, exige escucha, reflexión y decisión sobre el propio camino.
El conocimiento empírico implica el contacto con la ciencia, con la práctica, con aquello que logre demostrar qué se tiene, qué se hace y cómo se debe hacer. Es verificable ante el público, y debe permitir la descripción de los hechos con base en datos de naturaleza subjetiva u objetiva.
En el campo artístico cada individuo debe desarrollar habilidades estéticas para expresar lo que se percibe en el cuidado y poder valorar lo que es significativo, en el acto de cuidar.
El conocimiento de lo ético, se ve reflejado en los estándares de práctica, los códigos de ética, la filosofía del cuidado, donde se describen las obligaciones y los fines deseados en el cuidado, lo cual exige a la persona una identificación, un análisis y una clarificación de creencias y valores propios.
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