Elementos para su Correcta Implementación de La Visita Quirúrgica Ideal

En la cama del paciente. Las reuniones alrededor de la cama del paciente deben limitarse a aquellas actividades que sólo pueden resolverse en este ambiente: confirmar un hallazgo del examen físico, adquirir información directa del paciente, resolver datos incongruentes y conversar con la familia o el paciente sobre la atención. Se requiere que, además, las visitas sean eficientes en términos de enfocar la atención de los participantes en una condición particular y de evitar actividades necesarias pero sin valor docente, como la corrección de las notas, la interacción con colegas para definir situaciones particulares del tratamiento o discutir particularidades o diferencias con la familia o el paciente. Además, la dinámica de la visita a la cama debe cambiar regularmente, algunas veces el profesor demostrando ciertos temas, otras veces el profesor observando a alguno de los participantes realizar alguna actividad en particular.

Existe una etiqueta que debe respetarse al estar frente a los pacientes, que debe ser cumplida por profesores y participantes. Ella implica la presentación personal y del equipo, la naturaleza de su visita, la dedicación de un tiempo específico para resolver las dudas del paciente, el uso de un lenguaje accesible al paciente y la entrega de información al respecto de los hallazgos y del plan por seguir.

Evaluación. La evaluación es un proceso continuo que ocurre durante la actividad y no solo al final de ella. Es necesario diseñar instrumentos y estrategias que permiten evaluar cada uno de los pasos: la presentación de los casos, el registro de los datos en la historia clínica, el desarrollo de habilidades clínicas, el conocimiento, la capacidad de gestión del tiempo, la participación del trabajo en equipo, la capacidad de transmitir las ideas y de enseñar a otros, y las relaciones interpersonales.

Para cada de una de estas evaluaciones, debe corresponder un momento de retroalimentación, que debería ser inmediato y con fines formativos y constructivos. Idealmente, se debe acompañar de una solicitud de autoevaluación seguida de una comunicación específica, cordial y respetuosa de las impresiones del profesor. Entre las características de una adecuada retroalimentación se encuentran: ser específico respecto a lo que se quiere comentar evitando generalizaciones y juicios de valor, en el momento inmediato al acto que motiva la retroalimentación, pero respetando la privacidad del estudiante; seguir un procedimiento sistemático en tiempo y espacio durante la visita; abarcar un número razonable, evitando abordar en una sola intervención todas las recomendaciones, y hacerlo con carácter positivo.

Finalmente, la evaluación al final de la actividad debería ser individual, escuchando primero las explicaciones del estudiante, seguidas de las observaciones del profesor, seguidas de una etapa de retroalimentación sobre las actividades del servicio. Es recomendable que al término de cada visita se haga un resumen de los puntos importantes y que esta síntesis sirva como fuente para evaluaciones inmediatas y futuras.

Retroalimentación. Finalmente, si se pretende que la actividad dé sus frutos y mejore continuamente, es necesario evaluarla al final de cada periodo, preguntando a los participantes sobre las expectativas que se tenían y si estas se alcanzaron, las modificaciones que puedan ayudar a mejorar la mecánica y los contenidos, la evaluación de la función del maestro y de los participantes de mayor nivel, etc.

Como es evidente, la visita que cumple sus funciones requiere de una planeación y un ejercicio sistemático, para que consiga sus objetivos. La manera más útil hasta ahora conocida para no olvidar los pasos, mientras se convierte en una rutina, es utilizar listas de chequeo. Estas herramientas, que no son camisa de fuerza, ofrecen utilidad en el sentido de no olvidar los pasos mínimos necesarios y sirven como una hoja de ruta para hacer más eficientes el uso del tiempo y los recursos durante la actividad.

La visita quirúrgica es la oportunidad para evaluarnos y evaluar a los otros dentro de un contexto académico; debe mantener un carácter “sagrado” que implique respeto, mas no temor; es un momento limitado que, aunque muchas veces no lo apreciemos, es el “gran momento del día” para el paciente dadas las decisiones derivadas de la misma y sus implicaciones para el manejo del enfermo.

De igual manera, una visita bien implementada es una estrategia perfecta para un control de costos hospitalarios y la valuación de las políticas de costoefectividad de las instituciones.

Finalmente, debemos tener en cuenta el viejo aforismo de los cirujanos ancestrales: “En caso de duda, revise al paciente…”.

visita-quirurgica-ideal

The ideal surgical rounds: elements for the correct implementation

Abstract

Surgical round is a centennial and routine activity. Nonetheless, its methodology is heterogeneous and each surgeon put his vision, methods, requirements and characteristics on it. Due to this heterogeneity, the aim of this article is to offer some recommendations based on scientific literature in order to organize and standardize it. These suggestions could serve as a model to make more effective surgical rounds.

Surgical round needs planning and a systematic development to get its objectives. The best way to remember the minimal steps and convert it in a routine, is to use a checklist. Surgical round is an opportunity to assess ourselves and other into an academic setting. It is also a very good strategy to control health costos and evalute costeffective interventions in hospitals.

Key words: general surgery; patient care; physicianpatient relations; teaching rounds; health postgraduate programs.

Bibliografía

1. WrightSt Clair RE. Go to the bedside. J R Coll Gen Pract. 1971;21:44352.
2. Baron J. The first teaching ward round: Leyden 1660. BMJ. 2006;333:483.
3. Kroenke K. Attending rounds: Guidelines for teaching on the wards. J Gen Intern Med. 1992;7:6875.
4. Gonzalo JD, Masters PA, Simons RJ, Chuang CH. Attending rounds and bedside case presentations: Medical student and medicine resident experiences and attitudes. Teach Learn Med. 2009;21:10510.
5. O’Hare JA. Anatomy of the ward round. Eur J Intern Med. 2008;19:30913.
6. Stanley P. Structuring ward rounds for learning: Can opportunities be created? Med Educ. 1998;32:23943.
7. Lehmann LS, Brancati FL, Chen MC, Roter D, Dobs AS. The effect of bedside case presentations on patients’ perceptions of their medical care. N Engl J Med. 1997;336:11505.
8. Claridge A. What is the educational value of ward rounds? A learner and teacher perspective. Clin Med. 2011;11:55862.
9. Ramani S. Twelve tips to improve bedside teaching. Med Teach. 2003;25:1125.
10. Rice K, Zwarenstein M, Conn LG, Kenaszchuk C, Russell A, Reeves S. An intervention to improve interprofessional collaboration and communications: A comparative qualitative study. J Interprof Care. 2010;24:35061.


Correspondencia: Álvaro Sanabria, MD, MSc, PhD, FACS
Correo electrónico: alvarosanabria@gmail.com
Bogotá, Colombia

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *