Resultados de Costo-Efectividad en Apendicitis
En la tabla 2 se muestran las características de los estudios excluidos por razones de calidad metodológica. Las principales razones metodológicas por las cuales no se incluyeron los artículos, fueron: en todos los estudios excluidos (100 %), falta de análisis de incrementos (razo- nes de costo-efectividad), o ajuste para la variación de costos y beneficios en el tiempo (aplicación de tasas de descuento), ausencia de análisis de sensibilidad (88,8 %) y falta de perspectiva (55,5 %). Aunque todos los estudios excluidos carecían de modelos, ese no fue un criterio único para excluirlos.
Hay muchas similitudes en los dos estudios incluidos: construyeron modelos de decisión basados en una cohorte hipotética atendida en un nivel secundario de atención; utilizaron la perspectiva del pagador o del sistema de salud; las alternativas consideradas fueron principalmente ultrasonido, TC y observación clínica; aplicaron tasas de descuentos del 0 % sobre los efectos; incluyeron los costos directos de la atención de los pacientes con apendicitis y el costo derivado de las complicaciones, e hicieron, al menos, un análisis de sensibilidad univariado.
Las diferencias entre los dos estudios incluidos fueron: el horizonte temporal empleado; el caso de referencia empleado; la inclusión del período de observación como una alternativa en el estudio de Romero; las tasas de descuento empleadas sobre los costos; el tipo de modelo empleado, y las variables incluidas en el análisis de sensibilidad. Las tablas 3 a 6 muestran las características de los dos estudios incluidos en la revisión sistemática.
En el modelo de decisión de Romero, et al., el costo expresado en pesos colombianos, por paciente diagnosticado, fue de Col$ 491,8 para la TC; Col$ 568,9 para el ultrasonido, y Col$ 807,3 para el examen físico en el régimen contributivo. Para los planes de medicina pre- pagada, el costo por paciente diagnosticado fue de Col$ 965 para la TC, Col$ 1.141,2 para el ultrasonido y Col$ 1.709,8 para el examen físico solamente. El examen físico fue dominado por la TC y el ultrasonido, porque con el primero se diagnostican correctamente menos pacientes a un costo mayor. La razón de costo-efectividad incremental (sic.) (RCEI) expresada en pesos colombianos por paciente diagnosticado adicional, comparando la TC y el ultrasonido, fue de Col$ -4 por paciente adicional diagnosticado. Cuando se compara el ultrasonido con el examen físico, el RCEI fue de Col$ -8,2 por paciente diagnosticado. El análisis de sensibilidad demostró que la TC era la técnica más eficiente en ambos sistemas. Romero, et al., concluyeron que la TC y el ultrasonido eran más eficientes que el examen físico en el diagnóstico de pacientes con dolor abdominal en quienes no existían signos inequívocos de apendicitis. De igual manera, la TC logra la mejor eficiencia diagnóstica en pacientes que son atendidos en dos modalidades de prestación de servicios de salud.
Por otra parte, Wan, et al., encontraron que en las mujeres la RCUI del ultrasonido seguido por la TC, en comparación con TC sola o ultrasonido solo, fue de US$ 7.852 y US$ 17.108, respectivamente. La RCEI de la TC en comparación con el ultrasonido fue de US$ 26.260 por AVAC adicional.
En los hombres, la RCUI del ultrasonido seguido por la TC, en comparación con la TC sola y el ultrasonido solo, fue de US$ 8.684 y US$ 18.096, respectivamente. La RCEI de la TC en comparación con el ultrasonido fue de US$ 26.624 por AVAC adicional. Wan concluyó que el método más costo-efectivo en pacientes con sospecha de apendicitis era iniciar con el ultrasonido y, en caso de ser negativo, practicar una TC.
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