Heridos en combate, experiencia del Grupo de Trauma del Hospital Militar Central de Bogotá
Carlos Fernando Valencia1, Jorge Andrés Suárez1, Álvaro Cogollos2, Ricardo Augusto Uribe3,
GloriaCarmenzaFlores4
Palabras clave: choque; heridas y traumatismos; índices; triaje; mortalidad, hospitales militares.
Resumen
Introducción. En un país que posee el conflicto armado más antiguo del continente, resulta importante conocer la realidad de los militares heridos en combate vista desde los resultados del Grupo de Trauma del Hospital Militar Central de Bogotá.
Materiales y métodos. Usando como fuente de información la base de datos del Grupo de Trauma del Hospital Militar Central de Bogotá, se decidió tener como universo todos los pacientes hospitalizados por primera vez en el Grupo de Trauma entre el 1º enero de 2012 y el 31 de julio del 2014, cuyas lesiones hubieran sido consecuencia del conflicto armado. Se evaluaron: total de ingresos, promedio de estancia hospitalaria, necesidad de cuidados intensivos, edad promedio, mortalidad, departamento y área de origen del evento, fuerza involucrada, número de amputados y especialidad requerida para el ingreso a la institución.
Resultados. En el periodo de estudio ingresaron 3.658 pacientes al Grupo de Trauma, de los cuales 917 correspondían a militares heridos en combate que fueron atendidos por primera vez en la institución, con una edad promedio de 31 años y una estancia promedio de 13 días; 26 % requirieron amputación en la institución; el 15 % ingresó a la unidad de cuidados intensivos en los dos primeros años y, el 21 %, en el 2014; la mortalidad fue de 1,7 %.
Discusión. Es llamativo encontrar que las lesiones durante el conflicto armado se habían producido para generar discapacidad más que mortalidad, discapacidad que en la mayoría de los casos son consecuencia de amputaciones.
Introducción
Colombia es el país del hemisferio que posee el conflicto armado más antiguo, un conflicto que durante más de 50 años ha experimentado indudables modificaciones con los cambios sociales, políticos y económicos del país, pero que, ha incluido el uso de elementos, como las minas antipersona con la particularidad de ser métodos de guerra no convencionales. Las minas antipersona se empezaron a usar en forma sistemática en la guerra del Vietnam y, posteriormente, grupos al margen de la ley adoptaron su uso en diversos países, como África, Afganistán y, lastimosamente, Colombia 1.
A pesar de las distintas declaraciones y convenciones, como la de Ottawa del 3 diciembre de 1997, que instó a prohibir las minas antipersona como elemento de combate y a su destrucción, no se ha logrado reducir el número de lesionados en los países donde su uso es habitual 2,3. En Colombia, entre 1990 y julio de 2014, según el programa presidencial para la acción integral contra minas antipersona, hubo 10.839 víctimas, 39 % (4.196) civiles y 61 % (6.643) miembros de la fuerza pública 4.
Infortunadamente, en la literatura médica no se encuentran informes sobre el conflicto armado y su impacto en el entorno sanitario colombiano. Por esta razón, el Grupo de Trauma del Hospital Militar Central de Bogotá, que concentra un importante número de los heridos en combate, decidió publicar en este estudio las características clínicas y de la población de los heridos en combate que maneja.
Materiales y Métodos
El Hospital Militar Central es un centro especializado en trauma, que concentra los militares lesionados víctimas del conflicto armado, que son remitidos a esta institución desde hospitales de menor complejidad o desde el sitio del combate. Todos aquellos con lesiones derivadas del trauma son incluidos en el Grupo de Trauma, para velar por su atención integral.
Se tuvo en cuenta el número de lesionados en el conflicto armado hospitalizados por primera vez en la institución, de dónde fueron remitidos, la fuerza a la que pertenecían, el promedio de edad, la mortalidad durante la hospitalización, la necesidad de cuidados intensivos, la especialidad por la cual habían sido remitidos, el promedio de estancia y el número que requirió algún tipo de amputación.
Para evaluar estas variables, se seleccionaron aquellos pacientes cuyo mecanismo de lesión fueron heridas por arma de fuego o artefacto explosivo.
Resultados
El número de ingresos por heridas en combate al Grupo de Trauma fue estable desde 2012 hasta julio de 2014. En 2012, se atendieron 1.428 pacientes hospitalizados; ingresaron por primera vez 358 pacientes con heridas por arma de fuego o artefacto explosivo, lo que corres-pondió al 25 % del total de ingresos; 69 (15 %) de ellos requirieron manejo hospitalario en la unidad de cuidados intensivos.
En 2013, de 1.442 ingresos, 389 (26,9 %) cumplían los criterios de inclusión; 60 (15 %) ingresaron en la unidad de cuidados intensivo en algún momento de su hospitalización. Entre enero y julio de 2014, de 788 ingresos, 170 (21,5 %) pacientes cumplían con los criterios de inclusión, de los cuales 36 recibieron cuidados intensivos en algún momento. Su distribución según el arma a la que pertenecían, lugar de procedencia y servicio de ingreso, fue similar a la del primer año. Visto de otro forma, en promedio, hubo un ingreso diario de heridos en combate al Grupo de Trauma desde enero del 2012, y un ingreso cada seis días, a la unidad de cuidado intensivo.
Estas víctimas del conflicto armado colombiano, tuvieron una estancia en la institución de 13 días, aproximadamente una edad promedio de 31 años y una mortalidad global de 1,7 %, durante el periodo de estudio (figura 1). La participación según el arma a la que pertenecían estos pacientes fue, en su orden, Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y para la gran mayoría, el sitio de remisión fueron zonas rurales del sur de país. La distribución según la institución de las fuerzas armadas involucrada, se muestra en la figura 2.
El número de amputados por trauma de guerra fue de 111 (31,0 %) en 2012, de 98 (25,2 %) en 2013 y de 42 (24,7 %) en los siete primeros meses de 2014, para un total de 251 amputados todo el periodo. Según el programa presidencial para la acción integral contra las minas antipersona, en la fuerza pública del país se registraron 279 casos en 2012, 203 en el 2013 y 136 en los siete primeros meses de 2014 (figura 3) 5. En el periodo de estudio, del total de víctimas por minas antipersona reportadas por el programa presidencial, cerca del 40% de las pertenecientes a la fuerza pública fueron manejadas de forma integral en la institución. En promedio, hubo una amputación cada cuatro días como consecuencia de trauma de guerra (figura 4).
Cerca de 90 % de las víctimas por trauma de guerra procedían de zonas rurales del país (figura 5), y más del 50 % de ellas, 50 de tan solo cinco departamentos (figura 6). Estos datos permitieron agrupar los casos en tres zonas, de acuerdo con la participación de los departamentos. La primera zona incluyó Caquetá, Meta, Arauca, Putumayo, Nariño y Tolima, en la cual se produjo el 70 % de las víctimas; la segunda, conformada por Huila, Cundinamarca, Antioquia, Norte de Santander y Cauca, aportó el 17 %, y la tercera, que incluyó los demás departamentos, el 13 % restante.
Por su ubicación geográfica en el centro del país, el Hospital Militar Central se convierte en un centro especializado para el traslado de pacientes de alta complejidad con lesiones traumáticas de guerra. Con sus especialistas, esta institución atiende las distintas necesidades de las fuerzas militares; el servicio de ortopedia recibe el 40 % de las remisiones, seguido del grupo de prótesis y amputados, y en tercer lugar, el de cirugía general (figura 7).
1 Médico, residente de Medicina de Urgencias, Pontificia Universidad Javeriana, Hospital San Ignacio, Bogotá, D.C., Colombia
2 Médico, especialista en Medicina Aeronáutica; coordinador, Grupo de Trauma, Hospital Militar Central, Bogotá, D.C., Colombia
3 Médico, especialista en Cirugía General; coordinador, Unidad de Cuidados Intensivos, Hospital Militar Central, Bogotá, D.C., Colombia
4 Enfermera jefe; coordinadora administrativa, Grupo de Trauma, Hospital Militar Central, Bogotá, D.C., Colombia
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