Terapia de Presión Negativa, Úlceras de Decúbito
Los pacientes con úlceras de decúbito sometidos a terapia de presión negativa generaron rápidamente tejido de granulación, después de las primeras 48 a 72 horas de manejo. Es importante anotar que el manejo nutricional y los cambios de posición que evitan la presión sobre las zonas enfermas, son condiciones indispensables para el cierre óptimo de este tipo de heridas. La terapia de presión negativa estimuló la rápida aparición de tejido de granulación, lo cual permitió el uso de injertos por cirugía plástica o la continuación de curaciones avanzadas con otro tipo de apósitos hasta el cierre definitivo.
Un hallazgo particular en las úlceras de decúbito y en las úlceras venosas fue la disminución en la induración alrededor de la herida después de las primeras 48 horas de tratamiento con terapia de presión negativa.
Luego de 8 a 12 semanas, 10 úlceras de decúbito cicatrizaron, 3 se cubrieron con injertos y en 2 se continuó el manejo con apósitos avanzados.
FIGURA 2. Úlceras de decúbito grado IV manejadas con desbridamiento quirúrgico y terapia de presión negativa durante 3 semanas.
Heridas posquirúrgicas complicadas La remoción de líquido alrededor de este tipo de heridas generó la aparición de tejido de granulación rápidamente.
En grandes zonas que se sometieron a desbridamiento quirúrgico por tejido desvitalizado o infectado se trataron con terapia de presión negativa, con lo cual se generó rápidamente tejido de granulación; se cubrieron, especialmente, estructuras anatómicas importantes, como hueso y paquetes vasculo-nerviosos, preservándolos y protegiéndolos de la desecación.
Las heridas agudas, ortopédicas y postraumáticas complicadas, respondieron mucho mejor y más rápidamente a la terapia de presión negativa que las heridas crónicas.
Pie Diabético
Es importante anotar que el grupo de pacientes diabéticos presentaba neuropatía, ninguna enfermedad vascular. La terapia de presión negativa siempre debe usarse cuando el lecho esté muy bien irrigado; si no es así, dicha terapia falla.
En 7 pacientes se preservó la extremidad, al evitarse una amputación mayor, al generarse tejido de granulación con esta terapia sobre lechos cruentos e infectados. Las extremidades se preservaron y se continuó el tratamiento con apósitos especializados o con el concurso de cirugía plástica cuando el tejido de granulación era óptimo.
Heridas Postraumáticas Ortopédicas Complicadas
En este grupo de heridas se contemplaron aquellos defectos con exposición ósea y de material de osteosíntesis. Es importante anotar que, en el grupo con material protésico ortopédico, se logró el cubrimiento con la terapia de presión negativa en 3 de los 4 pacientes; en los dos casos con exposición ósea, se obtuvo la aparición de tejido de granulación y en ambos se utilizó el apósito de polivinilo blanco.
Úlceras Vasculares de Miembros Inferiores
Este tipo de heridas, de difícil cierre, respondieron bien a la terapia de presión negativa. Se removieron pequeñas cantidades de exudado de estas heridas (25 a 50 ml al día) y en la mayoría apareció tejido de granulación dentro de los primeros 4 a 6 días de tratamiento; posteriormente, se utilizaron injertos de espesor parcial para su cubrimiento.
FIGURA 3. Muñón infectado de amputación infracondílea, manejado con terapia de presión negativa por 4 semanas.
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