In Memoriam: Dr. Ernesto Andrade Valderrama, MD

Julio Alberto Nieto Silva*

Dr. Ernesto Andrade ValderramaDespedir a un Gran Hombre nunca es fácil. El Profesor Ernesto Andrade Valderrama nace el 27 de diciembre de 1918 en la ciudad de Bogotá, en el hogar de don Eugenio Andrade Suescún y doña Inés Valderrama, una familia en la que se integraron armónicamente las mejores calidades y cualidades santafereñas y santandereanas. Estudia medicina en la Universidad Nacional de Colombia, donde recibió su grado de Doctor en Medicina y Cirugía en 1942. Contrajo matrimonio con doña Martha Pérez en 1944 y forma una familia que siempre lo rodeó y que prolonga su estirpe: Juan María, Martha Helena, María Inés, Ernesto (mi compañero y amigo cirujano general como él), Luis Eugenio, Gloria, Germán, Rafael Enrique y Angela.

Su formación como cirujano la adquiere en el Hospital de San Juan de Dios, vinculado a la Universidad Nacional. En 1951 es nombrado Profesor Agregado Asistente de Clínica y Patología Quirúrgica en el Hospital San Juan de Dios, en 1953 es promovido a Profesor Agregado por concurso, en 1961 es nombrado Profesor Asociado y en 1972 Profesor Titular de Cirugía General de la Universidad Nacional. En 1974 la Universidad Nacional le otorga el título de Profesor Emérito y en 1984 el de Profesor Honorario.

El Profesor Andrade dedicó toda su práctica profesional al estudio y ejercicio de la cirugía, a la enseñanza quirúrgica, verdadero profesor de profesores, como lo reconocen gran cantidad de sus discípulos egresados de la Universidad Nacional y de la Universidad Javeriana.

Muchas generaciones de cirujanos egresados del Hospital San Juan de Dios tuvieron la fortuna de tenerlo como profesor; no fue mi profesor en la especialidad, pero sí en el pregrado y no puedo olvidar su insistencia, primero que todo en el trato gentil y humano al paciente, en el manejo y control de los líquidos y electrolitos, la preparación preoperatoria y el manejo nutricional de los enfermos. Siempre estricto en cumplir y en hacer cumplir las funciones a sus colegas y alumnos, no era extraño encontrar notas en las historias clínicas como esta: «7:05 a.m. Paciente sin evolucionar».

Fue fundador y presidente de múltiples sociedades científicas, la Sociedad Colombiana de Gastroenterología, la Sociedad Colombiana de Cirujanos de Colon y Recto, el Colegio Colombiano de Cirugía, la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia y la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina, siendo su presidente desde 1985 hasta 1994.

Miembro Honorario de nuestra Asociación desde 1983, fue merecidamente seleccionado para la ponencia especial durante el Congreso “Avances en Cirugía” en 1983 de la oración “Maestros de la Cirugía Colombiana”, máxima distinción que otorga nuestra Asociación en la cual hizo un magistral recuento histórico de la cirugía, desde el virreinato de la Nueva Granada, que según el Profesor Andrade era en ese entonces “…empírico, fruto de la experiencia y tenacidad, por una parte de los maeses y maestros, quienes desde la época de la Conquista llegaron con Colón”, finaliza haciendo una comparación de la vida paralela de dos maestros, en el arte y ciencia de la cirugía a comienzos del siglo XX, del doctor Juan B. Montoya y Flores de Medellín y el doctor Pompilio Martínez en Bogotá.

Otro hecho que da cuenta de sus altas calidades profesionales y organizativas fue su participación, a solicitud de las hermanas dominicas de Santa Catalina de Sena, en la organización científica y puesta en marcha de la Clínica Nueva en Bogotá en 1958, de la cual fue su Director. En ella y en forma realmente pionera sentó las bases firmes tecnológicas y científicas para la integración de los departamentos que actualmente la integran, su paso por nuestra casa dejó huellas imborrables y sus actitudes son ejemplo para quienes ahora trabajamos en ella.

En ese tiempo el Profesor Andrade tenía muy claro el concepto de la especialización, algunos de los médicos fundadores de nuestra clínica cuentan cómo llamó a un excelente grupo de médicos a quienes de alguna manera “especializó”, en el sentido de que les permitía realizar solo cierta clase de procedimientos, lo que se constituye en un antecedente de las especialidades médicas que se impondrían finalmente en la década siguiente.

Escritor incansable, publico más de 50 escritos en diversas revistas nacionales e internacionales. Se destacan sus múltiples publicaciones sobre cirugía de la glándula mamaria, del colon, recto y ano, subespecialidad de la que fue un verdadero precursor en nuestro país. Su interés por la historia de la medicina y la ética profesional, encontraron asidero en su espíritu sensible, abierto y de servicio.

Si algo caracterizó su ejercicio médico, fue la entrega a sus pacientes; algo que no olvidaré es verlo descender frente a la Clínica Nueva de su automóvil, muy temprano en la mañana, ir a las salas de cirugía y en mi caso personal, preguntarme “qué le hiciste a ese paciente” e iniciar una discusión académica salpicada de anécdotas históricas referentes a la patología y a la técnica quirúrgica empleada.

Yo veo la vida del Profesor Ernesto Andrade Valderrama como la de quien, habiendo recibido una herencia y un compromiso para con sus semejantes, los transmitió a las nuevas generaciones. Personas como él son las que a lo largo de los siglos han construido la grandeza del hombre.

En honor a la verdad, una verdad que le sobrevivirá y por la que siempre le recordaremos, debo decir finalmente que la vida y obra del Profesor Ernesto Andrade Valderrama, por su esfuerzo constante, su sabiduría y la generosidad que la caracterizó, será un modelo permanente para todos nosotros.

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