Capitulo XV. Ética Profesional
La ÉTICA es la disciplina intelectual más antigua de la tradición judeo-cristiana. Representa un conjunto de normas culturalmente definidas que rigen determinadas actividades humanas.
Cabe señalar que etimológicamente el término proviene de la palabra griega ETHOS, que significa costumbres. Por cierto el vocablo MORAL, del latín MORES, también significaba costumbres.
La posesión de un conjunto de valores morales no es una condición innata y esto tiene que ser inculcado con la esperanza que se internalicen y entonces se conviertan en una especie de segunda naturaleza.
Existe una serie de códigos modernos que complementan al ya mencionado Código Hipocrático y puesto que fueron consultados, nos permitiremos mencionar los principales, a saber:
- El Código Internacional de Ética Moderna o Código de Londres, que regula los deberes de los médicos en general, su obligación con los pacientes y con sus colegas.
- El Código de Nuremberg y al declaración de Helsinski, que establece normas en la experimentación o investigación clínica en seres humanos.
- La Declaración de Tokio que prohibe la participación activa de los médicos en la tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes incluyendo castigos.
La Ética Médica es mucho más que una serie de prescripciones y prohibiciones en el devenir profesional.
Creemos que el profesional debe adquirir una conciencia clara de cómo se han establecido esos valores morales, en qué forma se justifican y cómo realmente protegen al paciente, a la sociedad ya l propio profesional de la medicina.
Para ello creemos en un modelo BIO-PSICO-SOCIAL como apropiado, es decir, insistimos en que estamos atendiendo ENFERMOS y no simplemente enfermedades. El objeto de todo esto es lograr el mayor bienestar posible para el mayor número de personas.
Hay ciertos ideales en medicina que son eternos.
Ante todo, el médico busca servir a la comunidad con el propósito de preservar la salud o al manos aliviar el sufrimiento. Este principio es incompatible con cualquier forma de explotación a un paciente.
Es necesario tomar conciencia de nuestras limitaciones y solicitar ayuda cuando sea necesario. No hay cabida para la soberbia en esta profesión.
En todo momento hay que mantener el respeto por la dignidad del paciente y muy especialmente por su privacidad, aunque ya se dijo que el secreto tiene sus limitaciones y en ningún momento puede ser más importante que el bien común u ocasionar perjuicios graves a terceros inocentes.
Los honorarios y estipendios deben estar de acuerdo con la naturaleza de los servicios prestados y deben tomar en cuenta el esfuerzo de la formación académica y la responsabilidad inherente al cargo. Todo trabajo bien hecho merece ser remunerado aun cuando la medicina jamas debe tener como meta principal el fin del lucro.
No es un comercio y se considera desde hace mucho tiempo como no ético la búsqueda activa de pacientes ajenos desprestigiando de alguna forma a otros colegas.
Es necesario desarrollar un sentido claro de nuestras obligaciones. Excepto en casos de urgencias no estamos obligados a atender todos los casos que soliciten nuestra atención.
Habrán circunstancias en que lo correcto será excusarse, pero una vez que se acepta el caso tendrá que dedicarse el mejor esfuerzo y no poder abandonarse a menos que el paciente se cure.
El médico tiene responsabilidades con la sociedad. Esto incluye, entre otras, la lucha continua contra la ignorancia y la charlatanería.
Por ultimo la conducta habitual del médico debe estar revestida de dignidad y honorabilidad. El profesional, a menudo, sólo dispone de su propia conciencia para determinar si en efecto está cumpliendo a cabalidad su responsabilidad.
Por otra parte bel campo de la salud ya no es patrimonio exclusivo del medico; desgraciadamente las relaciones con profesionales afines no están todavía bien definidas.
Pareciera que las polémicas que se suscitan obedecen más a motivos económicos, en lugar de tomar en cuenta la esfera de competencia del profesional y el beneficio que esto signifique para los enfermos.
Es indudable que los principios y reglas éticas trascienden la profesión médica, y se necesita la orientación y opinión de abogados, jueces historiadores, psicólogos, sociólogos , economistas y sobre todo filósofos y teólogos.
Manteniendo la mente abierta quizás retomemos conciencia de que el campo médico es una CIENCIA , un ARTE y sobre todo todavía sigue siendo un APOSTOLADO.
Cada disciplina médica conlleva en el diagnóstico terapia e investigación sus propias condiciones determinadas; cada enfermedad impone exigencias características al médico y al cuidado.
Las representaciones con respecto al mundo y a lo hombres, tanto del médico como del paciente y la sociedad tienen amplias consecuencias. De las diferentes religiones y culturas surgen diferencias esenciales. Así ÈTICA médica significa cambio y permanencia; consiste en tradición e innovación.
Para terminar se anotara la opinión del filosofo Artur Schopenhauer : “Predicar la Moral es fácil, fundamentarla es difícil “. Con esto el filósofo llama la atención sobre las diferencias decisivas entre práxis ética y fundamentación filosófica; por lo tanto, permite decir que “Hacer efectiva una Moral es aún más difícil”.
En resumen está considerado antiético : prescribir medicación en códigos secretos.
Vender a los pacientes medicamentos de cualquier tipo. Hacer propaganda sobre métodos de adelgazamiento no científicamente comprobados. Utilizar a los pacientes como sistemas de propaganda profesional.
Prescribir medicamentos no aceptados científicamente como adecuados para el manejo de la obesidad. Hacer tratamientos no indivilizados, heterodoxos o de orientación puramente comercial o crear falsas expectativas a los pacientes sobre los resultados del tratamiento.
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