Historial de la Medicina: Mutis y la Medicina
Académico Dr. Zoilo Cuéllar-Montoya
Nació don José Celestino Bruno Mutis y Bossio en el puerto español de Cádiz1-10, capital de la Provincia del mismo nombre, en Andalucía, el domingo 6 de abril de 17322,3,4,5,9,11, de acuerdo con lo anotado en su partida de bautismo por Don Juan Ventura Bayadares, cura propio en el Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Cádiz, quien le administró las aguas bautismales el día “miércoles 16” del mismo mes y año3-5.
Había nacido Mutis en el hogar de don Julián Mutis Almeyda2-6, quien era natural de Ceuta, plaza de soberanía española, sita en la costa septentrional de Marruecos, perteneciente a la Provincia de Cádiz12, el 18 de abril de 17006, y de doña Gregoria Bossio Morales3,4,5,6, nacida en Cádiz, el 27 de junio de 17066, casados en esa ciudad, en 17243,4,5,6.
Su formación humanística
Estudió don José Celestino retórica, gramática, filosofía, matemáticas, latinidad y teología en el Colegio gaditano de los Jesuitas13, el de San Fernando -Gonzalo Hernández de Alba lo llama de “San Francisco” 14-, en su ciudad natal6,15.
En 1750 –Hernández de Alba dice que en 174816- se trasladó a Sevilla15 ciudad en la cual, en su Universidad, obtuvo el título de bachiller en filosofía, el 17 de abril de 175317. Debe recordarse que dicha ciudad es la vecina de al lado del puerto de Cádiz16. (Lea también: Mutis y la Medicina, Honda – Santafé)
Su formación médica
Prácticamente en forma simultánea a sus estudios de humanidades, Mutis realizó, en la misma Universidad, “los cursos necesarios para obtener el grado de bachiller o licenciatura en medicina, durante los cuatro años reglamentarios de estudios teóricos”17.
El mismo Hernández de Alba anota que, en 1749, Mutis “ingresó al Colegio de Cirugía de Cádiz, como miembro de la primera de sus promociones, lo que le permitió adelantar estudios de medicina y cirugía casi al tiempo”16.
Dicho Colegio había sido fundado en ese año de 1748 por iniciativa del Marqués de la Ensenada, ministro por ese entonces del Monarca español, el Rey Fernando VI y allí Mutis18, como alumno fundador del Colegio, recibió instrucción, junto con cincuenta compañeros, del Profesor Pedro Virgili16,18,19, secundado por profesores extranjeros18,19.
Cumplió el joven gaditano en la Universidad de Sevilla con los cuatro períodos anuales reglamentarios de estudios teóricos20, correspondientes a los años 1750, 1751, 1752 y 1753, períodos de formación profesional consagrados en España por el nuevo currículo de los estudios de medicina, en esas épocas, establecidos, de acuerdo con Rosselli Quijano, con los términos de Prima, Vísperas, Método y Anatomía y Cirugía21.
Para cumplir con la obligación de realizar dos años de trabajo hospitalario, Mutis regresó a Cádiz donde, en el curso de los años 1754 y 1755, hizo la práctica reglamentaria al lado del Profesor Pedro Fernández de Castilla20, viejo Protomédico de Cádiz a quien acompañaba, en las mañanas, a sus visitas domiciliarias, a la consulta pública del Hospital de la Marina y a las disecciones que realizaba en el anfiteatro y, en las tardes, a las prácticas quirúrgicas18,22,23 y a todos los actos científicos que se realizaban en dicho centro hospitalario20.
Proceso de Formación como Cirujano Ilustrado
En el Hospital de la Marina funcionaba el Real Colegio de Cirugía de Cádiz, centro en el cual realizó, realmente, “su proceso de formación como cirujano ilustrado”24,25.
En Cádiz, en dicho Colegio de Cirugía, su profesor de botánica médica fue Don Domingo Castillejo, por quien sintió el gaditano un especial afecto y veneración18.
Regresó entonces a Sevilla y, el 2 de mayo de 1755 recibió, de la Universidad correspondiente, el grado de bachiller en medicina20, “con las más altas calificaciones”26. Inmediatamente después, regresó a su patria chica, donde ejerció su profesión durante dos años más20.
El 5 de julio de 1857, se presentó ante el Tribunal del Real Protomedicato de Madrid11,20,26,27 donde presentó, y aprobó, el examen para optar por el título de doctor en medicina20,21,26,27: uno de sus examinadores fue el gran médico de la Corte, primero de Fernando VI y luego de Carlos III, Profesor Don Andrés Piquer20,27, catedrático magistral de patología y autor, entre otras obras, del “Tratado de Calenturas” que, en su traducción al francés, era libro de texto en Montpellier28.
Su ejercicio médico en España
Después de obtener la aprobación del Real Protomedicato, y gracias a la protección del ministro real Don Ricardo Wall, comenzó a trabajar Mutis en dicho Protomedicato1. S
e radicó entonces el joven gaditano en la Corte de Madrid -contaba entonces con 25 años de edad, cumplidos el 6 de abril de 1757-, de la cual, al parecer, se le designó médico, e inició el ejercicio de su profesión en la entonces ya capital del Reino26.
La necesidad de profundizar en sus estudios y progresar en sus investigaciones lo inclinaron a dedicar buena parte de su tiempo a la docencia26: así, a pesar de su juventud, a la muerte del profesor Martín Martínez1 recibió el nombramiento de catedrático substituto de anatomía20,26 en el Hospital general de la Corte de Madrid, cátedra que, por ese entonces, regentaba en propiedad el ilustre Profesor Araújo20,26,27, cargo en el que permaneció entre 1757 y 1760, año de su traslado al Nuevo Reino de Granada9,11,21.
El joven Mutis distribuyó entonces su tiempo entre las visitas a los enfermos, la cátedra en el Hospital General y las excursiones botánicas, que nunca abandonó.
La Fundamental Instrucción Naturalista
Entre 1757 y 1760, al impulso de esa su gran vocación, la de naturalista, asistió el joven profesor, asiduamente, al Jardín Botánico de Madrid, situado en las afueras de la villa, a la vera del río Manzanares, en la localidad del Soto de Migas Calientes donde, directamente de Don Miguel Bernades, quien tenía a su cargo la Dirección de la institución, recibió “la fundamental instrucción naturalista” con la cual, además de complementar su formación médica -se debe recordar la importancia en esas épocas, para los médicos, de los conocimientos botánicos, en el ámbito de la terapéutica-, se instruyó en las disciplinas colaterales que habían hecho posible la renovación de los estudios biológicos y naturales26,29 en España, en el siglo de la Ilustración.
Bernades y, adicionalmente, José Quer, continuaron en Mutis, en la villa de Madrid, en Migas Calientes, la labor de formación científica naturalista iniciada por el Profesor Castillejo en el Colegio de Cirugía de Cádiz, “a la cual el propio interesado agregaría pasión por descubrir y comprobar la acción curativa de las plantas”29.
Fernando VI de España gobernó desde 1746 hasta su muerte, ocurrida en 175930, es decir, durante el reinado de este Soberano de España, de la dinastía de los Borbón, tuvo lugar la formación profesional de Mutis.
La Corte de Fernando VI tenía entonces el proyecto de enviar a algunos de los jóvenes galenos aprobados por el Real Protomedicato a diversos centros médicos de Europa, con el fin de que perfeccionaran sus estudios20: el joven José Celestino se encontraba entre los seleccionados24, pues su dedicación al estudio, su interés por la investigación y su capacidad de trabajo, así como sus ya importantes conocimientos en botánica, llavaron a sus profesores a distinguirlo como becario29.
Lea también: Historial de la Medicina: Mutis y la Medicina, Su viaje a América
Dotado de un espíritu inquieto y, ciertamente, político:
Mutis se codeaba con lo más selecto de la Corte de Madrid, en la cual mantuvo nexos con Don Vicente Rodríguez de Rivas, hombre de gran influencia en los círculos intelectuales madrileños y conocedor de sus méritos y ejecutorias31.
Su maestro, el Profesor Virgili, estableció desde Cádiz una política que se extendió a la Corte: la de enviar, por cuenta de la Corona, naturalmente, a los mejores médicos recién aprobados por el Protomedicato, a los centros más avanzados de Europa, tales como Leiden, Londres, París o Bolonia32.
Como anoté arriba, el joven gaditano se encontraba entre los seleccionados para realizar dicha formación de postgrado24, no simplemente por sus contactos políticos sino, fundamentalmente, por sus conocimientos, su ya temprana experiencia, su personalidad y su pasión por el estudio.
Fernando VI, el amigo de juventud del Virrey Solís, murió en Madrid, en agosto de 1759 y, al no existir heredero, le sucedió en el trono su hermano, Carlos III de Borbón quien, en virtud de las reiteradas solicitudes del entonces Virrey del Nuevo Reino de Granada, Don José de Solís y Folch de Cardona, “para liberarse de una carga que le era ya pesada”, decidió aceptar sus peticiones y nombrar, en su reemplazo, un nuevo Virrey para el Nuevo Reino de Granada, anhelada noticia de la cual se enteró el Virrey Solís por comunicación epistolar, fechada el 12 de julio de 1760, del bailío frey don Julián de Arriaga, alto oficial de la armada española y ministro de Indias, en la cual se le informó a don José Solís que su sucesor era don Pedro Messia de la Zerda33.
Don Pedro Messía de la Zerda y Guirior:
Conde de Casafl ores9,11,20, marqués de la Vega de Armijo34, Teniente General34, bailío de la Orden de San Juan de Malta34 y caballero comendador de la llave dorada34, le ofreció al joven galeno, en 1760, el nombramiento de médico de su comitiva35:
Mutis, consideró la oferta del recién nombrado Virrey31 y, en vez de aceptar la oportunidad de incrementar sus conocimientos de la ciencia médica en los grandes centros europeos, decidió viajar a América a enseñarla, lo cual explicó a su Soberano, en carta desde América, fechada en 1764, en los siguientes términos:
“Mas hallándome impensadamente solicitado para seguir a vuestro virrey en calidad de su médico, me resolví a abandonar proyectos, comodidades y cuanto podía ofrecerme mi establecimiento en esa Corte, deseando dedicarme enteramente a la formación de la Historia natural de América, gloriosamente comenzada por la magnificencia del señor don Felipe Segundo, continuada después de largo tiempo por la liberalidad del señor don Fernando Sexto y tal vez concluida en los bellos días de Vuestra Majestad” 36,37.
Aceptó entonces el joven Profesor el ofrecimiento del nuevo Virrey, incentivado, además, por la presencia de otros hombres de talento dentro de la comitiva, tales como Don Félix de Salas y Don Pedro de Escobedo, ayudantes; Don Manuel Romero y Don Antonio Escallón, consejeros y, con ellos, uno de sus hermanos, Don Manuel Mutis y Bossio31.
Don José Celestino no olvidaría jamás el ofrecimiento de la Corte, en tal forma que cinco años después, en 1763, desde Santafé, escribiría aSu Majestad Don Carlos III, recordándole como fue “destinado poco antes para pasar a Londres, bajo la real protección del Augusto hermano antecesor de Vuestra Majestad por los informes de su Ministro Don Ricardo Wall”32,38.
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