Hematomas Subdurales Crónicos Unilaterales, Recuento Histórico

En Francia, se han encontrado cráneos con trepanaciones realizadas en el periodo neolítico[4,5].Riddle en l976, manifiesta haber encontrado contenidos san guíneos intracraneanos en una momia egipcia de 2200 años a.C., que por las características sugiere la presencia de un hematoma subdural[6].

Cráneos con trepanacionesSe ha informado de hallazgos de múltiples cráneos trepanados por los antiguos Incas en el Perú con signos de sobrevivencía a estos procedimientos, así, en los cementerios de los Yauyos, han sido descubiertos gran cantidad de ellos (ver imagen).

También en Colombia, han sido encontrados cráneos con trepanaciones de la época prehispánica.

Estos hallazgos han permitido proponer teorías para explicar esta cantidad de trepanaciones craneanas y entre ellas se ha sugerido el drenaje de hematomas intracraneanos[4,7,8]. (Lea también: Artículo Científico, Hematomas Subdurales Crónicos Unilaterales)

GalenoGaleno en las descripciones anatómicas que realiza al inicio de la era cristiana, resalta la diferencia existente entre la piamadre y la duramadre[4]. Wepfer en 1657, refiere haber encontrado en una autopsia, un quiste hemorrágico subdural[4].

Giovanni Battista Morgagni en 1747, describe también en una autopsia, un quiste hemorrágico entre la duramadre y la piamadre, igualmente refiere haber observado la presencia de unas membranas que la recubrían, e inicia la investigación sobre las posibles causas de las hemorragias entre las meninges[4].

VirchowVirchow en 1863, describió la apariencia microscópica de las membranas del hematoma, denominó el hematoma subdural crónico como “paquimeningitís hemorrágica interna”, y observó, que la inflamación crónica de la duramadre producía proliferación capilar y formación de una membrana, incrementando la tendencia al sangrado. Para él, las hemorragias dentro de estas membranas serían las responsables del empeoramiento secundario del estado neurológico del paciente[5,8,9].

Hacia finales del siglo XIX, médicos británicos, americanos y alemanes observaron que la mayor parte de pacientes con paquimeningitis hemorrágica tenían historia previa de un traumatismo craneano[4].

El Dr. Hulke del Middlesex, Hospital de Londrés, publicó el primer tratamiento quirúrgico con éxito en “The Lancet” en 1883, con trepanación y drenaje del hematoma[4].

Trotter en 1914, publica 4 casos de hematomas subdurales crónicos operados, refiere no haber encontrado procesos inflamatorios en ninguno de los casos.

Describe la indicación quirúrgica en aquellos pacientes donde se sospeche, e igualmente refiere cómo esta entidad clínica está acompañada de un edema de papila.

Estaba convencido de que una lesión trivial craneana puede romper una vena, la cual provoca una hemorragia subdural, y esta puede tornarse crónica; lesión que se presentaría especialmente en las venas puentes que drenan al seno sagital. Sugirió el nuevo término de ‘”hematoma subdural crónico”[2].

En 1925, Putnam y Harvey Cushing establecen como terapia quirúrgica, la evacuación total del coágulo con la exposición generosa de la lesión a través de una craneotomía, recomendaron la descompresión cerebral y la resección total de las membranas que envuelven el coágulo.

Putnam, describe los síntomas y signos que conforman el cuadro clínico del hematoma subdural crónico, consistentes en cefalea, alteraciones en el estado de consciencia y cuadros deficitarios motores o sensitivos[2,4].

Dr. Alvaro FajardoEn Colombia, las primeras cirugías para tratar las complicaciones del trauma craneano fueron realizadas por los Drs. Antonio Vargas en 1856, Nicolás Osorio en 1866, y Samuel Fajardo en 1875[5,7,8].

El Académico Dr. Álvaro Fajardo Pinzón realizó en 1943, por primera vez en Colombia, el drenaje de un hematoma subdural crónico bilateral, basándose solamente en los síntomas y signos que presentaba el paciente[7], y el Dr. German Peña ha sido el neurocirujano que ha realizado más publicaciones acerca de los hematomas subdurales crónicos en Colombia[5,7].

Históricamente, el diagnóstico se confirmaba por las imágenes radiológicas obtenidas por las angiografías carótideas.

La revolución diagnóstica en neurocirugía, sin duda, ha sido la introducción de la Tomografía Axial Computadorizada (TAC), nacida en la década del 70, a través de la cual se obtienen imágenes que permiten el diagnóstico de las diferentes lesiones intra craneanas y la evolución que ellas presentan.

Estas imágenes serían posteriormente perfeccionadas con la creación y el desarrollo de la Resonancia Magnética (RM), técnica que permite observar con mayor nitidez y definición las estructuras intra craneanas y las patologías que las comprometen, entre ellas los hematomas subdurales crónicos.

Desde 1960 no se ha producido ningún avance quirúrgico que mejore la morbi-mortalidad del hematoma subdural crónico, se observan solamente tendencias estadísticas para resolver tratamientos basados en resultados, y las investigaciones han estado encaminadas al mejor conocimiento de la fisiopatología de esta enfermedad.

Incidencia

El hematoma subdural crónico representa un 23% de todos los hematomas intracraneanos. Se presenta preferencialmente en el adulto mayor entre los 50 y los 70 años. La ocurrencia es de 1-3 casos por 100.000 habitantes y aumenta con la edad en los mayores de 70 años a 7 casos por 100.000 habitantes[1,2,8-12].

Etiología

La historia natural del hematoma subdural crónico no se conoce aun y la etiología es controvertida.Los factores predisponentes incluyen en primera instancia historia de trauma, aunque este puede ser leve o trivial; de etilismo, anticoagulación, crisis convulsivas, derivaciones ventriculares en paciente con hidrocefalia y pacientes con atrofia cerebral[1,2,8-14].

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