Artículo Científico: Encefalopatías Subagudas Espongiformes Transmisibles (ESET)

La Teoría Prión – Enfermedades Priónicas, Referencia especial a la vigilancia de la nueva variante de la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vCJ)1

Académico Dr. Gabriel Toro González*
Dr. Oscar Eduardo Pacheco García**
Dr. Uriel Esteban Sierra Zuleta***
Dr. Mauricio Beltrán Durán****
Dr. Arturo Díaz Gómez*****
Dr. Edgar Alberto Parra Saad*******
Edgar Bonilla Sandoval********

Hasta 1954 la neuropatología sólo utilizaba la denominación encefalopatía espongiforme para el scrapie o prúrigo lumbar de las ovejas y las cabras y para la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob de aparición esporádica (CJE).

El scrapie es una enfermedad fatal que afecta selectivamente el sistema nervioso de ovejas y cabras identificada en Escocia desde 1732 y que ya tras doscientos setenta y tres años se ha podido demostrar en prácticamente toda Europa y fuera de ella en África (Etiopía), en el continente australiano en Australia y Nueva Zelandia; en América los países afectados son Canadá, Estados Unidos y Brasil.

Su transmisibilidad oveja-oveja se hace evidente a partir de 1936 (1) y Chandler logra transmitirla al ratón en 1961 utilizando inóculo preparado con cerebro de oveja enferma (2,3). No se ha comprobado transmisión de scrapie al ser humano. (Lea también: Encefalopatías Subagudas, Notificación)

En relación con la aparición en 2001 de la llamada variedad atípica de scrapie atribuida a la cepa Nor 98 (por su temprana presencia en Noruega) podemos decir que la Agencia de Laboratorios Veterinarios en Weybridge – Inglaterra que es el laboratorio europeo de referencia para Encefalopatías Subagudas Espongiformes Transmisibles (ESET) y responsable también de coordinar la investigación de casos atípicos de prúrigo lumbar, informó a finales de 2004 que en los últimos tres años ha podido confirmar 83 casos de esta variedad estudiando 110.000 cerebros de ovejas en el Reino Unido.

Lo tranquilizante es que los expertos que realizaron este estudio concluyeron en su reunión del 30 de marzo de 2004 que este hallazgo no debe considerarse homologable con la presencia de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) en ovejas (Promed-mail).

Como está aceptado que el scrapie ha sido el punto de partida en la cadena de transmisión de las más impactantes ESET al comprobarse la transmisión oveja- bovino humano, es comprensible que siga vigente el interés por enriquecer el conocimiento sobre el verdadero origen y patogenia del prúrigo lumbar (4).

La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob de presentación esporádica (CJE) descrita por estos autores entre 1920 y 1921 (5,,6) esperó media centuria (hasta 1974) para demostrar su potencial transmisibilidad humanohumano y para, por sus semejanzas con scrapie y con el Kuru, convertirse conjuntamente con estas dos entidades en objeto de un modelo de investigación a partir de la fecha señalada antes (1954); investigación ejemplarizante cuyo itinerario y valiosos hallazgos fueron difundidos en la más voluminosa bibliografía que se haya dedicado a proceso neuropatológico alguno (7-21) y que entre otras cosas demostró por primera vez para las ESET transmisión oral humano-humano propiciada por el canibalismo practicado por las etnias afectadas y ello se comprobó más allá de la duda puesabandonados estos hábitos el kuru ha desaparecido.

La transmisión iatrogénica de la ECJ fue causada primero por un injerto de córnea (16) y después por injerto de duramadre, por extractos de glándula hipófisis (21) y por implantación cerebral de electrodos contaminados.

Conceptos expresados por Mc Farlane Burnet desde 1939 hicieron que el veterinario islandés B. Sigurdsson propusiera para las ESET el nombre Enfermedades virales lentas (7), lo cual fue bien aceptado por el grupo que ya iniciaba en la Nueva Guinea sus investigaciones sobre Kuru, cuya etiología consideraban era “un virus no convencional”, propuesta que tras tres décadas (1954-1984) de intensa búsqueda ellos mismos tuvieron que descartar basados en sus propias experiencias, las cuales, a la comprensión del comportamiento clínico y del sustrato neuropatológico agregaban siete características del agente transmisible que hacían poco menos que imposible seguir defendiendo su naturaleza viral.

Como está aceptado que el scrapie ha sido el punto de partida en la cadena de transmisión de lasmás impactantes ESET al comprobarse la transmisión oveja- bovino humano, es comprensible que siga vigente el interés por enriquecer el conocimiento sobre elverdadero origen y patogenia del prúrigo lumbar (4).

La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob de presentación esporádica (CJE) descrita por estos autores entre 1920 y 1921 (5,,6) esperó media centuria (hasta 1974) para demostrar su potencial transmisibilidad humanohumano y para, por sus semejanzas con scrapie y con el Kuru, convertirse conjuntamente con estas dos entidades en objeto de un modelo de investigación a partir de la fecha señalada antes (1954).

Investigación ejemplarizante cuyo itinerario y valiosos hallazgos fueron difundidos en la más voluminosa bibliografía que se haya dedicado a proceso neuropatológico alguno (7-21) y que entre otras cosas demostró por primera vez para las ESET transmisión oral humano-humano propiciada por el canibalismo practicado por las etnias afectadas y ello se comprobó más allá de la duda pues abandonados estos hábitos el kuru ha desaparecido.

La transmisión iatrogénica de la ECJ fue causada primero por un injerto de córnea (16) y después por injerto de duramadre, por extractos de glándula hipó-fisis (21) y por implantación cerebral de electrodos contaminados.

Conceptos expresados por Mc Farlane Burnet desde 1939 hicieron que el veterinario islandés B.

Sigurdsson propusiera para las ESET el nombre Enfermedades virales lentas (7), lo cual fue bien aceptado por el grupo que ya iniciaba en la Nueva Guinea sus investigaciones sobre Kuru, cuya etiología consideraban era “un virus no convencional”, propuesta que tras tres décadas (1954-1984) de intensa búsqueda ellos mismos tuvieron que descartar basados en sus propias experiencias, las cuales, a la comprensión del comportamiento clínico y del sustrato neuropatológico agregaban siete características del agente transmisible que hacían poco menos que imposible seguir defendiendo su naturaleza viral.

Esas propiedades biológicas del agente transmisible que a partir de 1984 se denominará Prión son las siguientes:

1. Periodo de incubación muy prolongado, meses, años, décadas,
2. No ocasionar respuesta inflamatoria,
3. Curso crónico progresivo sin pausa,
4.Invisible al microscopio electrónico,
5. No generar respuesta antigénica,
6. Carecer de cuerpos de inclusión,
7. No contener ácido nucléico (ARN, ADN).

Entre los múltiples argumentos opuestos a la etiología viral el que resultó clave para despejar el camino a seguir fue expresado en 1970 por J.S. Griffi th y R.

Latarget cuando plantearon la posibilidad de que el agente etiológico de las ESET pudiera tener naturaleza esencialmente proteica.

Teoría Prión – Proteínas priónicas

Los estudios de las ESET condujeron al descubrimiento de una proteína de 27 a 30 kD a la que se denominó proteína priónica [PrP]. La forma normal de esta proteína se encuentra codificada por un gen ubicado en el cromosoma 20. El producto logrado es una proteína celular [PrPc] proteinasa sensible de 33 a 35 kD acumulada especialmente en la membrana neuronal y en las sinapsis.

Es posible distinguir entonces dos formas de la PrP, una presente en organismos sanos y otra presente en organismos afectados, esta última se asimila a la llamada proteína priónica scrapie [PrPsc] o proteína priónica proteinasa K resistente (Pr Pres), insoluble en detergentes no denaturantes. De la PrPc ya hay fragmentos incluidos en el PDB (Protein Data Bank).

La proteína priónica celular [PrPc] es una proteína proteasa sensible constituida por una sola cadena peptídica; presenta una estructura compacta con 4 hélices alfa (H1 a H4) anclada a la superfi cie de las neuronas por la glicoproteína I. Consta de 253 aminoácidos en el hombre y es constante en diversas especies incluyendo humanos, ovejas, ratones, hamster y bovinos.

En los tejidos de los pacientes con ESET hay una conformación anormal parecida al scrapie designada como proteína priónica [PrPsc], cuya concentración se incrementa progresivamente con la evolución de la enfermedad llegando a acumularse en forma de placas amiloides extracelulares (conglomerados de priones) después de polimerisarse (22,23).


1 Como todos los protocolos incluidos en el programa Sivigila, éste está sujeto a revisiones periódicas.
Artículo recibido para publicación en Octubre de 2005
* Neuropatólogo, Investigador Emérito del INS – Profesor Emérito y Honorario de la Universidad Nacional – Bogotá.
** Médico Epidemiólogo, Coordinador Grupo de Vigilancia y Control de Enfermedades Transmisibles INS- Bogotá.
*** MVZ – Patólogo, Responsable Nacional de la Prevención y Vigilancia de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB). Instituto Colombiano
Agropecuario (ICA) .- Bogotá.
**** Bacteriólogo – Epidemiólogo, Coordinador Red Nacional de Bancos de Sangre – INS- Bogotá.
***** Médico Veterinario, Magíster en Salud Pública – Profesional especializado Grupo Salud Ambiental, Dirección General de Salud Pública.
Ministerio de la Protección Social. Bogotá.
****** Médico Patólogo, Coordinador Grupo Patología INS- Bogotá
******* Químico Farmacéutico de la Universidad Nacional Profesional Universitario de la Subdirección de Medicamentos y Productos Biológicos
–INVIMA- Bogotá.

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