Editorial, Discurso del Presidente Saliente

Académico JUAN JACOBO MUÑOZ

Santafé de Bogotá, D.C., 17 de mayo de 1994

Señor Ministro de Salud Pública
Señor presidente de la Academia Colombiana de la Lengua
Señores miembros de la Junta Directiva de la Academia Nal. de Medicina, saliente
Señores miembros de la Junta Directiva de la Academia Na/. de Medicina, entrante
Señores Académicos
Señoras y señores:

Un número crecido de académicos, de amplia mayoría, eligió para las dignidades de la Mesa Directiva a los doctores Gilberto Rueda Pérez, como presidente; Roberto De Zubiría Consuegra como vicepresidente; Zoilo Cuéllar Montoya como secretario y Gonzalo López Escovar, como tesorero.

Los académicos hicieron la mejor escogencia. El doctor Gilberto Rueda Pérez es uno de los miembros más destacados de la corporación, por su prestancia personal y por sus condiciones profesionales. Ha trabajado en enfermedades pulmonares, especialmente en tuberculosis, constituyéndose en uno de los más destacados especialistas en estos temas, sobre los cuales ha publicado un crecido número de comunicaciones.

El doctor Roberto De Zubiría Consuegra, a quien veremos en el futuro en altas posiciones, es un internista connotado, que ha llegado a la concepción médica integral, concibiendo al hombre como un conjunto inseparable de materia y espíritu. (Lea: Editorial, Discurso del Presidente Entrante)

Ilustre oftalmólogo cuyos antepasados han estado en esta Academia, el doctor Zoilo Cuéllar Montoya llega a la Secretaría a escalar todos los peldaños, como sus familiares. Nos ha demostrado ya su presencia y su capacidad investigativa.

Ocupará la Tesorería, un cirujano y gastroenterólogo distinguido, el doctor Gonzalo López Escobar, joven miembro de nuestra profesión, en la cual ya se distingue como elemento brillante y que honra con su personalidad a la profesión médica.

Ellos constituyen un notable grupo, que con la colaboración del Secretario Perpetuo, doctor Hernando Groot, de grande y rica experiencia, conocedor de los problemas colombianos, llevarán a la Academia por seguros senderos.

Se ha constituido esta entidad en un organismo científico social de extraordinaria importancia, respetado por el Gobierno y por la sociedad, en ente normativo para atender a nuestros graves problemas sanitarios, en directora de la acción médica sobre la comunidad y que por todo ello, representa la institución más prestante del cuerpo médico nacional.

Como tal, es apenas lógico que muchos de sus miembros quieran intervenir en sus actividades decisorias y tomar parte en las grandes políticas sanitarias nacionales, con las cuales debemos estar comprometidos.

Es por ello necesario que los señores académicos dediquen sus esfuerzos a devolver al pueblo colombiano, a través de su gobierno, como un agradecimiento por lo recibido, las normas de salud que mejoren la difícil situación sanitaria de aquél.

Para esta tarea ya disponemos de las necesarias facilidades locativas y de un presupuesto que permitirá laborar sin angustias.

Nuestra casa actual, con sus oficinas, su mobiliario austero, su auditorio, su equipo, es suficiente para la labor intelectual que debemos realizar. Es urgente unir los cerebros y las voluntades de todos para influir en los destinos médicos patrios en una labor que es de ciencia médica pura, de influencia política y administrativa, en estas épocas en que son tan necesarios los sistemas de prevenir y curar las enfermedades de las grandes masas.

Sería importante mejorar los servicios de nuestra biblioteca. Es cierto que ella y la hemeroteca no han sido utilizadas eficientemente por los Académicos. Debemos pensar si utilizaremos las conexiones que podemos realizar y que nos han sido ofrecidas por una importante firma, para unirnos a las más grandes bibliotecas médicas mundiales. Esta labor ha quedado a cargo de la persona más indicada, nuestro Secretario Perpetuo, quien en compañía de los académicos decidirá nuestro futuro informativo médico.

Creemos que con la ayuda económica que fue solicitada en épocas muy difíciles, a los señores académicos y que no tuvo una generosa respuesta de parte de algunos de ellos, ha sido importante. Esos dineros fueron utilizados en bien de nuestra institución y parte de ellos han servido para que sus distinguidas esposas hayan ayudado a la decoración de nuestra casa. Muchas gracias a ellas, ¡especialmente por la última y finísima mesa de madera preciosa, que nos dejan de recuerdo!

Quedan muchas tareas para el futuro. Especialmente, cuando el gobierno inicia la ejecución de ambiciosos estatutos legales. Tenemos un Presidente y una Junta Directiva que sabrán dirigir bien la Academia y el cuerpo médico.

Los miembros de la Junta Directiva que me han acompañado, doctores Alberto Albornoz- Plata, Mario Camacho Pinto y Carlos De Vivero Amador y sus distinguidas esposas, han dado lo mejor de sus cerebros en bien de la Academia.

La orientación ideológica y de comportamiento, preservando la alta dignidad de nuestra institución y de la profesión médica; la proyección de enseñanzas a los médicos ya la comunidad; la presencia de esta Asociación en la Asamblea Constituyente, en las decisiones del alto gobierno y del Congreso Nacional, con su seriedad proverbial, alejada de demagogias, populismos y personalismos; la influencia desarrollada en las altas esferas del gobierno para lograr que nos dieran una suma presupuestal considerable.

La altísima honestidad de nuestra Tesorería con todos los dineros aplicados al progreso académico; el interés de toda la Junta para dejar una situación económica próspera; en fin, toda la dedicación y los esfuerzos -muchos de ellos desconocidos-, en bien de nuestra Academia, quiero agradecerlos públicamente.

Todos nosotros hacemos los mejores augurios a nuestra corporación ya su Junta Directiva, deseando éxito en sus actividades.

Muchas gracias

Editorial presidente saliente

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