Fisiología de la Corteza Suprarrenal
Generalidades de la Corteza Suprarrenal
Esta estructura de origen mesodérmico, que constituye el 90% de las glándulas suprarrenales, es la encargada de producir glucocorticoides y mineralocorticoides.
Estos son esteroides del grupo C 21, y son el cortisol (o hidrocortisona) por un lado y la aldosterona por el otro. En el primer grupo también juegan un papel la corticosterona (principal hormona glucorreguladora en roedores) y la cortisona; en el segundo grupo está además la deoxicorticosterona o DOCA.
El cortisol se encarga –a la par de otras hormonas- de regular la homeostasis de la glucosa y el manejo del estrés. Eleva la glicemia, al igual que lo hacen la somatotropina, el glucagón y la epinefrina. Hace parte pues de las hormonas contrarreguladoras de la insulina. Es también inmunosupresor (linfolítico) y antinflamatorio, y juega un papel permisivo en la acción de otras hormonas.
La aldosterona por su parte regula la volemia por su capacidad retenedora de sodio, haciendo parte de los mecanismos de regulación del metabolismo hídrico y electrolítico y de la tensión arterial.
También se producen en la corteza andrógenos de poca potencia, como la dehidroepiandrosterona sulfato (DHEA-S) y algunos estrógenos en pequeñas cantidades.
Anatomía e histología de la Corteza Suprarrenal
Las glándulas suprarrenales son estructuras aplanadas en forma de gorro, que se encuentran localizadas sobre el polo superior de ambos riñones, a nivel de la primera vértebra lumbar; pesan alrededor de 5 g cada una y están rodeadas por un colchón de tejido adiposo, el cual a su vez se haya cubierto por una delgada cápsula de tejido fibroso, adherida a la glándula por numerosas bandas; este compartimiento se denomina Fascia de Gerota.
Aunque de pequeño tamaño, son esenciales para la vida, básicamente por su producción de mineralocorticoides. La corteza constituye el 90% del volumen de la masa glandular y tiene un color amarillo dorado al corte, diferente del café oscuro de la medula.
Aunque anatómicamente estas dos estructuras se encuentran en la misma localización, se trata de dos órganos con su propia embriología (la medula se origina de la cresta neural del ectodermo, mientras que la corteza viene del mesodermo); además son diferentes histológica y funcionalmente. En capítulo aparte nos referiremos a la medula.
Capas celulares epiteliales
La histología de la corteza muestra tres capas celulares epiteliales que por su contenido lipídico se les llama “células de jabón”; están dispuestas en bandas irregulares alrededor de sinusoides. La primera capa es delgada y se encuentra inmediatamente debajo de la cápsula e interviene primordialmente en la producción de mineralocorticoides; se llama zona glomerulosa formada por células cuboidales en grupos ovoides, que recuerdan glomérulos; depende del eje renina-angiotensina y es muy poco influida por la corticotropina o ACTH.
La zona fasciculada es la más ancha, se encuentra debajo de la anterior, sus células están dispuestas en forma radiada, alineadas en cordones paralelos; la otra zona es la reticular, que tiene células acordonadas que forman una red alrededor de la medula.
Estas dos últimas zonas están comprometidas en la esteroidogénesis de glucocorticoides, andrógenos, estrógenos y progestágenos y se encuentran bajo la influencia directa de la corticotropina (Figura 1).
(Lea También: Esteroidogénesis en la Fisiología Endocrina)
Regulación fisiológica
La producción de esteroides de la corteza está básicamente controlada por el ACTH, cuyas características se discutieron en el capítulo sobre adenohipófisis. Baste aquí decir que su secreción está básicamente regulada por la producción de cortisol (hidrocortisona) y de cortisona, en sus formas libres.
Los estrógenos y andrógenos no influyen para nada en su secreción, y otros esteroides como la aldosterona, deoxicorticosterona y progesterona sólo lo hacen ligeramente. La corteza responde al ACTH con un mecanismo de “todo o nada” a una dosis de 0.35 unidades, necesitándose una unidad para el funcionamiento cortical en 24 horas.
El cortisol efectúa una retroalimentación negativa sobre la hormona liberadora de corticotropina (CRH) producida en el hipotálamo, que frena la producción de ACTH, lo que hace lo mismo con la producción de cortisol lo que a su vez favorece nuevos pulsos en el eje.
El cortisol es un esteroide C21 que tiene dos hidroxilos en su cadena lateral que permiten una reacción calorimétrica que se usó mucho en el pasado, por lo que se denominaba (al igual que otros corticoides de menor importancia), cromógeno de Porter Silber (Figura 2).
Figura 2. Eje Hipotálamo-Hipófisis-Suprarrenales con feed-back negativo.
La producción de aldosterona depende del sistema renina-angiotensina. La renina es una enzima (aspartil proteasa, peso molecular 38 kDa) generada en el aparato yuxtaglomerular del riñón (constituido el barostato por la parte distal de la arteriola aferente, la proximal de la eferente y el sodiostato y clorostato por las células yuxtaglomerulares, situadas junto al primer segmento del túbulo contorneado distal que se denomina mácula densa); la renina se libera por cambios hemodinámicos en la arteriola eferente.
Estos pueden ser la pérdida de sangre, cambios posturales o disminución en los niveles de sodio. Una globulina alfa 2 (de 60 kDa) originada en el hígado –el angiotensinógeno- es catalizada por la renina para producir el decapéptido inactivo conocido como angiotensina I. Por medio de la enzima convertidora de angiotensina –mejor conocida como ECA- esta pierde dos aminoácidos y se transforma en el octapéptido angiotensina II.
Esta última hormona interactúa con un receptor suprarrenal con el que tiene gran afinidad y produce la aldosterona (Figura 3):
Es una hormona muy potente, que aunque circula sólo por un minuto antes de ser destruida en el pulmón, tiene varios efectos, todos destinados a elevar la presión arterial: estimula el simpático a varios niveles e inhibe el tono vagal, estimula la sed, el apetito por la sal, la hormona antidiurética, el ACTH y como ya dijimos, la producción de aldosterona.
Este último mineralocorticoide es un esteroide C21, que tiene un grupo aldehido (CHO) en el carbono 18 y sólo cuenta con un hidroxilo en la cadena lateral, características de estructura química que lo diferencian del cortisol.
El sistema renina-angiotensina actúa de manera antagónica al Péptido Auricular Natriurético, que además de la acción que le da su nombre es relajante del músculo liso vascular, inhibe la vasoconstricción por la norepinefrina y la angiotensina II, reduce la secreción de renina y de aldosterona.
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