Cortisona, la Droga Milagrosa
Los estudios sobre la acción de los diversos compuestos esteroides de la denominada Cortina:
–Supuesta hormona producida por las suprarrenales- no lograron sino decepcionar a los interesados.
Se pensó entonces en descontinuar la investigación en ese campo, aunque se decidió darle una última oportunidad al compuesto E (del cual había logrado Kendall y químicos de Merck obtener varios gramos, sobre la base de su producción a partir de ácidos biliares, por el método de Reichstein), lo que no generó mucho interés entre los científicos.
Pero uno de los grupos que primero recibió las muestras para estudios clínicos fue el de la Mayo. Allí estaban para investigar, el nombrado Kendall y el especialista Hench.
(Lea También: Aldosterona y Presión Arterial)
Philip S. Hench
Era un reumatólogo que había observado que los síntomas de artritis mejoraban en los pacientes ictéricos y en mujeres embarazadas. Había aumento de esteroides biliares en un caso y de esteroides sexuales en el otro.
Además el aspecto cushingoide de estas últimas sugiere una acción córtico-suprarrenal. Primero ellos, y luego con la presencia de cinco distinguidos reumatólogos invitados, observaron la mejoría dramática de unos pacientes con artritis reumatoidea, cuyos hallazgos fueron presentados en un importante congreso de reumatología, que se había suspendido por diez años a raíz de la guerra.
La droga maravillosa –bautizada cortisona en julio 1º, 1949- había llegado, y al año siguiente vendría el Nóbel para los científicos.
El uso masivo que siguió en diferentes tipos de patologías pronto evidenció dos cosas: como inmunosupresora y antiinflamatoria era frecuentemente necesaria la administración crónica (excepto en casos especiales, como alergias, manejo del shock, crisis suprarrenal), pero esto daba lugar a una amplia y peligrosa toxicidad.
Lo que dio lugar al descubrimiento de glucocorticoides de diferente potencia, a sus usos tópicos y parenterales, y a esquemas de manejo que buscaran las indicaciones precisas y las dosis de mantenimientos más bajas.
Primeros usos de corticoides en Colombia
En Colombia -narra el médico e historiador Otero Ruiz- podría decirse que el primer córtico-esteroide de uso generalizado a partir de los años cuarenta fue la desoxi-corticosterona, cuyo efecto presor y promotor de la retención de sodio había sido descrito ya desde 1939: sus preparados tuvieron amplio uso parenteral, como auxiliares en la anestesia general o como elevadores de la presión arterial en casos de shock traumático, tóxico o infeccioso…
También a finales de los cuarenta llega al país la cortisona (para administración oral) y su pariente cercano, la hidrocortisona, para administración parenteral… entre las personas que más contribuyeron a racionalizar su uso, hay que destacar la presencia, a comienzos de los cincuenta del doctor Hernán Mendoza Hoyos; este notable endocrinólogo, a su regreso del Canadá (donde había sido uno de los alumnos destacados del profesor Hans Selye, creador del concepto de estrés y de síndrome general de adaptación) dicta cursos de endocrinología en las Universidades Javeriana y Nacional, donde señala con gran precisión la fisiopatología de la glándula suprarrenal, su papel en los mecanismos de estrés y muestra los esbozos de las pruebas de estímulo y supresión, que apenas empezaban a diseñarse…
Gracias a Mendoza comienza a elucidarse el papel diagnóstico y terapéutico de la hormona adrenocorticotrófica, por ese entonces también recién llegada al país. Mendoza Hoyos, nuestro profesor de fisiología endocrina fallecido prematuramente, dedicaría sus últimos años a la planificación familiar; había sido el iniciador de dichas actividades en la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina…
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