Insecticidas Organoclorados en Urgencias Toxicológicas
Myriam Gutiérrez de Salazar M.D.
Médica Magíster en Toxicología
Coordinadora Centro de Información y Asesoría Toxicológica CIATOX
Convenio Consejo Colombiano de Seguridad –
Ministerio de la Protección Social – Universidad Nacional de Colombia
Docente Universidad Nacional de Colombia
Los insecticidas organoclorados son hidrocarburos cíclicos aromáticos de origen sintético, los cuales se sintetizaron partiendo de productos como el dicloro-difenil- tricloro-etano (DDT), el cual fue descubierto en el año 1874 y el hexacloruro de benzeno (HCB) sintetizado posteriormente. Actualmente todos estan prohibidos en Colombia pero entran al país por contrabando.
Generalidades:
Los productos organoclorados son sustancias tóxicas para todas las especies animales incluyendo el hombre. En general no son biodegradables por lo que no sufren transformación ni en el medio ambiente ni en los organismos vivos. Desde el punto de vista toxicológico es importante la propiedad de su movilidad, ya que se adhieren a partículas de polvo y al agua de evaporación y de esta forma recorren grandes distancias.
Se considera que la toxicidad aguda de estos compuestos es de mediana a baja. Sin embargo, existe gran diferencia entre el grado de toxicidad de los diferentes insecticidas organoclorados.
Estos insecticidas se absorben por vía dérmica, oral e inhalatoria y son metabolizados a nivel hepático; en su mayor parte sufren un proceso de declorinación y son almacenados en el tejido adiposo, y una pequeña fracción es oxidada y transformada en derivados hidrosolubles para ser eliminada por el riñón muy lentamente.
Dosis tóxica:
La DL50 necesaria para producir intoxicación aguda en roedores, varía entre rangos muy amplios (60 mg/kg- 8 g/kg); en humanos la DL50 para el DDT es de 400 mg/kg de peso, siendo el grado de toxicidad dependiente de la capacidad de almacenamiento, liposolubilidad, rata metabólica y velocidad de excreción.
Mecanismo de acción:
El mecanismo de acción tóxico no está del todo esclarecido. Se sugiere que producen deshidrohalogenación en algunos sistemas enzimáticos del sistema nervioso a nivel de fibras sensitivas, motoras, corteza motora y cerebelo, además de una posible alteración del transporte de sodio y potasio a través de las membranas de los axones, lo cual se relaciona con las manifestaciones clínicas de la intoxicación aguda. También se ha visto que estos compuestos organoclorados producen degeneración grasa del hígado, afectan el miocardio y pueden producir lesión tubular renal que conlleva a insuficiencia renal aguda de origen prerenal.
Manifestaciones clínicas:
Dependiendo de la vía de ingreso pueden aparecer náuseas, vómito, deposiciones diarréicas, dolor abdominal tipo cólico, dificultad respiratoria, signos de edema pulmonar y erupciones cutáneas.
Al comienzo se presentan alteraciones del comportamiento, agitación psicomotora, cefalea, midriasis reactiva y una respuesta violenta a estímulos relacionada con intranquilidad motora y aumento de la frecuencia de los movimientos espontáneos.
Posteriormente, aparece un ligero temblor que se va incrementando; actividad neuromuscular descendente que se inicia con blefaroespasmo, fasciculaciones
de los músculos de la cara, cuello y extremidades inferiores, aumento de la agitación psicomotora y pérdida de la coordinación.
Al hacerse más intensa la acción del tóxico aparecen convulsiones tonico-clónicas con posiciones de opistótonos, sialorrea, nistagmus, rechinamiento de dientes y quejidos, con posterior coma y muerte.
Estos signos se presentan al comienzo ante estímulos externos y posteriormente se refuerzan ante ellos; en ocasiones el cuadro clínico puede ser de aparición súbita y rápidamente progresiva y la muerte puede sobrevenir durante un episodio convulsivo con disnea severa y paro respiratorio.
Con algunas sustancias como HBC y sus derivados se produce aumento de la temperatura corporal hasta límites incompatibles con la vida (44 – 45 °C). Hay que considerar que la sintomatología puede estar modificada y agravada por acciones del solvente que generalmente es un hidrocarburo.
La intoxicación crónica por organoclorados es un hecho importante para considerar, dada su alta acumulabilidad (liposolubilidad) y su persistencia a través del tiempo. Sobre los efectos crónicos, existen algunas evidencias que los relacionan con lesiones carcinogénicas, especialmente, a nivel hepático y/o mutagénesis.
Manejo en el Servicio de Urgencias del Paciente Intoxicado
Tratamiento:
En primer lugar es necesario realizar una descontaminación del paciente con baño exhaustivo con agua y jabón, a fin de descontaminar la piel en los casos en que la vía de ingreso del tóxico sea la dérmica. También en aquellos que presenten contaminación de la piel con sustancias que contengan restos del tóxico como vómito o secreciones.
Para los casos en que el tóxico haya sido ingerido se debe realizar lavado gástrico con solución salina y carbón activado además de la administración de catártico salino (no administrar grasas ni leche porque se aumenta la absorción). Se deben realizar medidas generales como mantener la vía aérea permeable, vigilar la actividad pulmonar, la cual se puede ver afectada por los organoclorados y los solventes, administrar oxígeno y líquidos endovenosos.
Una conducta adecuada es el empleo de narcóticos y anestésicos para el control de las convulsiones. A veces es necesario llevar al paciente hasta la anestesia general, aunque esto se debe evitar en cuanto sea posible. También se debe tener en cuenta el manejo del paciente, el cual debe ser cuidadoso y suave ya que las crisis convulsivas pueden ser agravadas por estímulos externos.
Cuando se presente aumento de la temperatura, esta se debe tratar de controlar teniendo en cuenta que solo se logra mediante medios físicos.
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