Criterios a valores límite permisibles conocidos para los agentes del grupo BTX-EB
7.1.9 ¿Qué criterios deben tenerse en cuenta para la aplicación de los valores límite permisibles (VLP) conocidos para los agentes del grupo BTX-EB?
Nivel de evidencia: 4
Grado de recomendación: C
Resumen crítico de la evidencia
En la evaluación de los riesgos resultantes de la exposición a productos químicos peligrosos, se debe tener en cuenta la situación integral y no limitarse simplemente a aplicar los valores de referencia o valores límite permitidos VLP. (Lea también: Ajustes a los valores límite permisibles de los agentes del grupo benceno y sus derivados)
Dadas las circunstancias de exposición, la toxicidad del agente y las características individuales de los trabajadores no se debe descartar la probabilidad de aparición de efectos negativos en salud, aún a concentraciones ambientales menores a los VLP.
La información disponible acerca de los efectos de los distintos contaminantes sobre la salud de los trabajadores, no permiten fijar unos criterios de referencia que presenten una frontera nítida entre una zona de total de seguridad y otra de riesgo definido.
El estado actual del conocimiento científico no permite identificar niveles de exposición por debajo de los cuales no exista riesgo de que los agentes cancerígenos, sensibilizantes y mutagénicos produzcan sus efectos específicos sobre la salud.
Sin embargo, se admite que existe asociación entre exposición y probabilidad del efecto, de la cual se deduce que cuanto más baja sea la exposición a estos agentes menor será el riesgo (INSTH 2003) por ello la exposición a cancerígenos se debe mantener al mínimo.
Para los agentes cancerígenos, sensibilizantes y mutagénicos no existen exposiciones “seguras” aunque exista un TLV orientador.
El uso de los valores límite de exposición adoptados no garantiza la protección de la salud, pero si sirve como referencia máxima para la adopción de las medidas de protección necesarias y el control del ambiente en los puestos de trabajo.
En estos casos mantener la exposición por debajo de un valor máximo determinado permitirá limitar el riesgo pero no se podrá evitar completamente. Esta consideración en el caso del grupo BTX-ET, aplica para el benceno por ser cancerígeno en humanos clasificado en el grupo 1 por la IARC y por la ACGIH en la categoría A1.
ACGIH (2007) recomienda: “Los trabajadores expuestos a carcinógenos A1 que no tienen TLV deben estar equipados apropiadamente para eliminar lo más completamente posible toda exposición al carcinógeno.
Para carcinógenos A1 con TLV y para A2 y A3, la exposición de los trabajadores por cualquier vía debe ser controlada cuidadosamente para mantener los niveles tan bajos como sea posible por debajo del TLV” (ACGIH 2007). Existen varias propuestas para la aplicación de los VLP en la categorización de la exposición a agentes químicos, entre otras:
• OSHA (Occupational Safety and Health Administration): Como una guía de orientación para categorizar el grado de exposición, establece el concepto de “Nivel de Acción”. El concepto del valor límite de acción (VLA), en higiene ocupacional corresponde al 50% del TLV para el producto evaluado (concentración en ppm o mg/m3).
Se usa como referencia para la definición de planes de acción de control y vigilancia de la exposición, dirigidos al trabajador (valoraciones médicas) o al ambiente (monitoreo individual-dosimetría). Este criterio no es aplicable para vigilar la exposición a los agentes químicos considerados altamente peligrosos como el benceno. Sin embargo, puede ser útil para la evaluación de la exposición en los lugares de trabajo en el caso de tolueno, xileno y etilbenceno.
El principio de higiene ocupacional enunciado como “As Low As Reasonably Achievable”, ALARA por sus siglas en inglés, se refiere a la recomendación de mantener las concentraciones de los agentes químicos, en el ambiente laboral tan bajas como sea posible o por debajo del nivel de cuantificación del método analítico para el agente. Otro criterio aplicado en higiene es el que hace referencia al 10 % del TLV como guía para establecer la calidad de aire.
El modelo propuesto por Rock J (Beverly S. Cohen and Susanne V. Hering ACGIH 1995) establece cinco (5) rangos de exposición utilizando escalas semi-cuantitativas, teniendo en cuenta las mediciones ambientales y la frecuencia de exposición: No exposición, exposición baja, moderada, alta y muy alta.
Teniendo en cuenta los modelos antes señalados, se propone el uso de la escala combinada de rangos de exposición (AIHA 2006, Rock J 1995) presentada en la tabla 21 de la presente recomendación, para establecer los criterios de acción tendientes hacia el control de la exposición a los agentes del grupo BTX-EB, según se esquematiza a continuación.
1. Zona de exposición mínima: corresponde a los valores inferiores al 10 % del valor límite permisible (VLP), en los que se considera que los riesgos para la salud no existen y se toma como referencia para definir el concepto de calidad de aire.
2. Zona de exposición baja. Corresponde a los valores inferiores al nivel de acción, en los que se considera que los riesgos para la salud son mínimos y por consiguiente no es necesario adoptar medidas preventivas.
3. Zona de exposición moderada o alta. Comprendida entre el nivel de acción y el valor límite permisible (VLP), se determina que los puestos comprendidos dentro de esta zona, deben ser muestreados con cierta frecuencia a fin de vigilar el comportamiento de las concentraciones.
Se requieren controles médicos y ambientales, con medidas técnicas correctoras de fácil ejecución. De acuerdo con la frecuencia de la exposición esta zona se puede subdividir en Moderada y Alta, con el fin de establecer la frecuencia de reevaluación (véase recomendación siguiente No 7.1.10).
4. Zona de exposición muy alta: Correspondiente a zona con valores superiores al valor límite permisible (VLP) lo cual implica la adopción de medidas correctivas ambientales y médicas, así como el seguimiento de la evolución de la concentración existente.
Otro enfoque útil es el expresado por Derk. H. Brouwer y colaboradores 2005, quienes desarrollaron un nuevo concepto denominado Requerimiento de Aire Ocupacional (OAR por sus siglas en inglés), que se define como: “la cantidad de aire requerido para diluir la concentración de vapor en el ambiente de trabajo, resultante de 1 litro del agente utilizado, hasta una concentración por debajo del valor del VLP”.
Los autores han utilizado este concepto para discriminar pinturas que pueden o no utilizarse con seguridad. El OAR es un algoritmo simple que incluye parámetros como la concentración de compuestos orgánicos volátiles (incluido el xileno) en la pintura, el factor de evaporación y los efectos neurotoxicológicos basados en el VLP.
Los experimentos indican que la clasificación de pinturas basada en el OAR predice y discrimina bien el nivel de riesgo por exposición a pinturas con disolventes neurotóxicos. Los autores sugieren que el OAR tiene muchas otras aplicaciones en situaciones similares con pinturas que contengan compuestos orgánicos volátiles con velocidades evaporación similar.
Referencias bibliográficas
1. International labor office (ILO). International chemical control Toolkit Implementado en 2004. Ginebra. Suiza. Versión electrónica: https://www.ilo.org/public/english/protection/safework/ctrl_banding/toolkit/main_guide.pdf
2. Bullock W., Ignacio J., A strategy for assessing and managing occupational exposures. AIHA Third Edition. Virginia, EEUU. 2006.
3. Beverly S. Cohen and Susanne V. Hering (Editors). Air Sampling Instruments. Chapter 2: Occupational Air Sampling Strategies by Rock James C., 8th Edition, ACGIH, Cincinnati, Ohio, E.E.U.U. 1995.
4. ACGIH. TLVs and BEIs Threshold Limit Values, for chemical substances and Physical Agents. Biological Exposure Indices. 2007.
5. Brouwer DH, de Pater NA, Zomer C, Lurvink MW, van Hemmen JJ. An experimental study to investigate the feasibility to classify paints according to neurotoxicological risks: occupational air requirement (OAR) and indoor use of alkyd paints. Ann Occup Hyg. 2005 Jul; 49(5):443-51. Epub 2005 Mar 24
7.1.10 ¿Con qué frecuencia se deben realizar campañas de evaluación periódica de los agentes BTX-EB?
Recomendación
Nivel de evidencia: 4
Grado de recomendación:
C Resumen crítico de la evidencia
A nivel preventivo se deben tener en cuenta tres aspectos: Los estudios de vigilancia ambiental, el control de la exposición y la aplicación de estrategias regulatorias. El propósito es mantener las concentraciones de los agentes del grupo BTX-EB al nivel más bajo posible para mantener un riesgo mínimo de neurotoxicidad secundaria a la exposición a dichos agentes, y desarrollar cáncer en el caso del benceno. Adicionalmente al monitoreo regular de los niveles de exposición es indispensable realizar evaluaciones médicas periódicas.
La propuesta de J. Rock, plantea que la periodicidad se establezca en función de los resultados de las mediciones con relación al valor límite permisible; es aplicable para cualquier riesgo higiénico con nivel de acción definido.
De acuerdo con NIOSH las frecuencias de tiempo para la reevaluación pueden variar según las circunstancias que se presenten en los sitios de trabajo, que puedan alterar las condiciones del riesgo, por cambios en la concentración de los agentes del grupo BTX-EB ocasionados por:
a. Mayor cantidad de materia prima peligrosa.
b. Cambio o instalación de nuevos procesos.
c. Introducción de nuevas sustancias asociadas con el efecto neurotóxico.
d. Desajuste en los sistemas de control.
e. Instalación de nuevos equipos.
f. Cambios en las funciones de los trabajadores.
g. Modificaciones en las instalaciones de la planta.
Debe establecerse un programa de monitoreo periódico para verificar la efectividad de los sistemas de control de ingeniería implementados y cuando se introduzcan cambios en los procesos o en los equipos.
Para agentes químicos extremadamente peligrosos como cancerígenos, teratogénicos, mutagénicos y sensibilizantes la reevaluación requiere de atención permanente, especialmente para trabajos en espacios confinados.
Referencias bibliográficas
1. American Industrial Hygiene Association. A Strategy for Assessing and Managing Occupational Exposures. Third Edition. Fairfax. VA 22031. USA
2. Rock, J. Occupational Air Sampling Strategies Occupational Health and Safety Institute, Texas and M University, College Station, Texas. 8 ed. 1995 ACGIH pp 19-39.
3. Talty JT (Ed) Industrial Hygiene Engineering Second Edition NIOSH USA1986.
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