Problemas de Política en el Comercio Electrónico
Políticas para el Comercio Electrónico. No cabe duda de que la apertura de los mercados es indispensable para el desarrollo del comercio electrónico. Un régimen liberal estimula el progreso técnico y el establecimiento de prácticas eficientes.
No obstante, quizá sea necesario que la autorreglamentación del sector y/o la intervención gubernamental complementen las fuerzas del mercado para conseguir lo siguiente:
i) normas para la infraestructura mundial de telecomunicaciones que está surgiendo;
ii) una inversión suficiente en infraestructura;
iii) un acceso fácil de utilizar y de base amplia;
iv) un entorno jurídico y reglamentario previsible para hacer respetar los contratos y los derechos de propiedad;
v) la seguridad y el carácter confidencial de los datos;
iv) normas para determinar lo que constituye un contenido inaceptable o condicionalmente aceptable;
vii) un marco previsible de reglamentaciones tributarias y financieras; y
viii) igualdad de oportunidades mediante una mejor formación de los usuarios de los países industrializados y en desarrollo.
Políticas para el Comercio Electrónico: Problemas Jurídicos
Debe señalarse que ninguna de estas cuestiones es fundamentalmente nueva. La infraestructura, las normas y el acceso son importantes desde que se inventó el teléfono.
Los problemas jurídicos y de seguridad, la reglamentación del contenido, los aspectos impositivos, la existencia de reglamentaciones financieras suficientes y las preocupaciones de orden social han presentado interés para las empresas y los encargados de la reglamentación en muchas esferas.
Sin embargo, dada la rapidez de los cambios que tienen lugar en el comercio electrónico, se debe cuidar de que las reglamentaciones no queden retrasadas o constituyan un obstáculo innecesario a la nueva evolución.
En este contexto, puede señalarse que la comunidad empresarial internacional se está esforzando por resolver muchos de estos problemas, pero que quizá sean necesarias en muchos aspectos medidas gubernamentales o intergubernamentales.
No obstante, en este estudio no se intenta determinar la distribución apropiada de la responsabilidad gubernamental y no gubernamental en ninguna de las esferas de que se trata.
Acceso a la infraestructura
La existencia de un entorno competitivo facilita el establecimiento de una infraestructura mundial con corrientes de información fluidas y el acceso asequible a esa infraestructura
Todas las formas de comercio electrónico, y en particular el comercio a través de Internet, sólo son posibles si existe una infraestructura de comunicaciones que proporcione suficiente capacidad para que las corrientes de información no tropiecen con obstrucciones21.
La congestión de Internet se ha convertido en un problema. La solución es ampliar la capacidad de la infraestructura mediante la utilización de más cables de fibra óptica y satélites o de nuevas redes, por ejemplo de televisión por cable, o incluso de líneas eléctricas.
Pero la falta de infraestructura es con frecuencia un problema más general, que puede incluso consistir en una insuficiencia de las conexiones telefónicas, y muchos países se alegrarían de que su único problema en esta esfera fuera la congestión ocasional de Internet.
Políticas para el Comercio Electrónico: Políticas de Precios
Otro obstáculo al comercio electrónico pueden ser las políticas de precios inadecuadas. La comunicación y el comercio electrónicos se ven entorpecidos a menudo por las elevadas tarifas de las telecomunicaciones, que no reflejan necesariamente los costos o la escasez de infraestructura.
Por ejemplo, el costo de las conexiones telefónicas o las líneas arrendadas en Europa puede ser varias veces mayor que en los Estados Unidos (Beltz, 1997). Por otra parte, la aplicación de precios excesivamente bajos o no diferenciados puede dar lugar a un uso excesivo y a estrangulamientos.
Estas observaciones indican la especial importancia del debate sobre si el suministro de infraestructura y la fijación de los precios deben ser públicos o privados. Ha surgido una literatura económica sobre este tema, y los argumentos parecen favorecer una intervención creciente del sector privado, con el complemento de reglamentaciones oficiales22.
Un principio fundamental resultante de ese debate es que los precios cobrados por el uso de la infraestructura deben establecerse de tal manera que puedan recuperarse los costos de explotación y los gastos de inversión, estimulando así una inversión suficiente.
Las tarifas deben reflejar también la escasez relativa de infraestructura (por ejemplo, deben aplicarse tarifas más elevadas durante las horas punta), a fin de evitar los estrangulamientos y fomentar la eficiencia de las corrientes de información.
Sin embargo, el establecimiento de los precios no debe permitir el abuso de posiciones monopolistas. Esto podría dificultar innecesariamente el acceso a Internet y el uso de la misma y reducir la competitividad de los usuarios.
Acceso
Los usuarios de Internet también han de tener acceso a la red en su hogar o en su lugar de trabajo. Los «pequeños» usuarios obtienen habitualmente ese acceso a través de proveedores de servicios de Internet mientras que las grandes empresas y organizaciones gozan, en la mayor parte de los casos, de acceso directo a la red.
También en este contexto son importantes la disponibilidad y el precio del acceso. La concesión de licencias para el suministro de estos servicios parece utilizarse con frecuencia para limitar la competencia entre los proveedores de acceso a la infraestructura, manteniendo los precios altos y el acceso limitado.
Los costos de la infraestructura y el acceso han resultado ser un importante factor determinante de la utilización de Internet. El gráfico 10 ilustra la diferencia entre las tarifas aplicadas por el uso de Internet en los países de la OCDE, según que exista o no en ellos competencia en materia de infraestructura.
En los países en los que no existe esa competencia, como promedio, los costos ascienden a más del doble que en los países en que existe y el uso de Internet sólo a una quinta parte.
Mientras que en algunos países en desarrollo, los elevados precios y la insuficiente infraestructura no sólo obstaculizan el acceso sino que limitan prácticamente el uso de Internet al correo electrónico, ya que las demás funciones de Internet son demasiado caras y consumen demasiado tiempo.
Infraestructura y Políticas para el Comercio Electrónico
En resumen, la competencia entre los proveedores de infraestructura y de servicios y la existencia de prácticas apropiadas sobre fijación de precios y concesión de licencias pueden contribuir a reforzar la infraestructura y los servicios de acceso.
Con una conciencia creciente de la necesidad de cambio, muchos países ya se han orientado o se están orientando en ese sentido (OCDE, 1997g). Esto comprende tanto la liberalización interna de los mercados de telecomunicaciones y tecnología de la información; como un mayor compromiso respecto de la liberalización del comercio en esos sectores.
Ese fue el entorno en el que las negociaciones celebradas en el marco del AGCS sobre telecomunicaciones básicas, que terminaron en febrero de 1997; y las negociaciones acerca de un Acuerdo sobre Tecnología de la Información pudieron obtener resultados significativos (véase la sección A del capítulo IV, infra). Lea: El Marco Jurídico y Reglamentario de las Transacciones a través de Internet
Los marcos y las normas deben promover la «comunicación universal»
En principio, Internet permite a un número ilimitado de usuarios, que forman parte de numerosas redes, comunicarse unos con otros dentro de esas redes y entre ellas, sin pasar a través de autoridades centralizadas23. Sin embargo, el flujo universal y sin problemas de la información a través de Internet no debe darse por sentado; sólo es posible porque los usuarios (a menudo sin saberlo) aplican un conjunto básico de normas comunes.
Por ejemplo, la transmisión sin problemas de la información entre todos los usuarios de Internet requiere que las redes estén «interconectadas». Esto significa que las redes deben estar conectadas entre sí y permitir el acceso no discriminatorio a las corrientes de datos de otras redes. Sólo de ese modo se puede «encaminar» y «conmutar» la información de manera rápida y fiable a través de las redes y entre ellas.
El otro requisito previo importante para la comunicación con éxito a través de Internet es la «posibilidad de interfuncionamiento »; que hace referencia a la capacidad de todos los usuarios de Internet de comunicar; independientemente del ordenador, el proveedor de servicios de Internet o la red utilizado.
Por ejemplo, tanto el emisor como el receptor deben emplear la misma norma para la codificación y descodificación de sus mensajes.
La OCDE recomienda que los gobiernos y el sector privado fomenten la adopción de marcos y normas que garanticen la posibilidad de interconexión e interfuncionamiento; a fin de proteger el potencial de comunicación «universal » entre las redes (OCDE, 1997g).
Esto se está haciendo mediante protocolos de comunicaciones, es decir; conjuntos de normas por los que se rige el intercambio de información entre ordenadores.
Estos protocolos de Internet se han puesto libremente a disposición de todos, por lo que se han convertido en normas del dominio público.
La existencia de políticas adecuadas en materia de «direcciones» y de equipos y programas asequibles y de fácil utilización; aumenta el atractivo de Internet y del comercio electrónico
Las políticas en materia de direcciones son también muy importantes para el comercio a través de Internet. Cada ordenador principal de Internet puede adquirir un «nombre de dominio».
Por ejemplo, para la Organización Mundial del Comercio se utiliza «wto.org». En el caso de las empresas, lo habitual es que el nombre de dominio esté estrechamente vinculado con su marca de fábrica o de comercio.
Por ejemplo, una empresa que posea una marca de fábrica popular atraerá probablemente mucha más atención si su dirección de Internet corresponde a esa marca. Los intentos realizados por algunas personas de adquirir determinados nombres de dominio (habitualmente correspondientes a marcas conocidas); y vender los derechos de uso a los propietarios de las marcas demuestran la importancia de esta cuestión.
Además del equipo preciso; que comprende normalmente un ordenador y un módem, los usuarios de Internet necesitan también un navegador de Internet; que es el programa que permite recibir y enviar información a través de ésta. No obstante, se deplora con frecuencia la inexistencia de programas de fácil utilización.
A las personas con escasos conocimientos informáticos les puede resultar difícil «navegar por la red». Es probable que la competencia entre agentes privados en esta esfera tenga como resultado la creación de equipos y programas más asequibles y fáciles de utilizar.
Notas
- 21 Véase un examen más detallado de las cuestiones subyacentes en el capítulo III.
- 22 El progreso técnico hace también menos sostenibles los monopolios nacionales y las restricciones de la competencia en el sector de las telecomunicaciones. Por ejemplo, dada la existencia de telefonía por Internet, a los monopolios nacionales de servicios de telefonía vocal les resultará difícil mantener sus actividades (OCDE, 1996a).
- 23 Véase un estudio detallado de estas cuestiones y de otras bastante técnicas que se mencionan a continuación en Abrams y Doernberg (1997) o en OCDE (1997g).
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