Moscas de la Fruta, Comportamiento
Los Tephritidae constituyen una de las familias de dípteros de mayor importancia económica en todo el mundo, en virtud de la fitofagia generalizada en sus estados larvarios, con excepción de algunos taxa de la subfamilia Phytalmiinae.
Así entonces, los hábitos alimentarios de éstas moscas ocurren en una gran variedad de estructuras que van desde frutos carnosos (en pulpa o en las semillas), hasta especies que se desarrollan en inflorescencias o formando agallas en los tallos.
En general, las hembras depositan sus huevos en el interior de los frutos, en los tallos en desarrollo, o bien en el capítulo de ciertas flores; las larvas se alimentan del tejido hasta desarrollarse por completo y la pupación ocurre usualmente en el suelo, o en las mismas estructuras donde se alimentan; finalmente los adultos emergen para aparearse y dar lugar a otra generación (4).
Las moscas adultas después de 2 a 5 días de emergencia alcanzan la madurez sexual; los machos se concentran en algún punto referencial del árbol frutal, formando un agrupamiento de machos conocidos como “leks”, que danzan en forma rítmica y liberan una feromona sexual para tratar de llamar la atención de las hembras que se encuentran en los alrededores.
La hembra elige un macho como pareja, apartándolo del grupo y procediendo al ritual de apareamiento. Es difícil observar moscas hembras y machos en el campo cuando están copulando (figura 18).
Figura 18. Apareamiento de diversas especies de moscas de la fruta.
Por otra parte, el proceso de cortejo del macho de la “Mosca del Mediterráneo” Ceratitis capitata implica un movimiento continuo de las alas, segregando una feromona sexual.
Por su parte en la “Mosca Suramericana de la fruta” Anastrepha fraterculus Wiedemann, el cortejo lo realizan tanto machos como hembras, moviendo las alas y dando saltos entre ellas hasta iniciar el apareamiento.
También las hembras grávidas tienen la necesidad de ingerir sustancias ricas en proteína, buscan alimento y lugar donde depositar sus huevecillos.
Una vez que la hembra localiza un fruto en condiciones favorables para el desarrollo de su progenie, procede con la oviposición introduciendo los huevecillos con el ovipositor al interior del fruto hospedante en grupos hasta de cuatro (Anastrepha fraterculus Wiedemann), o en paquetes de 8-12 huevecillos (Ceratitis capitata Wiedemann) por cada postura.
Concluida esta operación la hembra arrastra el ovipositor (parte terminal del abdomen) alrededor del sitio de postura para impregnarlo de una sustancia denominada “feromona de marcaje de oviposición”, a través de la cual evitará que otras moscas de la fruta depositen sus huevecillos en el mismo fruto. Este mecanismo permite la dispersión espacial y la competencia por nichos ecológicos y establece la predominancia de la especie mejor adaptada. Una hembra está en capacidad de ovipositar de 300 a 800 huevos en toda su vida (9) 1.
Las moscas recién emergidas son blandas y húmedas, por lo que buscan un refugio (hojas secas caídas, troncos) donde permanecen estáticas secándose.
Sus alas aún no adquieren la coloración típica y su vuelo es corto, una vez secas, se activan y vuelan a la parte superior de un árbol (generalmente el mismo que las cubre), donde buscan alimento.
Este lo encuentran en frutas maduras que presentan alguna herida, aun cuando estén en el suelo, en secreciones de troncos u hojas, excrementos de pájaros silvestres y secreciones mielosas de áfidos u otros insectos chupadores.
También esta actividad es fundamental para sobrevivir y lograr su madurez sexual. Agua y alimento determinan en gran medida la longevidad del individuo.
Además una característica de estos insectos, es su alta capacidad de dispersión y adaptabilidad a diversos medios. Pueden movilizarse por más de 200 Km. ayudados por los vientos. Cuando las condiciones son desfavorables (sequía, falta de hospederos,) se elevan a la parte más alta de los árboles y se dejan acarrear por los vientos dominantes (1).
1Datos del Departamento de Alimentos y Agricultura de California, señalan 120 a 2000 huevos (https:// www.cdfa.ca.gov)
Especies
En el mundo existen alrededor de 4000 especies de moscas de la fruta; también de éstas aproximadamente 20 especies son de importancia económica por constituir plagas de carácter cuarentenario (9) (Tablas 1, 2), (Figuras 19, 20).
Tabla 1. Principales especies de moscas de la fruta en América.
Tabla 2. Distribución regional de las principales moscas de la fruta.
Figura 19. Algunas especies nativas de moscas de la fruta. A. Anastrepha striata Schiner |
Hospedantes
Son considerados hospedantes, aquellos frutos de pericarpio blando en los cuales las hembras de las moscas de la fruta depositan sus posturas en forma natural, permitiendo el desarrollo del estado biológico de la larva, ocasionando lesiones, daños y pérdidas al valor comercial del fruto.
Además, los hospedantes pueden ser primarios o secundarios, dependiendo de la intensidad de preferencia que tiene cada especie de mosca de la fruta para completar su estado biológico de larva.
En los hospedantes primarios, la mosca desarrolla generaciones sucesivas y en los secundarios le permite alternar generaciones cuando no se encuentran disponibles los primarios. Se denominan hospedantes alternantes a aquellos que permiten a la plaga mantenerse cuando no existen hospedantes primarios ni secundarios.
Figura 20. Algunas especies exóticas de moscas de la fruta. A. Anastrepha suspensa (Loew) B. Anastrepha ludens (Loew) C. Bactrocera dorsalis (Hendel) D. Bactrocera cucurbitae (Coquillett) E. Bactrocera carambolae (Drew & Hancock) F. Rhagoletis pomonella (Walsh) G. Ceratitis capitata (Wiedemann)* |
Además, dependiendo del número de hospedantes que atacan, las moscas de la fruta se clasifican en:
Monófagas, oligófagas y polífagas, según se alimenten de uno, dos o más hospedantes. Para el caso de moscas del complejo Anastrepha spp., existen especies que tienen preferencia por variedades de frutales determinadas, inclusive pertenecientes a la misma familia, en tanto que la Mosca del Mediterráneo, C. capitata, es totalmente polífaga (Tabla 3).
Tabla 3. Familias de plantas asociadas con especies de moscas de la fruta del género Anastrepha.
Daños
Las pérdidas estimadas como consecuencia del daño producido por la plaga (figura 21), se reflejan en el valor bruto de la producción y del ofertable de fruta fresca para exportación. Estos pueden ser:
Daños directos
- Mediante la oviposición de las hembras al depositar sus huevecillos en los frutos.
- Al fruto, ocasionado por las larvas al alimentarse de la pulpa.
- Caída de frutos infestados.
- Entrada de patógenos a frutos afectados.
Figura 21. Daños causados por moscas de la fruta.
Daños Indirectos
- Pérdida del valor comercial de frutos afectados.
- Gastos en la aplicación de productos de control, al igual que daños ambientales.
- Disminución del rendimiento y la producción.
- Restricción al comercio internacional por constituir plagas cuarentenarias.
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